Hacia la unidad sindical

Luego de muchas divisiones provocados según su relación con el kirchnerismo, el sindicalismo se va reunificando.

Hacia la unidad sindical

Durante el segundo mandato de Cristina Kirchner el sindicalismo ha estado dividido en cinco centrales: las tres de origen peronista, cuyos secretarios generales son Hugo Moyano (camioneros), Luis Barrionuevo (gastronómicos) y Antonio Caló (metalúrgicos), y las dos combativas, que tienen como titulares a Pedro Micheli (estatales) y Hugo Yasky (docentes).

Esta división ideológica cambia al ser analizada políticamente: hay tres opositoras al gobierno -las dos peronistas que lideran Moyano y Barrionuevo y la CTA de Micheli- y dos oficialistas -la peronista de Caló y la CTA de Yasky-.

Este cuadro, que lleva ya tres años, comienza a alterarse al finalizar el tercer año de gobierno del segundo período de Cristina Kirchner. Por un lado hay una reafirmación: la división entre las dos CTA se ha tornado irreversible, formalizando jurídicamente la división política preexistente.

Por el otro, avanzan con posibilidades de éxito las gestiones de unidad entre las tres centrales sindicales. Para ello se descarta por ahora que se unan en una sola central. Ello obligaría a complejas negociaciones para elegir un secretario general y un consejo directivo, lo que complicaría la unidad en vez de facilitarla.

La idea predominante es crear una estructura flexible tomando como modelo la “Comisión de Enlace” que desde 2008 comparten las cuatro entidades gremiales del campo.

La aparición de esta suerte de “Comisión de Enlace Sindical” se presentaría con un documento, cuya idea central dirigida al próximo gobierno sería: “Si quieren gobernabilidad, tendrán que escuchar al movimiento obrero”. Esto es percibido por los presidenciables opositores que competirán en 2015, y por esta razón Mauricio Macri ha tenido encuentros privados con los dirigentes sindicales peronistas, tanto opositores como oficialistas.

Moyano y Barrionuevo presionan para que la presentación de la unidad sindical sea a fines de 2014, como ha señalado el titular de las 62 Organizaciones Peronistas, Jerónimo Venegas (Rurales). En cambio, en la CGT peronista oficialista liderada por Caló prefieren, como lo ha dicho uno de sus dirigentes -Martínez, de Construcción-, que sea en el segundo trimestre del año próximo.

En este marco, Moyano ha dejado en suspenso las acciones del plan de lucha del sindicalismo opositor. Ello llevó a diferencias con Barrionuevo, que insistía en continuar con nuevos paros y movilizaciones.

La fórmula de la “Comisión de Enlace Sindical” permite recomponer la relación entre las dos centrales sindicales peronistas opositoras. Dentro de la central sindical peronista oficialista, el sector denominado “Los Gordos”, que integra una decena de grandes gremios caracterizados por su capacidad de negociación, hoy se inclina más bien por acelerar la unidad.

Para el sindicalismo peronista oficialista, oficializar esta unidad implica tomar distancia del gobierno, que prefiere que el sindicalismo siga dividido. Por esta razón, los dirigentes más próximos al gobierno se inclinan por dilatarla.

Se va delineando así un escenario sindical en el cual el sindicalismo peronista, que ha sido dócil frente al kirchnerismo -el conflicto con Moyano fue precipitado por el mismo oficialismo-, puede adoptar una actitud más hostil frente a un futuro gobierno, como ha sucedido en el pasado con gobiernos no peronistas, como fueron los de Alfonsín y De la Rúa en la política contemporánea.

Los sindicatos peronistas oficialistas evolucionan hacia una posición más crítica frente al gobierno por dos razones. Una es política: la percepción de que el oficialismo puede perder las elecciones de 2015. La otra es social: el deterioro de la ocupación que está generando la recesión y la caída del salario que origina la inflación.

El crecimiento de la izquierda sindical liderada por los partidos trotskistas como el PO y el MST se viene dando con mayor fuerza en los gremios oficialistas. Tal es el caso de mecánicos (industria automotriz), alimentación y metalúrgicos, en el sector privado, y docentes, en el público.

Es que el alineamiento con el oficialismo, cuando se deteriora la situación social, crea el espacio para el avance de la izquierda en los gremios más cercanos al gobierno. Ello también lleva a los gremios opositores a tomar distancia del gobierno en 2015.

Mientras la izquierda sindical crece en la representación sindical de base, la dirigencia tradicional evidencia capacidad de mantenerse al frente de los gremios.

En la federación de Obras Sanitarias, Lingieri fue reelecto con 99% de los votos para el periodo 2015-2019; en la Federación de Comercio, el congreso de la organización va a reelegir a Cavalieri por tres años para el período 2015-2018; y en Luz y Fuerza, la muerte del secretario general (Lescano) llevó a una elección indirecta disputada, en la cual se impuso con 93 congresales un dirigente del interior alineado con el kirchnerismo (Moser) sobre el titular del sindicato Capital (Ieraci), también próximo al oficialismo, que tuvo 67 congresales.

Pero la unidad sindical avanza y en la semana que finaliza, treinta gremios del transporte, de las centrales sindicales peronistas, se reunieron reclamando en conjunto un bono salarial para el fin de año.

Participaron del encuentro los sindicatos del sector enrolados en la Central Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que responden a Hugo Moyano, y los que integran la Unión General de Gremios del Transporte (UGGT), que están con Caló.

La unidad sindical parece haber dado así su primer paso con la acción conjunta de los gremios del transporte, posiblemente anticipo de lo que sucederá en en los próximos meses con el conjunto del sindicalismo peronista.

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