Mónica Riveros es una vecina de 45 años de Las Heras que trabaja en la municipalidad de ese departamento y realiza actividades solidarias junto a su grupo de la iglesia Jesucristo la Esperanza de hoy. Este domingo se llevó una gran sorpresa al descubrir que habían abandonado a un bebé recién nacido en la vereda de su casa.
"Salí porque el perro del vecino no paraba de ladrar y pegaba contra el portón. Me llamó la atención porque estaba envuelto en una sábana y una frazada grande. Cuando lo abrí vi que había una criatura", contó Mónica a Los Andes.
Se trataba de un bebé unas 38 semanas a quien ni siquiera le habían cortado el cordón umbilical. “Estábamos con mi hija y lo metimos en la casa. No lloraba si se quejaba. Le dimos calor pero no lo tocamos mucho porque todavía tenía el cordón”, contó.
Una vez adentro, Mónica dio aviso a la Policía y en cuestión de minutos un móvil había llegado. “Los policías se sorprendieron y salieron rápido para el hospital. Tenía las manitos heladas y también se preocuparon por el cordón”, agregó.
El menor ingresó al hospital Carrillo alrededor de las 8.30. Allí le dieron los primeros cuidados y tras una serie de estudios quedó internado en neonatología. No obstante, el pequeño de poco más de 2.600 kilogramos estaba en buen estado de salud y a media mañana los médicos ya lo habían llamado Joaquín.
Esta tarde, Mónica fue a visitar a Joaquín y llevo un bolso con ropa, pañales y una cuna que donó la municipalidad.
“Yo trabajo en la municipalidad. Cuando les comenté me dijeron que se iban a empezar a mover para ayudar en lo que pudieran. Además, yo trabajo en una asociación que se llama Ayudanos a Ayudar y ya me estuvieron llamando para que vaya a buscar más pañales”, explicó.
Mónica es conocida en la zona por su gran espíritu solidario por lo que en un primer momento pensó que el pequeño había sido abandonado en el lugar para ella lo encontrara. Aunque se trata solo de una sospecha.
Por último, remarcó el hecho que le gustaría mantener contactó con el pequeño a quien le salvó la vida.