Un meteorito marciano de 2.100 millones de años descubierto recientemente en África del norte difiere de todos los encontrados hasta ahora por su riqueza en agua y su similitud con rocas analizadas por las sondas de la NASA en Marte, según revela un estudio publicado ayer.
"La roca basáltica -de origen volcánico- contenida en este meteorito es similar a la composición de la corteza marciana o de la parte superior del manto de Marte", explica Carl Agee, de la Universidad de Nuevo México, uno de los principales coautores de esta investigación aparecida en la revista científica Science de ayer. "Nuestros análisis de los isótopos del oxígeno muestran que este meteorito, denominado NWA (Noroeste de África) 7034, es diferente a todos los demás puesto que su formación química corresponde a la formación del sol de Marte y a las interacciones con la atmósfera del planeta rojo", añade.
Según este científico, la abundancia de moléculas de agua en este meteorito (alrededor de 6.000 partes por millón o diez veces más que en otros meteoritos marcianos conocidos) hace pensar que se encontraba en la superficie de Marte hace 2.100 millones de años.
El agua podía provenir de una fuente volcánica de un acuífero cercano a la superficie, lo que hace pensar en una actividad acuosa persistió en la superficie marciana durante el comienzo de la era Siderikiana (amazoniana). "Nuestros análisis de carbono muestran igualmente que el meteorito sufrió una segunda transformación en la superficie de Marte que explica la presencia de macro-moléculas de carbono orgánico", reveló Andrew Steele, de la Institución Carnegie coautor del estudio.
Para este científico "se trata del meteorito marciano más rico geoquímicamente jamás encontrando y los análisis que se han realizado van a revelar probablemente otras sorpresas". En total, se han encontrado hasta la fecha un centenar de meteoritos de origen marciano. Hizo falta espera a los años 80 para que la ciencia pudiera determinar el origen de estos meteoritos a partir de un estudio de gas atmosférico atrapado en el interior de las rocas.
Curiosity, la sonda enviada por la NASA, se encuentra desde comienzo de agosto en el cráter de Gale, en el ecuador marciano, para determinar si el 'planeta rojo' fue propicio en el pasado a la vida microbiana.