Dublín vive horas de angustia y conmoción por el hallazgo sin vida de un adolescente de 17 años que estaba desaparecido desde el fin de semana. Según la Policía irlandesa, el ataque salvaje se dio en el marco de un enfrentamiento entre pandillas.
Primero, las extremidades de la víctima, Keane Mulready-Woods (17), fueron halladas en una bolsa deportiva la noche del lunes. Luego, la cabeza del joven fue encontrada en un auto incendiado. Se sospecha que Keane fue secuestrado antes de ser asesinado y desmembrado como parte de una advertencia por mafias de la droga que mantienen una disputa en Drogheda.
La Policía, además, cree que la cabeza del chico iba a ser entregada al supuesto jefe de pandilla, Cornelius Price, como advertencia, pero en su lugar se dejó en el baúl de un auto en llamas. Asimismo, el asesinato fue filmado y subido a las redes sociales.
Según informó el Daily Mail, la principal hipótesis es que Mulready-Woods fue asesinado en venganza por el homicidio de Richie Carberry en noviembre de 2019. Este hombre de 39 años fue acribillado cuando cerró la puerta de su casa en Bettystown, condado de Meath, después de haber sobrevivido a un golpe anterior en marzo.
"Keane era un joven de 17 años, desapareció el domingo 12 de enero y ahora se han descubierto partes de sus restos. Este es un ataque brutal y salvaje contra un niño y es completamente inaceptable en cualquier sociedad democrática normal. El nivel de violencia es impactante y la investigación sobre el asesinato de Keane se está coordinando desde la estación Drogheda Garda", informó un vocero policial.
La ciudad de Drogheda, en la costa este de Irlanda, es una de las más antiguas del país, conocida en el pasado por sus iglesias góticas y sus abadías en ruinas.
Pero en los últimos años se hizo notoria por una guerra territorial que ya se ha cobrado la vida de tres personas y vio decenas de ataques incendiarios que dejaron a sus 41.000 residentes viviendo con miedo.