La sequía que ha sufrido Mendoza en los últimos años parece haberse agravado esta temporada y por eso, desde el Departamento General de Irrigación, anticipan que será prácticamente inevitable que se incrementen las restricciones para el riego agrícola.
"La nieve que ha caído este invierno ha sido muy poca, en la cuenca del río Mendoza (que abastece al Gran Mendoza) nevó sólo el 10% de lo que tendría que haber nevado para esta fecha", dijo Rubén Villodas, director de Gestión Hídrica del organismo.
Advirtió que ese es el escenario en todas las cuencas. Las que están un poco mejor, aunque eso no quiere decir que estén bien, son las del río Diamante y la del Atuel donde precipitó 30% de lo esperable. Estos porcentajes son en referencia a la media histórica de acuerdo a las mediciones de los últimos 20 años.
Hay que tener en cuenta que los últimos 10 años se ha atravesado por una sequía que llevó a que se declarara la crisis hídrica. Sin embargo, el año pasado se decidió no hacerlo más por considerar que se trataba de una situación que llegó para quedarse.
Por eso, ya se realizaba una cuidadosa gestión del recurso hídrico para riego. Sin embrago, los ajustes serán mayores en tanto este "es uno de los peores años de la última década", según Villodas. Por ello subrayó: "con seguridad habrá que restringir" el agua para riego.
Detalló el funcionario, entre las consecuencias, que “los ríos ya vienen con caudales muy bajos, la mitad de lo que sería un año promedio. Y eso implica que la planificación que debe hacerse del riego, lo que más agua consume, deberá ser muy precisa”.
Reserva ajustada
La semana anterior se inició la temporada de riego, es decir que comenzaron a usarse las reservas de agua de los diques. Esto es parte de un procedimiento habitual de gestión del recurso, por el cual durante el otoño e invierno (aproximadamente entre febrero y hasta agosto), se tratan de llenar los embalses lo máximo posible para afrontar la temporada más difícil, que es la primavera.
En esta estación las plantas comienzan a brotar y hay floración, por lo que necesitan tener asegurado el riego. Sin embargo es una época en que aún no hace calor en la montaña, por lo que no ha iniciado el deshielo que aportará agua a los cauces.
Como consecuencia, esos cauces aparecen pobres y se usan las reservas aproximadamente hasta noviembre. A partir de esa fecha puede ya usarse el agua de los ríos, puesto que es cuando comienza el deshielo.
Desde Irrigación hacen una planificación anual del recurso. Por ello, las consecuencias de la sequía se verán desde esta temporada, dado que deberán resguardarse las reservas en tanto los diques no podrán llenarse lo suficiente para el próximo año debido a las escasez nívea.
En un comunicado, Sergio Marinelli (superintendente de Irrigación) advirtió sobre esta situación: "Ha comenzado la temporada con el embalse Potrerillos al 90% de su capacidad, pero desde ahora hasta mediados de diciembre, que comienzan los deshielos, bajará el nivel. Por eso, y dado que prevemos un año muy pobre, es muy importante cuidar el agua, ya que disponemos sólo de lo que hay en el embalse hoy, más lo poco que pueda aportar el río. Por otra parte, los mendocinos debemos rogar para que en lo que resta del invierno se produzcan algunas nevadas, así en el verano podremos recuperar el embalse, que seguramente va a estar muy bajo".
Pese al 90% de cota en Potrerillos, Villodas señaló que en general están todos con menos reservas que años anteriores. Por otra parte, en 4 días, desde que se inició el riego ya bajó 4% su reserva (entre el 23 y el 27 de agosto), según el Boletín de Información Hidronivometeorológica.
Hasta que terminó la corta de agua (23 de agosto) El Carrizal estaba al 78%, Agua del Toro y Reyunos al 75%, Nihuil y Valle Grande al 75%. Por otra parte, en la medición del caudal diario todos los ríos se muestran disminuidos respecto de la media histórica.
Para muestra del panorama está El Carrizal. Allí se hizo hace cinco años una obra para aumentar la capacidad de almacenamiento. Se trata de una elevación de las paredes del vertedero (donde decanta el agua cuando excede lo que puede contener el dique por seguridad). Gracias a esto se pueden almacenar 50 hm3 más. Sin embargo sólo pudo usarse el primer año, ya que luego se llenó sólo una parte del dique.
El agua potable está asegurada
Rubén Villodas, director de Gestión Hídrica, subrayó que el agua potable para consumo humano está siempre asegurada ya que es la prioridad. "El agua potable está garantizada al 100%. A Aysam se le entrega toda la que pide y no tiene ningún tipo de restricción", dijo. A modo de ejemplo, del río Mendoza (que abastece al Gran Mendoza, donde hay más población) se ocupa el 10% de su recurso.
Reservorios de agua
El riego acordado es una de las estrategias que se implementan para gestionar el uso de agua para riego. Para ello se utilizan reservorios, de los cuales hay tres en el canal San Martín del río Mendoza. Se trata de que el regante informe la cantidad de agua necesita en el lapso de 10 días y cuándo, de manera tal de guardarla en los reservorios. Estos además permiten acumular agua de lluvia.