Hablar de sexualidad con los hijos

Identificar el momento es un desafío para muchos padres. El tema está presente desde el nacimiento, debe ser tratado con naturalidad y responder preguntas de manera veraz adaptadas para cada edad. Los niños deberían llegar con conocimiento.

Hablar de sexualidad con los hijos

Mientras se conduce, en medio de la preparación de una comida o una caminata relajada, quizás cuando menos se lo espera los hijos tienen la habilidad de sorprender con alguna pregunta sobre sexualidad que deja perplejo a más de uno.

Algunos padres con más “cintura” tendrán la tranquilidad de responder con las palabras adecuadas; pero otros, luego de la primera reacción de sudor frío pasarán al tartamudeo indisimulable o peor aun al tradicional “cambiemos de tema”.

La cuestión es que hoy el asunto no admite mirar hacia otro lado, sino que exige de los papás respuestas seguras, acompañamiento y naturalidad.

Aunque siempre se recomendó esperar a que pregunten para dar  explicaciones, la sobreestimulación y el acceso a información que tienen actualmente han acelerado los tiempos: cada vez preguntan antes aseguran los psicólogos. La premisa fundamental para afrontarlo con éxito es una respuesta verosímil acorde a la edad.

El avance de la educación sexual en las escuelas plantea un nuevo desafío al respecto: ¿deben ser los padres los que hablen primero con sus hijos sobre estos temas? ¿Están suficientemente preparados?

Actualmente, se está ante un nuevo paradigma en este sentido que requerirá a muchos un trabajo de adaptación: la sexualidad es amplia y va más allá de lo genital, se transmite desde el nacimiento y se conversa con naturalidad, es un tema transversal a la cotidianidad.

Para la psicóloga y psicopedagoga, Cristina Reta los padres deben ser los primeros transmisores, es un derecho y un deber que en segunda instancia le corresponde a la escuela. Por eso, destacó la necesidad de que se trabaje en comunidad entre ambas instituciones.

"La charla"
En una reunión de padres sobre el tema surge con claridad que la forma de abordar el tema por parte de los adultos dista ampliamente de la forma en que lo hacen las nuevas generaciones. Los más jóvenes lo tratan con más naturalidad y en este sentido apunta la nueva tendencia. Ya no existe "la charla" en la que se inicia al niño o púber en el tema, sino que desde pequeños surgen los interrogantes o la información simplemente está disponible en internet y a través de sus pares.

“La sexualidad está con nosotros desde que nacemos hasta que morimos”, subraya Alejandrina Román, psicóloga, sexóloga y educadora sexual. Es ineludible transmitir mensajes sobre el tema, es que ya no se entiende sólo desde la genitalidad, sino que involucra una concepción mucho más abarcativa.

“Desde el primer momento, ya estamos dando educación sexual que tiene que ver con la visión que tenemos del cuerpo” -explica- lo cual sucede a través de mensajes verbales, la forma de jugar, juguetes, las cosas que se indican que no se pueden hacer y hasta lo gestual. Se reciben mensajes permanentes no sólo por parte de la familia, sino también de la sociedad en cuanto a la transmisión de una determinada cultura.

Aseguró que ni bien aprenden a hablar, los niños ya preguntan cuestiones vinculadas a esto.

Si el tema se instala desde pequeños se hace con mayor naturalidad, lo cual permite hablar con comodidad sobre los interrogantes que surjan.

Débora Robledo, coordinadora provincial de Educación Sexual dijo que no siempre se presenta una pregunta directa, sino que a veces tienen conductas que manifiestan la necesidad de una explicación.

“Si no me siento seguro para contestar puedo decirle que me quiero informar más, que lo vamos a hablar más adelante o que vamos a buscar información juntos. Es tan importante la respuesta como la necesidad de ser escuchado, le estoy dando la posibilidad de que cualquier otra  cosa también venga a consultarla”.

Primeros 5 años
Román explicó que los 5 primeros años de vida son fundamentales en la conformación de la identidad de género, una sensación subjetiva de sentirse hombre, mujer o ambivalente.

A los tres años se establece la identidad de rol, en lo cual tiene mucha incidencia el juego y los juguetes. Sobre esto tiene peso la concepción de los adultos que identifican a unos u otros como preferibles para determinado sexo, pero en realidad los juguetes y los juegos son asexuados.

A la misma bolsa van a parar el rosa y el celeste como identificatorio de unos u otros, esto es así a tal punto que en varios colegios están cambiando el color de los baños para preferir colores neutros distintos de estos.

Ya no hay roles definidos para cada género porque las familias actuales de diferentes estructuras requieren el desempeño compartido de tareas.
A partir de los cinco años comienza a definirse como hetero u homosexual.

“A partir de ese período todo lo que se ha ido conformando se va a consolidar hasta la pubertad que es cuando la sexualidad hace eclosión y el niño o niña se desarrolla, entonces al llegar allí ya tiene esa información naturalizada sin tabúes ni falsas creencias y desde una mirada protectora”, destacó. Será justamente en esta etapa cuando se introduzcan los métodos anticonceptivos.

Nombres reales
Los nombres de fantasía para las partes del cuerpo casi serían una cuestión anecdótica, no va más. "Si enseñamos lo que es una mano o un pie también se puede llamar cada parte del cuerpo por su nombre", recalca la profesional, quien como el resto dijo que uno de los puntos de partida es señalar las diferencias entre el cuerpo femenino y el masculino.

