La muerte de Viviana Espina generó conmoción, no sólo en su círculo íntimo sino también en gran parte de la sociedad mendocina que conoció su incansable lucha para esclarecer la muerte de su hijo, Lucas Carrasco (22).
Lucas murió el 16 de marzo de 2014 tras agonizar durante dos días. El joven fue herido por un policía en los incidentes que se registraron el viernes 14 luego de que se suspendiera un encuentro entre el club de sus amores, la "Lepra" e Instituto de Córdoba.
Ayer al mediodía la tragedia volvió a golpear a la familia Carrasco. Viviana fue hallada muerta en el parquizado del lateral sur del Acceso Este, entre las calles Estrada y Bombal, en Guaymallén, confirmaron a Los Andes fuentes policiales.
Según las primeras averiguaciones, la mujer decidió quitarse la vida, entre sus prendas le encontraron una carta en la que explica por qué tomó esa decisión, agregaron las fuentes.
La mujer llevaba días desaparecida y era buscada por familiares y amigos que pedían colaboración en las redes sociales.
La muerte de Lucas
Lucas Gastón Carrasco tenía 22 años y toda una vida por delante, pero el 16 de marzo de 2014 murió en el hospital Central después de 48 horas de agonía como consecuencia de una hemorragia cerebral.
En la causa quedó demostrado que había sufrido una herida cortante en la cabeza durante los incidentes originados tras el anuncio de la suspensión de aquel partido, específicamente en el sector de callejón Sur y Clark, en inmediaciones del Bautista Gargantini, en el parque General San Martín.
El reclamo de justicia se hizo popular e incluso hubo marchas hasta la explanada de la Casa de Gobierno.
Un año después, la Justicia identificó al efectivo Diego Guzmán Zalazar como el responsable de la muerte.
El 28 de julio del año pasado se inició el debate bajo la calificación de homicidio culposo a cargo de los jueces Roberto Uliarte, José Valerio y Ariel Spektor.
Sin embargo, después de dos audiencias, el 30 de agosto se hizo lugar a un cuarto intermedio por 15 días, para que se realizara una pericia médica, pero que desembocó en un hecho inédito dentro de la Justicia local: por enfermedad de José Valerio y siguiendo la letra del artículo 377 del Código Procesal Penal, si un juicio es suspendido por más de 15 días debe anularse todo el proceso y realizarse otro antes de los 60 días, con otros jueces distintos.
Por esa situación se denunció que el magistrado enfermo, ese mismo día había concurrido a dar clases a la Universidad, mientras tanto la Suprema Corte de Justicia, el 24 de setiembre de 2016, resolvió que el "problema fue de inhibición y no de competencia, por lo que el debate se reanudará en la misma Cámara, con fecha a definir.
Pero el 8 de noviembre, José Valerio, pasó a integrar la Suprema Corte mendocina y la Segunda Cámara se quedó con sólo dos integrantes y de la continuidad del juicio nada se sabe.