Habló la maestra imputada por abuso: "Soy inocente de todo”

Desde hace algunas semanas,

una serie de denuncias por abuso sexual a tres alumnitos de 4 años conmovió y preocupó a la comunidad educativa de Mendoza.

Específicamente, las acusaciones involucran a una maestra del jardín de la escuela Cristo de la Frontera (ubicada en el barrio Cristo Redentor de Las Heras). Las denunciantes son las madres de los chiquitos, quienes aseguran que sus hijos fueron manoseados por la docente.

A raíz de esto, Sofía Massoputs, la docente denunciada, fue separada de su cargo e imputada por el fiscal Fernando Giunta, de la Ofician Fiscal N° 6, por el delito de “abuso sexual agravado" por estar a cargo de la educación del menor.

Además, la DGE decidió separar de sus funciones a la directora del establecimiento, Nancy Bunader.

Esta noche, Sofía Massoputs decidió salir a dar su versión y para ello eligió la edición central de Noticiero 7. En su testimonio, la educadora chaqueña de 32 años y madre de dos hijos, se mostró muy dolida por lo sucedido y aseguró que es inocente.

“Necesito mostrarle a la sociedad la otra cara de la situación. Yo soy inocente de todo lo que me acusan, yo sólo sé que soy una persona de bien”, comenzó diciendo en su defensa.

Y continuó explicando: “La primera denuncia surge del periodo de adaptación y no estamos solos (con los alumnos), están los papas en el aula”, argumentó Massoputs.

"Yo no tengo nada que ocultar"

En relación a las pericias psicofísicas solicitadas por la justicia y además (un requisito para ejercer la docencia) la maestra dijo: “En Salud Laboral me sometieron a una reevaluación de mi psicofísico y me hicieron dos pericias. Estoy dispuesta a hacerme todas las pericias que requiera la justicia, no tengo nada que ocultar”, sentenció confiada.

En tanto, la docente se refirió directamente a las madres denunciantes: "Yo no hice nada contra sus hijos, porque aprendí a quererlos. Jamás los toqué y en su interior ellas lo saben”, enfatizó.

"Mi vida sigue como puedo"

Massoputs admitió que a partir de las denuncias su vida es un calvario y que su mayor contención es su religión: “Mi vida sigue como puedo, soy miembro de una iglesia evangelista y Dios me esta sosteniendo, porque sola esto no se pasa; es muy difícil, mi vida no era así”.

“En estos momentos no sé si quiero volver a trabajar y no me gustaría irme, acá tengo mi vida”, explicó en referencia a su futuro. “Necesito que me vean como soy y no que me juzguen por lo que dicen las otras personas”, finalizó la docente.