Al ver a un hermanito o familiar, ellos desde pequeños van reconociendo esas diferencias que aunque al principio no comprendan bien se irán llenando de contenido y complejizándose en cuanto a la información a lo largo de los años. Éste es justamente el proceso de formación que se realiza sobre sexualidad: desde lo más simple hacia lo más complejo de manera paulatina, sin que nadie se sorprenda ni se espante.

Al llegar a los tres o cuatro años si esperan un hermanito preguntará como es que tal cosa ocurrió, y con esa información previa será mucho más fácil y natural explicarle.

El procedimiento
"El coito no es una pregunta que se responde de una sola vez; por eso, la educación sexual es algo que debe ser secuenciado", manifestó Cristina Reta.

Por su parte, la sexóloga ofreció una manera sencilla de explicar a los pequeños lo que de más grandes conocerán como coito. En primera instancia, hay que explicarles que los varones tienen dos orificios y las mujeres tres.

Uno de estos últimos “es para cosas gratas y hacer bebés, que está conectado con una bolsita que es donde se forma el bebé y que no tiene nada que ver con otros órganos. Allí el papá en un acto de amor coloca con su pene algo que es parecido a un pescadito que se llama espermatozoide”. El niño luego repreguntará porque necesita confirmar el discurso.

Después de los 5 años, la explicación debe adaptarse. Una opción sugerida es dejar un libro de educación sexual a su alcance para que lo hojee y luego pueda preguntar o directamente sentarse con ellos a mirarlo.

Padres preparados

Muchos papás no están preparados para abordar estos temas. La brecha generacional se nota sobre todo entre aquellos que hoy superan los cuarenta años, los que en su mayoría no recibieron mucha información desde pequeños o incluso asimilaron la sexualidad como un tema tabú. En el otro extremo están los muy jovencitos, casi adolescentes aún que no cuentan con suficiente experiencia de vida o pueden no haber recibido capacitación.

Andrea (46) tiene dos hijos de 13 y 10 años. Contó que en su niñez y adolescencia no recibió información al respecto de parte de sus padres con lo cual para ella este tipo de comunicación con sus hijos es una novedad. Las publicidades que ven en televisión han llevado al mayor a hacer preguntas que ha preferido derivar a su esposo porque se ha visto sorprendida sin tener las palabras para responder.

Para ella ha sido muy positivo que reciban información en la escuela, lo cual ha ocurrido desde quinto grado en el caso del mayor, ya que señala que son una generación en la que la brecha en cuanto a la educación recibida se nota mucho.

En cambio Celeste (39) se sorprendió cuando su hijo de 10 años le dijo a su papá que necesitaba que le explicara cómo se hacían los bebés porque sus amigos hablaban y el quería tener su explicación.

“Somos ingenieros, todo lo preparamos; así que tomó libros con fotos y le explicó, pero siempre esperando sus preguntas”, comentó. En cambio, su otro hijo de 7 años quiere tener una hermanita y por eso le preguntó cómo habían hecho ellos para tener a su hermano, lo que le dieron fue una explicación mucho más sencilla.

Despojarse de la propia historia es el principal consejo de las profesionales, para luego poder posicionarse en este nuevo paradigma que considera aspectos como la identidad de género y la diversidad sexual, ausentes en otra época.

Por eso, la psicóloga Cristina Reta resaltó la importancia de que se realicen talleres para padres en las escuelas cuando se comience con la educación a los alumnos, de manera de transmitir herramientas y hacer un trabajo conjunto.

En la escuela

Débora Robledo, coordinadora provincial de Educación Sexual, contó que en la mayoría de las escuelas públicas y privadas ya se ha comenzado con la implementación de estas temáticas que serán contenidos transversales en las diferentes áreas. En esta etapa se está trabajando fundamentalmente en reuniones con los papás a los que se explica cómo se realizará y los temas que corresponderán a cada año. Abarcará desde el nivel inicial hasta la secundaria.

Dijo que lo ideal es que los niños ya lleguen con conocimientos desde la casa aunque también hay que considerar que cada hogar tiene sus particularidades y que en muchas de ellas el tema está silenciado.

La idea es tender un puente entre la familia y la escuela, y dijo que aunque plantean interrogantes la mayoría de los papás se manifiestan de acuerdo con la implementación.

Se trabajará para fortalecer la responsabilidad y en función de esto generar conductas de autoprotección, “no puedo cuidar algo que no conozco”.

Emocionalidad y responsabilidad

La sexualidad debe ser abarcada en toda su integralidad lo que que involucra el aspecto emocional. Cristina Reta señaló que esto abarca mente, cuerpo y corazón. Se debe apuntar a la práctica sexual realizada con responsabilidad.

Tender a la protección señalando las consecuencias de tomarla de manera irresponsable, resaltar que es algo más propio de la adultez y que se realiza en el marco del afecto son algunos de los parámetros que deberían estar presentes para garantizar el autocuidado que en primera instancia vendrá de la mano del acceso a la información.

“Se debe abarcar el aspecto emocional y educar para el amor, la sexualidad no es una diversión más; no es un deporte, sino que debe practicarse con responsabilidad", cerró.

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