Hacer películas con seriedad y corazón

Esto plantea Santiago Esteves, realizador mendocino y director del largometraje La Educación del Rey.

Hacer películas con seriedad y corazón
Hacer películas con seriedad y corazón

El western policial fue filmado en la provincia y hablamos con su director sobre esa experiencia.

Santiago Esteves es un director, editor y productor de cine que nació en nuestra provincia, Mendoza. Actualmente reside en Buenos Aires, pero decidió retornar al desierto para filmar su ópera prima.

-Volviste a Mendoza para filmar tu primerlargometraje. ¿Por qué? ¿La peli hubiese sido lo mismo si se hacía en otro lado?

-La Educación del Rey la escribimos con Juan Manuel Bordón, mendocino también, y siempre quisimos utilizar el espacio de la provincia como motor de la acción. Si bien el tema de la película es universal, no podría haberse filmado en otro lado: las características geográficas y sociales definen la película. En el filme vemos a Reynaldo, un adolescente que, mientras intenta escapar de su primer robo, cae por accidente en el jardín de Carlos Vargas, un jubilado expolicía y guardia de seguridad. A partir de ese encuentro, surge una relación de aprendizaje entre ambos.

-Cuando regresaste, ¿cómo viste la industria audiovisual local?

-Filmar en Mendoza siempre fue mi objetivo. Por eso, en los años anteriores a empezar la producción de La Educación del Rey, me mantuve activo filmando en la provincia. En 2013 filmé un cortometraje (Un sueño recurrente), luego videoclips y publicidades, y en 2015, con Federico Cardone escribimos y dirigimos un documental sobre el período que pasó Cortázar en Mendoza. Estas experiencias me sirvieron para ir generando vínculos de trabajo, para ir conociendo los vicios y virtudes del modo de producir mendocino, porque para mí era fundamental que la serie se hiciera desde la provincia, que tuviera esa impronta.

-¿Se puede pensar en una industria cinematográfica en nuestra provincia?

-Creo que en la Argentina es muy difícil hablar de industria audiovisual. Para ponerte un ejemplo televisivo: los canales de aire de Mendoza solo producen contenidos de piso, porque les resulta muchísimo más barato y fácil comprar las tiras de Buenos Aires que producir ficción o documental. Esto es una señal de que, si los que tienen dinero no lo invierten en producción, se hace muy difícil crear una cultura de consumo audiovisual local. 
Es un tema largo y complejo de analizar, pero me parece que estamos en un período preindustrial, en el que el desafío de la provincia es generar, con las herramientas que haya, películas o series hechas con seriedad y con corazón, que aumenten las ganas de la gente de conectarse con lo que se produce en la provincia, tanto fuera como dentro de Mendoza.

-¿Qué buscás como director cuando hacés una película?

-Para mí, lo más importante es establecer un vínculo con la realidad que propone la película. Ese vínculo puede ser emocional, intelectual, físico, espiritual o una mezcla de todos. Una película te tiene que enfrentar a ideas o a sensaciones nuevas, o problematizar tu forma de ver el mundo, de tal modo que salgas transformado solo por el hecho de sentarte a verla. En los últimos años, creo que el cine (y la gente) se conforma con menos que esto, pero es importante volver a pensar el cine en todo su potencial, como una herramienta transformadora.

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