Podríamos decir, desde el punto de vista de una revisión histórica, que Gustavo Santaolalla fue el pionero en fusionar el rock y el folclore a partir de la década de los 70.
Es, a esta altura de su carrera, el prócer de esos movimientos independientes de músicos que hace ya al menos veinte años vienen cruzando estos géneros, a veces desde un concepto “indie” o en coalición con la electrónica o la llamada “world music”.
Sin ir más lejos, el mítico "Mañanas campestres", de Arco Iris, lanzado en 1972, se ha convertido en la obra que mejor consiguió entrelazar exitosamente lo autóctono de la música tradicional con el rock emergente.
En esa época, Gustavo Santaolalla tenía apenas 20 años y esas decisiones de cruzar lo criollo y lo enchufado estigmatizaron la relación con sus cómplices rockeros.
Cuando se apartó de Arco Iris, Santaolalla formó a finales de 1975 el grupo Soluna, con el cual fortaleció ese manifiesto de mestizaje.
El sexteto además se destacó por incorporar a un miembro femenino, a Mónica Campins (madre luego de la primera hija de Santaolalla, Ana), una intérprete que formaba a finales de los ‘70 la primera trilogía de mujeres que se subían a los escenarios a cantar rock, junto a María Rosa Yorio y Liliana Vitale.
Ese punto de contacto estético con la voz de Mónica Campins lo vincula ahora con este nuevo ensamble de lujo que lo acompañará mañana a Santaolalla cuando presente “Desandando el camino” en el Ángel Bustelo.
“Encontré en Barbarita Palacios -la hermana de su mujer Alejandra- mucha similitud con el timbre vocal folclórico de Mónica Campins”, afirmó Gustavo.
Barbarita Palacios, junto a Nicolás Rainone y Andrés Beeuwsaert, conforman el grupo de multiinstrumentistas que además cantan con Gustavo en “Desandando el camino”.
“Lo mismo pasa con Nicolás, un músico de La Pampa. Él tiene un disco solista que siempre recomiendo -se refiere al imperdible “Grito pampeano en el patio de la luna”-. También digo lo mismo de Andrés Beeuwsaert, nacido en Olavarría y miembro del reconocido Aca Seca Trío. Andrés es tecladista, percusionista y cantante. Y por supuesto, Pablito González, colaborador con Illya Kuryaki and the Valderramas y de bandas relacionadas al funk, viene de La Rioja, donde comenzó su carrera musical tocando folclore. En esta ocasión toca bombo, caja, batería y timbales.
-O sea, siempre te gustó la idea de armar un ensamble vocal de base folclórica. ¿Ahora finalmente ese sueño se hizo realidad?
-Sí, es verdad. En el caso de Barbarita me encanta su voz. Siempre tenía esa idea, ese concepto de articular una identidad sonora con el tema de fusionar el rock y el folclore. En eso de encontrar voces que mejor representaran esa fusión. En lugar de tener un coro de mujeres afro, me gustaba desde mi juventud la idea de tener un coro con voces folclóricas. Esa es una idea que quiero seguir sembrando, fijarla para futuros proyectos.
-Sin embargo, en los 70 fue una idea que muchos de tus compañeros rockeros odiaron.
-Por supuesto. Los muchachos me agitaban: “¿Cómo vas a tocar con un charango? ¡Eso no es rock!”. Pero con el tiempo, se marcó una tendencia. Hoy en día creo que en la mayoría de las bandas de rock actuales hay una búsqueda de algo que tenga una identidad regional.
-¿De dónde salió esa influencia por los ensambles vocales?
-Desde siempre he sido fan de los grupos vocales. Viene de mi niñez. Adoraba los montajes vocales de los Beatles, los Birds, los Beach Boys, también me encantaba el Grupo Vocal Argentino. Ahora tengo la posibilidad de sumar dos y tres personas que cantan conmigo en este nuevo show: Barbarita Palacios, Nicolás Rainone y Andrés Beeuwsaert. También tenemos un tema que hacemos en vivo, en que cantamos todos: una a capella con los seis miembros de la banda.
-En "Desandando el camino", ¿preferiste reinterpretar o buscar la imitación de los originales?
-Cuando revisamos este repertorio buscamos los arreglos para que suenen diferentes con los originales, interpretados con otros instrumentos, pero respetando las partes originales. Violines por flautas, por ejemplo. Por otro lado, se trabajó mucho la relación instrumental con las voces. Para mí tocar en esta banda es como un sueño.
-Los seguidores de Arco Iris, ¿van a escuchar algo de "Agitor Lucens V" en este concierto?
-Por lo menos en el recital va a estar una versión de “Paraíso sideral”, pero la idea en el futuro es ofrecer en vivo una versión completa de “Agitor”, diseñada con un grupo de músicos jóvenes provenientes del jazz, el rock y el folclore. Me gustaría que cada canción la interprete un vocalista invitado. Eso estaría buenísimo.
-¿Y volver al repertorio de Wet Pic Nic?
-Voy a ver. No podría descartar nada.
La banda new wave Wet Pic Nic se formó a comienzos de los '80 en Los Ángeles, formada por Santaolalla y Aníbal Kerpel, ex tecladista de Crucis, junto con Rob Brill en batería y Laurie Buhne en bajo.
-¿Cómo va a ser el show?
-Venimos con cincuenta instrumentos en escena. Venimos con toda la banda. Cada uno de los integrantes toca varios instrumentos y Javier Casalla, por ejemplo, toca el violín, la viola, la guitarra eléctrica, la armónica y el pincullo. El bajista, Raimone, toca además contrabajo, chelo y también bajo eléctrico y canta. Y Barbarita que se toca todo, todo (guitalele, ukebass, guitarra, campanas tubulares, percusión) y canta (risas). Andrés Beeuwsaert aborda el vibráfono, el piano, el órgano Hammond, el clavecín y también canta. Para mí es algo realmente maravilloso.
-¿Está la idea de hacer con este grupo una gira internacional?
-Tengo ganas que con este grupo hagamos muchas cosas. En principio he pensado en armar un show con música solo instrumental, desde “Relatos salvajes” a “Secreto en la montaña”, pasando por “Diarios de motocicleta”.
-¿Y podrás en el futuro presentar en vivo la música del documental de "Eric Clapton: Life in 12 Bars"?
-Eso es sólo para el documental. No creo que pueda sacarlo a los escenarios.
El documental, de Lili Fini Zanuck, se estrenó a mediados se setiembre en el Festival Internacional de Cine de Toronto.
La gira “Desandando el Camino”, que comenzó en el Teatro Colón en diciembre del año pasado, reinicia otro viaje continental para Santaolalla y tiene a las grandes capitales de América Latina como los principales escenarios.
La ficha
Los Andes presenta a Gustavo Santaolalla con "Desandando el camino"
Día y hora: lunes 23 de octubre, a las 21.30.
Lugar: auditorio Ángel Bustelo (Virgen del Valle 611).
Entradas: $ 450, general; $ 600, preferencial; $ 800, silver; $ 1.000, gold; $ 1.200, platinum. Se pueden adquirir en tuentrada.com y locales de Tarjeta Nevada.
Si tenés Los Andes Pass, disfrutá 2 x 1 en la compra de entradas, ingresando en www.losandespass.com.ar
