Muchos mendocinos pensaron que una vez que estuvieran en la provincia cerca de sus familias y esperando que se cumplan los 14 días obligatorios de cuarentena en un hotel, la pesadilla de estar varados en exterior terminaría, pero no. Ahora, muchos de ellos viven otro "cuento de terror" a metros de sus hogares.
Algunos de ellos creían que los dejarían cumplir con el aislamiento social, preventivo y obligatorio en sus casas, ya que estarían solos y sin riesgo de contagiar a algún familiar, pero cuando llegaron a la terminal de Mendoza fueron notificados de que todos debían aguardar las dos semanas correspondientes en un hotel, tal como lo dipuso el Gobierno provincial.
El malestar de no poder regresar a sus domicilios fue disipado cuando les dijeron que los llevarían a un reconocido hotel del departamento de Maipú. Más de uno se alegró al pensar que por lo menos estarían en un buen alojamiento y con una gran atención. Otros de ellos aún enojados, porque "habían leído en diferentes medios mendocinos que podrían quedarse en sus hogares", se relajaron cuando consultaron sobre el costo y les dijeron que no tendrían que pagar su estadía.
Una vez en el complejo, la fantasía de cumplir con el tiempo obligatorio descansando, sin inconvenientes y siendo bien atendidos se cayó a pedazos.
Los veinticuatro repatriados entraron en sus respectivas habitaciones el pasado domingo 10 de mayo a las 10 de la mañana cansados de un larguísimo viaje de casi 44 horas desde Miami a la Argentina.
Más allá del "mal servicio" que dicen estar recibiendo, porque "algunos pasan frío, ya que no funciona la calefacción, y sirven pequeñas raciones de comida fría y quemada", ahora se vieron sorprendidos con una declaración jurada, que deben llenar con sus datos y elegir un método de pago por cumplir con la cuarentena en ese lugar.
"Este alojamiento incluye los servicios básicos y la pensión completa, y tiene un costo de $2000 + IVA por día (tarifa que se acordó en cooperación con distintas instituciones turísticas de Mendoza)", reza una parte del texto informativo que les fue otorgado.
"Solicitamos que abone el total de la suma correspondiente a su alojamiento" continúa el mismo.
"Si sus condiciones socioeconómicas y las de su grupo familiar le impiden abonar este monto total o parcialmente, agradecemos presente la solicitud de excepción para ser evaluada", se puede leer los papeles que les dieron.
"Autorizo a que oportunamente se realice encuesta socio-económica" continúa el documento. Por este motivo una gran cantidad de ellos temen por las consecuencias que puedan sufrir si no abonan la estadía o hasta qué punto tendrán que seguir endeudándose debido a que muchos tuvieron que pagar más de 80 mil pesos para poder regresar al país.
Un viaje para el olvido
Sin mencionar el viaje previo que algunos mendocinos tuvieron que hacer para llegar hasta el aeropuerto de Miami, una vez que despegó el avión, llegaron al país y luego a la provincia, pasaron aproximadamente 44 horas de viaje.
Una repatriada especificó las malas condiciones que sufrieron en el vuelo con el que llegaron: "Cuando nos subimos al avión había en el asiento una almohada, frazada y un paquetito que traía una bolsita chiquita de galletas, un paquetito chiquito de galletas saladas, una rodaja de queso pequeña y una botellita chiquitita de agua".
Luego de varias horas de viaje les sirvieron “otro paquetito que traía un sanguchito y un vaso de gaseosa y no nos dieron nada más hasta Argentina”.
Una vez en el país y después de hacer aduana, los pasajeros debían pasar por un mostrador donde les consultaban de dónde eran. Allí les informaban cuánto debían esperar para que llegase el colectivo que los llevaría a sus provincias y les daban una bolsa de papel que contenía "un sándwich, un agua saborizada pequeña y unos caramelos".
"Cuando llegamos al micro estaba el chofer parado y nos dijo que nos subían las valijas. Nos dijeron que los choferes estaban aislados y dejaron sus números de teléfono por si necesitábamos algo". Continuó relatando acerca del extenso viaje.
Encima, el viaje sufrió un imprevisto ya que el colectivo se frenó en Capital Federal a buscar más repatriados que debían ser llevados a Córdoba. Durante el viaje, a la noche uno de los conductores se durmió y mordió la banquina por lo que los pasajeros quedaron muy preocupados el resto del viaje.
Luego de muchas horas de viaje, y con un cambio de conductores en Córdoba después del inconveniente, llegaron a San Luis donde fueron encapsulados. Una vez en la terminal de ómnibus de Mendoza donde se les tomó la fiebre y se les ofreció un café a los repatriados.