Sólo con modificar algunos hábitos y apuntar a una vida más saludable puede bajarse la tensión arterial. Así lo destacan los especialistas y hablan de una disminución de hasta dos puntos. Pero no sólo esto sino que además se logra atenuar riesgos para desarrollar otras enfermedades -especialmente cardiovasculares- que vienen ganando terreno justamente por conductas poco sanas.
El impacto fundamental de lograr el giro hacia lo saludable es en términos de prevención ya que la hipertensión (HTA) es una enfermedad silenciosa y asintomática que cuando se expresa ya produjo daño.
Por otra parte, incluso en pacientes que ya tienen diagnóstico de HTA y reciben tratamiento farmacológico, lo que los médicos aprecian es que este no llega a ser suficientemente efectivo si no se producen cambios de hábitos.
La HTA afecta a 3 de cada 10 adultos a lo que hay que sumar la cantidad de personas que lo ignoran. Pero además está presente en el 80% de los casos de muerte por enfermedades cardiovasculares y es la principal causa de ACV, según un documento elaborado por especialistas de la Sociedad Argentina de HTA en ocasión de la próxima realización de un congreso sobre el tema en Mendoza.
“Poder sostener un descenso de peso de 10 kilos puede alcanzar por sí solo para bajar la presión arterial hasta 20 milímetros de mercurio (mmHg), o, si se prefiere, 2 puntos en la antigua escala de dos dígitos, donde el valor 'normal' de presión es la dupla 14/9”, señala el texto.
Desafío que cuesta
Las condiciones de vida actuales en muchos casos impiden tomar recaudos en este plano y hasta empujan al desorden, justamente lo que señalan los especialistas es la dificultad para generar adhesión a este tipo de cambios y sostenerlos en el tiempo.
El doctor en Bioquímica e investigador del Conicet, Roberto Miatello explicó que este último siglo y medio si bien la medicina ha prolongado la vida de las personas por mejoras en farmacología y en el conocimiento de las patologías la cultura ha hecho que dejemos de hacer actividad física, que usemos mucha sal, que predomine la comida chatarra e industrializada (con abundantes grasas saturadas y trans).
“Nuestra propuesta es volver a las comidas más naturales y disfrutar un poco de la vida porque el estrés también colabora”.
El tabaquismo, el alcoholismo y el mal dormir, ya sea poco o con sobresaltos también son aspectos a corregir, según el especialista.
Agregó que hay conmorbilidades, “enfermedades que se producen de manera conjunta por lo que es común encontrar pacientes con HTA que tienen dislipidemias, obesidad, diabetes o problemas cardiovasculares”.
Por eso subrayó que los malos hábitos van sumando riesgo para que tengan un evento, un infarto o ACV y “este tipo de cambios de conducta más allá de bajar unos pocos puntos en la presión arterial mejora el metabolismo para disminuir el riesgo cardiovascular global”.
La dificultad para lograr adhesión tiene que ver con un contexto que no colabora y con la pretensión de que esto se haga drásticamente, consideró el cardiólogo Nicolás Renna.
“El paciente viene al consultorio con una vida que lleva lo mejor que puede y nosotros queremos cambiársela completamente: dejar el tabaco, el café, la sal, bajar de peso, realizar actividad física y por eso cuesta bastante que los pacientes adhieran totalmente”, refirió y consideró que esto ocurre porque al no presentar síntomas consideran que hasta hace poco estaban sanos.
Los hábitos de vida poco saludables serían la causa de mayor incidencia de HTA en personas jóvenes. Renna dijo que se aprecian cada vez más casos en personas de alrededor de 40 años, aunque el mayor impacto se observa entre los 50 y los 55 años.
Por tratarse de una enfermedad silente recomendó control periódico de la presión arterial como única forma de detección temprana.
Las claves
Bajar de peso: hasta 2 puntos por cada 10 kg bajado. Baja la presión diastólica y sistólica aproximadamente 1 mmHg por cada kilo perdido en hipertensos con sobrepeso.
Además en pacientes diagnosticados disminuye la cantidad de medicación requerida y disminuye el factor de riesgo para desarrollar diabetes, colesterol alto y resistencia a la insulina. Mejora el estado de salud de las personas con hipertrofia ventricular izquierda
Reducir el consumo de sal: Hasta 0,8 puntos. Reducir la ingesta a 6g diarios previene la aparición de HTA en personas obesas con presión normal.
La misma medida reduce la presión en las personas hipertensas entre 2 y 8 mmHg. Estos efectos benéficos son más marcados cuanto mayor es la edad del paciente
Limitar el consumo de bebidas alcohólicas a 30 g de alcohol por día (equivalente a unos 2 vasos pequeños de vino tinto) en varones delgados y 20 g en mujeres ayuda a reducir entre 2 y 4 mmHg la presión arterial
Dieta: rica en verduras, frutas y lácteos descremados, reemplazo de parte de las carnes por pescado (grasas saturadas por omega-3), hasta 1,4 puntos
La dieta DASH (similar a la mediterránea) puede reducir entre 8 y 14 mmHg la presión arterial
Se asocia con una menor incidencia de infartos de miocardio y ACV
Realizar ejercicio físico aeróbico: hasta 0,9 puntos Caminar deprisa entre 30 y 45 minutos, entre 5 y 7 días a la semana, reduce de 4 a 9 mmHg la presión arterial
Dejar de fumar: Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, renales y de una gran variedad de tipos de cáncer.
Hotel de Guaymallén, sede de congreso argentino
Entre el jueves y el sábado se realizará en la provincia el XXIV Congreso Argentino de Hipertensión Arterial que se espera cuente con 2.500 participantes.
El cardiólogo Nicolás Renna, presidente del encuentro en el área organizativa contó que es la primera vez que se realiza un evento así sobre la temática en la provincia. Es organizado por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) pero según dijo, no había logrado conformarse un equipo local para que sostuviera la realización. Esto desde 1974 cuando en Villavicencio se conformó la Sociedad Interamericana.
En esta ocasión el lema será “Hábitos saludables, calidad de vida y deporte” y la sede será el hotel Intercontinental de Guaymallén.
Participarán especialistas extranjeros y uno de los máximos referentes de la cardiología mundial, el doctor José Luis Zamorano recibirá la distinción Doctorado Honoris Causa otorgado por la Universidad Nacional de Cuyo. Actualmente es jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, es investigador con más de 700 publicaciones científicas.