El 4 de abril de 1948 Pablo Gullé inscribió por primera vez su nombre entre los ganadores de una carrera del TC. A bordo de un Chevrolet, el mendocino empezó a hacer de las suyas, siendo el primer volante de Mendoza en conseguir un éxito.
Fue en el Gran Premio Minero, en Malargüe, alcanzando los 142,477 km/h. Al año siguiente, más precisamente el 10 de julio, el alvearense Víctor García logra su único triunfo en Turismo Carretera. Con su cupé Ford triunfa en Viñas y Sierras con un promedio de 116,363 km/h.
Posteriormente, en 1950, el Ñato Gullé se quedó otra vez con un podio sobre el circuito Cuadro Nacional, a 121,315 km/h (26/03), y antes de Navidad, el Automóvil Club San Rafael organiza las 500 Millas del Río Diamante, donde sobre 20 vueltas al circuito de 38,800 km, triunfa Julio César Castellani (Ford) a 148,564 km/h y el tercer escalón del podio es para Gullé, quien vuelve a celebrar el 29/04/51, en el Premio Viñas y Sierras sobre un circuito de 11.200 metros.
Otros que se fueron el lujo de triunfar allá por la década del ‘50 fueron Salvador Ataguille (Ford) y Guido Maineri. Pasó en las dos etapas de la segunda Vuelta de Cuyo (organizada por el Automóvil Club Mendoza) desde el 17 al 18 de diciembre de 1951, en tanto el 23 de marzo del ‘52 lo tiene como vencedor otra vez a Gullé.
Su éxito se produce en la competencia 85 de la categoría, en el circuito de Río Diamante. Meses después fue el Pichón Castellani quien festejó el 20/04/52 en el circuito Sarmiento con un promedio de 124,729 km/h. Era su segunda victoria, en la carrera 88 del TC.
El tiempo transcurrió y hubo que esperar hasta el ‘54 para ver a otro piloto mendocino estar en el primer lugar del podio, cuando justamente Castellani ganó el Gran Premio Vendimia. Dos meses después, Gullé se hace fuerte sobre el circuito cordobés de La Tablada para llevar a su Chevrolet al éxito con un promedio de 101,312 km/h.
El 9 de setiembre de 1955 tuvo a otro mendocino como vencedor del Gran Premio Vendimia. En lo que fue su sexto triunfo, Gullé venció en el autódromo (a 116,427 km/h). Luego, el 09/03/58, en la segunda fecha, Emilio Boretto (Ford) alcanza su segundo éxito en TC, en el GP Vendimia, que se disputa en el autódromo General San Martín, con dos series a 20 giros cada una y el vencedor salió por la suma de tiempos. Boretto triunfó en el primer parcial y volvió a mostrar su potencial, dejando atrás a Oscar Gálvez y Fernando Piersanti.
Los antecedentes de celebraciones mendocinas continuaron. Se dieron tres triunfos más para Gullé entre 1960 y 1961: los dos primeros en el autódromo de Río Cuarto (21/08/60 y 07/05/61) y el restante en el Gran Premio Vendimia del 25/05/61.
En tanto en Córdoba se utilizó el trazado Nº 1 del autódromo Parque Ciudad de Río Cuarto. Fueron dos baterías y la clasificación fue por suma de tiempos: ambas series fueron de Gullé con su Chevrolet.
Eran las llamadas “Empanadas” que superaban en condiciones normales a los tradicionales TC ruteros. En esa competencia los favoritos por tener ese tipo de autos eran: Gullé, Piersanti, Julio Devoto y Ulises Purciel. En Mendoza, Gullé ganó tanto en Fórmula A como en Fórmula B, mientras que se lució en las finales conjuntas a 113,950 km/h. Boretto sonríe nuevamente el 25/05/63.
Corriendo en Fórmula A, venció en el autódromo General San Martín con su cupé Ford V8. La Fórmula B y la final quedaron en poder de Jorge Ángel Pena. Gullé sumó dos victorias entre los años 1964 y 1965: el 19/07 festeja en Parque de Mayo (San Juan), en tanto que el restante éxito lo consigue el 04/04 en el Premio Vendimia, a 109,134 km/h.
También supo festejar Hugo Gimeno, en la Vuelta de Córdoba, del 65. Fue su único éxito a 99,840 km/h, aunque la historia también marca que celebró en la quinta etapa (Mendoza-Venado Tuerto) del GP de los dos Océanos.