Hace falta una verdadera reforma política

Las discusiones se profundizan con la cercanía de las elecciones. Pero después, en el lapso que media entre un comicio y otro, la dirigencia política se olvida de esos temas, con lo que ingresamos en un verdadero círculo del eterno retorno.

Nos referimos esencialmente a lo que sucede con el desdoblamiento de los comicios para la elección de intendentes o a lo que ha ocurrido ahora con la iniciativa destinada a la aplicación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que rigieron para las candidaturas nacionales pero no para las provinciales.
 
También cabe mencionar la eterna discusión por la modificación de las listas sábana o la situación que se plantea en Mendoza, donde funciona un sistema bicameral, pero donde tanto diputados como senadores se toman como representación del pueblo de toda la provincia, por lo que hay departamentos que no cuentan con ningún representante en las cámaras legislativas.

Desde estas columnas se ha insistido en la necesidad de desdoblar las elecciones departamentales, para que el vecino puede hacer escuchar su voz en forma directa y así califique la gestión de quien administra su municipio. Cada comuna debería fijar, de una vez y para siempre, la fecha en que deban renovarse las autoridades municipales, evitando así lo que habitualmente sucede, en el sentido de aprovecharse para que la "tracción" nacional o provincial arrastre consigo a los candidatos municipales.

El tema de las PASO provinciales también merece la consideración, más aún cuando el tema se instaló días pasados en medio de la campaña electoral y atinadamente se dispuso postergar la discusión. Por ahora las PASO son sólo una especie de primera vuelta electoral, pero debe destacarse que con su implementación se permitió la intervención de los independientes en las internas partidarias.

Es necesario también modificar el actual esquema de las listas sábana. La ciudadanía ha madurado lo suficiente como para calificar individualmente a quienes han cumplido -o no- con el accionar de los legisladores y el cumplimiento de la gestión. Actitud que no puede aplicar ahora, en razón de que el sistema de "arrastre" en la conformación de la lista puede llegar a premiar, o castigar, a otros que quedan a merced del sistema.

Otra reforma debe centrarse en el sistema de representatividad. El funcionamiento legislativo actual contempla dos cámaras, como en el orden nacional, pero en el caso de Mendoza todos representan a los habitantes, sin discriminar, como sucede en la Nación, la representación de las provincias (en nuestro caso, los departamentos). Así entonces, resulta prácticamente imposible que los departamentos más chicos puedan contar con una representación en las cámaras legislativas.

Afortunadamente, en las actuales elecciones legislativas no se han repetido las falencias que se registraron en oportunidades anteriores, como la aparición de listas espejo, colectoras o candidaturas testimoniales y es de esperar que esos temas queden definitivamente en el olvido.

Sin embargo, la dirigencia local se debe una verdadera reforma política que concurra en beneficio de todos los mendocinos. Y el mejor momento para comenzar a trabajar en ese objetivo es el que media entre la actual y las próximas elecciones, en 2015. Es la única forma de dejar de lado los oportunismos y de responder a una ciudadanía ávida de participación, como lo demuestra abiertamente en cada acto electoral.