“Hay cierto romanticismo detrás de esta pequeña historia”, dice el galerista Daniel Rueda. Semanas atrás, mientras ultimaba los detalles de la próxima muestra que va a inaugurar en su espacio (y en la que participa como representante mendocino el artista Fernando Rosas) recibió un llamado. Se trataba de una familia conocida que había heredado una serie de obras y que lo contactaba para asesorarse sobre el valor de las mismas.
Él, pese a que no suele recibir en consignación obras de particulares, accedió por las afinidades afectivas. Claro que nunca pensó que, al levantar una tela en una de las habitaciones del departamento céntrico al que había sido llevado para el caso, encontraría algo tan valioso.
“Fue una suerte de intuición; en un rincón casi oculto, debajo de una sábana, entre muchos otros objetos de los que quizá iban a deshacerse, asomaba apenas un pico de ave. Pedí permiso para destaparlo y allí me encontré con una hermosa obra en hierro. Tenía sólo el apellido como firma: Rosas. Inmediatamente le dije a los herederos: ‘esto es lo más valioso que tienen’”.
Y así es: “Aves al amanecer” es una escultura original de 35 centímetros de alto, 30 de ancho y 30 de profundidad. Se estima que su valor es de 6 mil dólares.
Rueda comenta: "Es una obra de una etapa muy anterior a sus últimos trabajos. No figura la fecha pero podemos aventurar por ahora que puede haber sido realizada en los años 70. Las precisiones las dará el hijo (Fernando Rosas) cuando llegue a verla".
Artística sincronía: estas “Aves...” han aparecido en la semana en la que despedimos al autor. A su vez, impregnan de emotividad la víspera de la inauguración que prepara Rosas hijo.
El miércoles, pues, la galería céntrica se iluminará con cuatro prestigiosos artistas vinculados a las obras de arte en madera, convocados para la exposición "Ser árbol y tener destino de escultura": Miguel Gandolfo, Julio Melto, Fernando Rosas y Albert Sassani. Los cuatro expondrán hasta el 28 de agosto en la Galería de Arte Daniel Rueda. (Montevideo 230 Piso 8 Of. 4 de la ciudad), el mismo sitio donde permanece el hallazgo.
“Tal vez no todos lo puedan comprender, pero ese pico elevado hacia el cielo y los otros 4 pájaros (son 5). La muestra es de 4 artistas y está su hijo y otros que representan tantos artistas que él enseñó a volar. Lo referencial es que no están dentro del nido sino paradas sobre el nido”, reflexiona Rueda.
De algún modo, estas coincidencias conmueven a todo el circuito del arte para el cual Roberto Rosas significó talento, respeto y generosidad.
“Algo que siempre me ha sucedido con Rosas es que al presentarme en los circuitos nacionales o internacionales, es uno de los pocos artistas que me referenciaban de nuestra provincia, con identidad, trascendencia y legitimación”, observa el galerista.
Y remarca: “El maestro Roberto Rosas deja a Mendoza un legado basado en su sólida vocación artística. Él imprimió un sello de trascendencia enriqueciéndonos con identidad cultural. Lo recordaremos siempre porque definitivamente ante sus obras estaremos frente a un inspirado...un verdadero artista.”
El prestigiosos escultor Roberto Rosas falleció el jueves. Desde entonces, la comunidad artística internacional le ha brindado una afectuosa despedida.
