Hallan en El Nihuil restos de sus más antiguos habitantes

Investigadores del Museo de Historia Natural de San Rafael y del Conicet realizaron excavaciones en el sitio arqueológico denominado Arbolito. Hallaron elementos que determinarían la presencia de grupos humanos hace más de 1.000 años.

Hallan en El Nihuil restos de sus más antiguos habitantes
Hallan en El Nihuil restos de sus más antiguos habitantes

Puntas de proyectil, restos de cerámica, cuentas de collares, raspadores, lascas (desechos de la talla), perforadores, huesos de animales que consumía el hombre, que pertenecerían a pobladores de la región hace entre 800 y 1.200 años, son parte de los materiales que recuperó un grupo de investigadores del Museo de Historia Natural de San Rafael en varias excavaciones realizadas en El Nihuil.

Los cuatro operativos se desarrollaron durante una semana en el sitio arqueológico conocido como Arbolito y estuvieron a cargo de Nuri Sugrañes y Paz Pomei, dos becarias de Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), quienes precisaban de esta información para completar sus tesis doctorales. Además participaron los profesionales del museo de Historia Natural de San Rafael Gustavo Neme, Adolfo Gil y Miguel Giardina, además de Laura Salgán, del museo de Malargüe. También colaboró Pedro Serra, quien les facilitó una vivienda en El Nihuil y un kayac para acceder a los sitios arqueológicos.

Si bien no es común que se realicen estas tareas en verano por las altas temperaturas reinantes, se eligió este momento debido al monitoreo del nivel del agua en el lago del dique El Nihuil. La mayor parte de estos sitios se encuentra bajo agua, por eso se eligió este momento en el que el nivel de líquido esté más bajo y que permite las excavaciones.

"Durante mucho tiempo colaboradores del museo y el arqueólogo Humberto Lagiglia recolectaron cosas, pero nunca se habían hecho excavaciones para conocer la antigüedad. Además, queríamos recolectar algunos materiales en contexto, es decir cuando al excavar se puede ver la cerámica de tal tipo en qué nivel está, al lado de esas cerámicas qué artefactos hay, ya que en el museo hay cajas con cosas pero no se conoce el contexto", explicó a Los Andes Gustavo Neme, antropólogo, doctor en Cienias Naturales e investigador del Conicet.
Ahora el material recogido será analizado en Missouri (Estados Unidos) para determinar fehacientemente la antigüedad de cada elemento y así poder determinar si perteneció a poblaciones aborígenes, como los puelches u otras más antiguas.

“Sabemos por restos que se fecharon anteriormente, de las colecciones que habían en el museo,  que las ocupaciones podrían tener por lo menos entre 800 y 1.200 años de antigüedad. Sin embargo cuando mandemos a datar lo que sacamos sabremos la antigüedad exacta”, dijo Neme.

Y agregó: “Por el contexto calculo que están bien los fechados que tenemos. Eso sí, cuando hablamos de estas antigüedades no sabemos a qué grupo estamos haciendo referencia. En los últimos 1.000 años podría tratarse de grupos puelches en esta región, pero también podrían ser grupos previos, ya que la antigüedad máxima de los puelches es de 1.000 años y estamos en el límite. Podría tratarse de otro grupo de cazadores recolectores”.

En estos sitios arqueológicos, donde se excavó en espacios determinados de 2 x 1 metros, se encontró que uno de ellos podría ser más antiguo aún porque no contenía cerámicas, que “son de los últimos 2.000 años dentro de la región, y los materiales que se encontraron tienen características de mayor antigüedad”.

Conocer más

Entre los elementos hallados se distinguieron diferentes tipos de cerámica: Arbolito -tiene una pasta color ocre y crema, con un antiplástico muy fino-; Nihuil (con mucha arena como antiplástico para endurecer) y Atuel (cepillado que posee un cepillado en la cara externa y presencia de mica que hace que las paredes se vea brillante). Arbolito y Atuel cepillado son cerámicas típicas del sur mendocino, aunque se desconoce las formas de los elementos ya que se encontraron trozos no piezas enteras.

Además se hallaron valvas de moluscos del océano Pacífico, cerámica decorada de origen chileno, elementos de molienda tales como molinos y manos para moler semillas de plantas silvestres. “Uno de los molinos tiene pigmentos, por lo que habría sido utilizado para preparar los pigmentos para pintura de las cerámicas o corporales, o las rocas tipo pintura rupestres. Esto no lo podemos saber, pero lo interesante es que tiene una buena cantidad de pigmentos que permitirá que lo analicemos”, aseveró Neme.

Estos hallazgos y los resultados de los análisis posteriores permitirán que se conozca “qué proporciones de cada cosa hay en el lugar, estimar dónde estaban los centros donde fabricaban esos tipos de cerámica observando varios sitios, los tipos de roca que se utilizaron, y así dar más uso a lo que hay en el museo. Cuando se tiene controlados el espacio y la densidad se puede saber la cantidad de materiales que hay y conocer los grupos aborígenes que vivieron en la región”.

Además se realizó la prospección en la cantera de obsidiana del cerro Peceño. La obsidiana es una roca volcánica, una especie de vidrio hecho por la naturaleza que era muy bueno para talla, y “que tiene una firma química -como un ADN- que permite ver a qué lugar pertenecen según su composición.

De esta forma, por la utilización de los grupos de aborígenes podremos ver los rangos de movilidad, los territorios de las poblaciones, los volcanes de cada grupo, y permite reconstruir muchas cosas como los caminos, ejes de circulación, territorio y movilidad de las poblaciones”, concluyó Neme.

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