El asado, comida tradicional de cada juntada con amigos o familia, ha pasado a ser un lujo o un gusto que sólo en algunas ocasiones se puede dar un argentino. Es que la carne ha sido uno de los alimentos con mayor incremento en el último año, sobre todo los últimos dos meses de 2015 -noviembre/diciembre- y comienzos de 2016, cuando su valor se disparó por la devaluación. Asimismo, estiman que en los próximos meses puede subir aún más, teniendo en cuenta los incrementos en los servicios.
Para tomar como ejemplo y conocer de cerca cuál ha sido el aumento, Los Andes recorrió las carnicerías del Mercado Central y seleccionó algunos cortes de carnes para preparar un asado para cuatro personas mayores.
Para que nadie se quede con apetito se tuvo en cuenta que un adulto promedio consume entre 500 y 600 gramos y a ello se sumó un chorizo y una morcilla por persona, más ensalada (lechuga y tomate), pan, leña y bebidas para acompañar la parrillada y servir la mesa. Para esa cantidad de comensales, el asado costaría aproximadamente $ 498,20 un 54,8% más caro que en enero de 2015, cuando costaba en promedio $ 321,65.
Desde las carnicerías consultadas afirmaron este aumento y aseguraron que a pesar de ello el consumo no ha bajado considerablemente. Sin embargo, un punto en que hicieron hincapié, es que el consumidor sí busca cortes más económicos o que estén en promoción.
Por ejemplo, “la entraña o matambre que actualmente son más caros ($ 140 el kilo) no son consumidos con las misma periodicidad o cantidad que antes. En su lugar, optan por punta de espalda, vacío -que es una carne que rinde mucho-, o pollo que sus valores rondan entre los $ 100 y $ 120 el kilo”.
Aumentos desmedidos
La carne ha sido -como mencionamos- uno de los alimentos con mayor incremento de la canasta alimentaria. Las explicaciones de este incremento se dan, por un lado, por ser un producto que está pegado al dólar, por lo que luego de la devaluación su valor se disparó. Mientras que por el otro, los economistas destacan que hubo mucha especulación ya que el precio se elevó antes del cambio de Gobierno y de las medidas económicas anunciadas a fin de año por el presidente, Mauricio Macri.
José Vargas, economista de Evaluecon, aclaró que durante el año pasado -hasta octubre- los cortes populares se habían mantenido con un crecimiento en sus precios muy por debajo de ahora (en promedio un 22%).
“Lo que pasó -continuó- es que desde la última semana de noviembre hasta fin de año, los precios de los cortes populares más el resto (cortes de primera) comenzaron a subir fuertemente. Incluso los sustitutos cercanos (pollo, pescado, etc.)”.
Según explicó, durante gran parte de 2015 los incrementos se dieron por aumento en los costos de producción y en la menor oferta. Sin embargo, hacia fin de año comenzó la “carrera” hacia una posible liberación del cepo con devaluación incluida, lo que hizo trepar los precios muy por sobre el de equilibrio de mercado. Ya en este año, el incremento se viene dando por el impacto del dólar en el mercado doméstico y, sobre todo, en los bienes transables internacionalmente como es el caso de la carne", remarcó Vargas.
Para Daniel Garro, de Value International Group, la carne era uno de los productos que el gobierno kirchnerista controlaba mucho, por eso antes aumentaba menos, pero tenía inflación reprimida que más tarde o más temprano iba a explotar. Por otro lado, “el precio anterior era ficticio también porque el Indec mentía con lo cual, ¿cómo saber cuál era el precio real el año pasado para medirlo con el actual? Quizás no aumentó tanto sino que antes se mentía y nos hacían creer que estaba más abajo”, señaló el especialista.
Es que tanto para este profesional, como para Daniel Garro, la carne es un alimento típico de la mesa de los argentinos, que si bien el consumo se modificó con este fuerte aumento de precios, no cayó considerablemente. Además -según aseguró Garro-, la cantidad de cabezas de ganado disminuyó a mínimos históricos, debido a su política de control e intervención. La tasa de caída de cabezas de ganado ha sido mayor que la tasa de baja de la demanda de carne en el mercado interno. Por lo tanto, “los precios suben”, completó el economista.
