Gwyneth Paltrow y Angelina Jolie acusan a Harvey Weinstein en el New York Times, el mismo día en que hace lo mismo Asia Argento en el New Yorker.
Por un lado, ambas ganadoras del Oscar han hecho público los recuerdos de los encuentros con el magnate de Hollywood en habitaciones de hotel y se suman a los testimonios de las filas de mujeres perjudicadas por los abusos sexuales y psicológicos de Harvey Weinstein.
Su “mala conducta” quedó expuesta por las dos actrices en un artículo publicado esta mañana en el New York Times.
"Yo era pequeña, estaba petrificada", dijo Paltrow al Times, cuando fue recientemente empleada por Weinstein para la película "Emma", un poco antes de ganar un Oscar por "Shakespeare in Love".
Angelina Jolie, por su parte, afirmó: "Tuve una mala experiencia con Harvey Weinstein en mi juventud y como resultado, decidí no trabajar con él de nuevo y avisar a otros cuando lo hicieron", dijo Jolie en un correo electrónico al Times. "Este comportamiento hacia las mujeres en cualquier campo, en cualquier país es inaceptable".
Una cultura de la complicidad
Por estas horas, se sumó a Gwyneth Paltrow y Angelina Jolie, la actriz italiana Asia Argento quien acusó en el “The New Yorker” que Weinstein la había violado.
En el mismo reportaje, el magazine habla de la "complicidad" de parte de la industria del cine que parecía mantener en el subterráneo los abusos del productor.
El New Yorker, tras una investigación de diez meses, aportó hoy nuevas informaciones sobre el escándalo del momento, con un título de lo más contundente: "De insinuaciones agresivas a ataques sexuales: quienes acusan a Harvey Weinstein cuentan su historia".
Según el autor del artículo, Farrow, 16 personas que trabajan o han trabajado con el acusado le contaron que "han sido testigos o han tenido conocimiento de avances sexuales o tocamientos indeseados en eventos asociados con películas de Weinstein o en su lugar de trabajo".
Hay una "cultura de la complicidad" había afirmado Farrow en su reportaje y explica que mucha gente de sus empresas estaban "completamente enterados" de su comportamiento, pero preferían "la complicidad o mirar a otro lado".