Habrá que esperar por la reactivación - Por Rodolfo Cavagnaro

Los argentinos nos acostumbramos a que después de cada crisis siempre viniera una recuperación rápida.

Habrá que esperar por la reactivación - Por Rodolfo Cavagnaro
Habrá que esperar por la reactivación - Por Rodolfo Cavagnaro

Después de la brusca caída experimentada por el PBI en 2018, que terminaría con una caída de 2,5%, se espera que haya un rebote y sobre esto hubo muchas especulaciones.

Se hablaba de una V, o sea una rápida recuperación; también se especuló con una U, es decir, una etapa mediocre después de la caída para esperar una recuperación más lenta. Lo más pesimistas hablaron de una L, es decir, después de la caída ninguna recuperación.

Los argentinos nos acostumbramos a que después de cada crisis siempre viniera una recuperación rápida por el uso de algunos artificios monetarios, que a nadie le importaban  porque la reactivación hacía olvidar la crisis y todos querían disfrutar las mieles del nuevo proceso.

La economía argentina padece varios males que se agravaron con el tiempo y que, aunque se haya conseguido una cierta estabilidad, no sólo no garantizan una recuperación sino que avisan que, si nos desviamos del camino, podemos estar mucho peor.

Si bien la inflación se espera que marque una disminución, una tasa esperada del 29% sigue siendo muy alta, a pesar de que el Gobierno asegura que no tendrá déficit fiscal. Pero para conseguir este objetivo subieron las tasas impositivas a niveles tan altos que están asfixiando la actividad productiva. Pero para contener la inflación y la suba del dólar, el BCRA aplica tasas tan altas que tampoco facilitan  el crédito productivo y mucho menos el destinado al consumo.

Con este panorama se ha complicado la actividad de muchos sectores que pensaban que, con la devaluación, podrían  recuperar condiciones de competitividad, sobre todo para las exportaciones. Pero el problema es que el dólar sigue bajo por la estrategia monetaria del Banco Central y no va siguiendo el ritmo de la inflación, como se pretendía con las bandas de intervención.

Además, el costo del crédito también afecta a la actividad exportadora y los sectores que se esperaba, fueran fuentes de reactivación,  no están respondiendo. Si la exportación queda reducida a producciones primarias y el consumo no puede reactivarse por la afectación que han tenido los salarios, el objetivo de recaudación del Gobierno se verá seriamente comprometido.

Por ahora, y con las expectativas de inflación que aportan las consultoras privadas, cercanas al 29%, el BCRA no piensa acelerar la baja de las tasas, a pesar de que el dólar no puede recuperar ni siquiera el piso de la banda de flotación. El Gobierno no quiere que haya turbulencias con el dólar, pero el atraso es muy peligroso porque puede estimular nuevas “bicicletas” que después terminan en estallidos. Por esto que habrá algunas mejoras,  pero mientras no aumenten las tasas de inversión y se cambian aspectos estructurales, sólo transitaremos etapas mediocres  y  no habrá reactivación por mucho tiempo.

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