Garro completó el escenario diciendo que la emisión monetaria hace su parte en relación a la carne. “La tasa de baja de las cabezas de ganado, sumado a la tasa de caída en la demanda de carne, son menores que la tasa de suba de la emisión monetaria y la inflación en este caso relativa a la carne; dado esto, los precios suben”, reveló.
Asado para cuatro personas
La parrillada para cuatro personas elaborada por Los Andes, tuvo en cuenta dos kilos de carne, chorizo, morcilla y achuras. En base a esto se calculó 1,200 kilo de carne, entre costilla y vacío. De este último, se toman 500 grs. que rondan los $ 60 (el kilo está a $120) y de asado de tira 700 grs., que en el Mercado Central está a $ 119, lo que da un total de $ 84. Se sumó 4 chorizos chicos, $ 60 ($ 95 el kilo), dos morcillas ($ 30), 440 grs. de chinchulines $ 23 ($ 40 el kilo) y 350 grs. de mollejas $ 62,65 ($ 179 el kilo).
Para acompañar esa clásica parrillada, no puede faltar una ensalada. La típica de tomate y lechuga para cuatro personas puede costar aproximadamente $ 30, -teniendo en cuenta que el kilo de tomate redondo está aproximadamente a $ 20 y el kilo de lechuga a $ 40-.
Además, a esto, se le suma leña. Cada atado cuesta aproximadamente $ 40 los 10 kilos, que para la parrillada calculada por Los Andes, se necesita esa cantidad.
Otro de los ítems que hay que tener en cuenta para servir la mesa, es el pan, el cual puede encontrarse a $ 30 el kilo y las bebidas. En este último caso, para cuatro personas Los Andes tuvo en consideración, una gaseosa de 2,25 litros está a $ 31,57, más un vino de gama media, Estancia Mendoza tinto, está a un valor de $ 36,69 y una soda de 2 litros, $ 10,29.
En base a esto, para una juntada cada persona tiene que pensar que como mínimo para un asado va a desembolsar cerca de $ 130.
Frigoríficos se defienden
El titular de la Cámara de la Industria y el Comercio Cárnico de la República Argentina (Ciccra), Miguel Schiaritti, denunció que los supermercados “cargan 50 por ciento de margen al precio de la carne”. “El supermercado está muy ávido de maximizar utilidades. Da la sensación que trata de aprovecharse de la posición dominante que tiene”, manifestó Schiaritti.
El titular de la entidad que representa a los frigoríficos chicos aseguró que el supermercadismo “tiene la ventaja de ser comprador directo de la hacienda”.
“La faena es con frigorífico propio o la manda a faenar como cualquier matarife. El supermercadismo no paga 3 por ciento de Ingresos Brutos porque compra a nombre propio y vende de la misma manera”, explicó el directivo en declaraciones a la radio FM Milenium.
Aseguró que las grandes cadenas “tienen precios 20 por ciento superiores a los de carnicería”, y denunció que “carga márgenes de 50 por ciento en el precio de la carne”.
El titular de Ciccra señaló que “el consumo de carne viene cayendo” desde hace varios años y precisó que “en enero bajó casi el 5,5 por ciento que en un mes es un número muy relevante”.
“Hace 30 años Argentina consumía 90 kilos de carne vacuna. Hoy el consumo es de 60 kg. El público está satisfecho porque remplaza con 40 kilos de pollo y 14 de cerdo”, señaló. Schiaritti consideró que el supermercadismo fija “precios de referencia” y que por ello no han bajado los valores en las carnicerías.
Más subas por la luz
El vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires, Alberto Williams, no descartó nuevas subas en el precio de la carne, al advertir que el incremento en la tarifa de la luz anunciado por el Gobierno “no lo va a pagar el carnicero, va al consumidor”.
En declaraciones a radio Vorterix, el empresario señaló también que hay que esperar y ver qué sucede con las paritarias del sector, y aseguró que estimar qué sucede con el mercado en marzo “es hacer futurología”.
“Viene el aumento de la luz, nosotros tenemos el gasto mayor en la corriente. No podemos apagar las heladeras. Pero el aumento de la luz no lo va a pagar el carnicero, va al consumidor”, afirmó.
Williams dijo también que la negociación salarial del sector puede ser otro factor que empuje el precio de la carne hacia arriba, al expresar que los gremios “están pidiendo 35% o 40%, y eso no es poco”.