La convulsionada Buenos Aires lo recibió nuevamente hace unos días. Después de una larga jornada de ensayos, Guillermo Troncoso regresa a un antiguo departamento en el barrio de San Telmo, el que comparte con otros actores.
Su regreso a la gran ciudad se debe por un nuevo proyecto teatral. Junto con siete artistas de distintas provincias, y sus colegas mendocinos Mario Ruarte y Chico Vargas es parte del elenco de “La República Análoga”, la nueva producción del Teatro Nacional Cervantes, escrita y dirigida por Arístides Vargas que se estrenará en septiembre (ver aparte).
Y como una nueva caricia que le da el teatro, para el actor y director mendocino todo se traduce en pura satisfacción. No hay imposibles a esta altura de su carrera. “El placer de sentir de volver a trabajar en la casa de uno”, dice satisfecho al teléfono tras los primeros días de ensayo.
Maestro de actores y referente del teatro en nuestra provincia, Troncoso regresa al Cervantes tras su experiencia en 2006 con “Los Compadritos”. Una producción del programa federal de dicho teatro, que debutó en Mendoza y luego del gran éxito en la capital porteña realizó una temporada, bajo la dirección de Rubens Correa y un elenco de actores locales.
“Después volví en 2011 cuando el teatro me convocó para hacer “El Elixir de amor” en el salón Dorado. Para mí fue un privilegio esa convocatoria. El nivel de producción que hay, tenés todo. Es como jugar en primera. A pesar que es algo que no debemos envidiar en Mendoza”, sostiene con gran alegría tras finalizar este fin de semana la temporada de la comedia “Mujer celosa…Marido mártir”, que dirigió junto a Graciela Lopresti.
-Comenzás este nuevo proyecto luego de la exitosa temporada de "Mujer celosa...Marido mártir"...
-Es una obra que nos dio muchas satisfacciones, y la gente nos decía que parecía una producción de Buenos Aires. El teatro de Mendoza va creciendo cada vez más, y sabemos que podemos hacer producciones más grandes, y sostenidas a nivel de la platea. Además es valorable rescatar obras del teatro argentino. La próxima propuesta que vamos a hacer con Graciela Lopresti es “El conventillo de la paloma”. No es una obra fácil de producir, pero nos vamos a meter de cabeza en eso.
Actúo luego existo
La acción a Guillermo Troncoso lo domina. Sin quedarse quieto y ensimismado en una idea, el mendocino va concretando cada uno de sus anhelos.
Con más de 25 obras en su derrotero, su actividad artística es intensa y no para de gestar trabajos que lo tienen como una figura en la escena mendocina.
Querido por sus pares, con Arístides Vargas lo une una gran amistad. Conocedor de la obra del director, Troncoso fue uno de los artistas que participó del estreno en 2010 de la comedia “La República Análoga”. Y ahora su colega y amigo lo vuelve a convocar para participar de la puesta.
-¿Cómo surgió la selección del elenco para la obra?
-En realidad como dice Arístides el trabaja mucho desde el afecto, asique la selección se hizo desde ahí. Por alguna u otra razón estamos en el arte. En el caso de San Juan es Rubén Mayo que trabajó conmigo en “La edad de la ciruela”. Yo propuse a Cristian Álvarez de Santa Fé. Y de a poco se fue conformando el elenco. Con toda su historia en Argentina y la relación con los actores, Arístides fue conformando el elenco, más allá de las necesidades de la obra.
-Contame de tu personaje
-Yo no hago el mismo personaje que en 2010, si no que Arístides me pidió que haga el Doctor Carpio. Antes hacía del Doctor Morales. Es uno de los personajes más violentos, pero muy divertido. Estoy muy feliz, trabajando muchísimo, y tengo esa suerte, de estar trabajando todo el día de lo que soy. Este proyecto del Teatro Nacional Cervantes cumple con su espíritu nacional. Nos abre sus puertas y nos hace sentir como en casa.
-¿Qué desafíos te plantea este nuevo personaje?
-El desafío es de la obra, porque hay actores de distintas provincias y hay distintas formas de ver el teatro. Por ejemplo en la parte de improvisación, cada uno trabaja desde su lugar, y Arístides quiere rescatar lo propio de cada región. Las distintas formas que tenemos al hablar también resaltan. El desafío es llegar al personaje desde la forma interpretativa donde yo trabajo, desde la corporalidad. Sinceramente es poder trabajar bajo las órdenes de Charo (Francés) y Arístides, que es un placer, y aprendés muchísimo. Pero no sé si es un desafío, yo lo veo todo tan placentero (ríe).
-La vuelta al Cervantes, ¿en qué momento de tu carrera te encuentra?
-Lo más cercano que tengo en la cabeza es decir hemos madurado. Antes como un jovencito tratando de hacer teatro y crecer. Y ahora hemos madurado. Estoy en la madurez de la profesión y con tantas cosas por hacer. Ahora por ejemplo aprovecho que estoy en Buenos Aires para dirigir una obra. “De como moría y resucitaba Lázaro, el Lazarillo” de Arístides Vargas. Es un unipersonal con Diego Nogara; una adaptación del clásico, y justo coincide que estoy dirigiendo “El Lazarillo de Tormes” en Mendoza. Me pasó el texto y es maravilloso, porque es una visión Latinoamérica del Lazarillo. Asique ahora empiezo a trabajar con eso.
-¿No pensaste en quedarte a trabajar por un tiempo en Buenos Aires?
-No. Yo prefiero trabajar en Mendoza, porque Buenos Aires es una ciudad muy difícil, y prefiero trabajar mi propio deseo. En Mendoza puedo trabajarlo, acá trabajaría el deseo de otro, que no está mal, soy actor. Pero a mí me gusta mucho Mendoza, y sé que se pueden hacer un montón de cosas, y prefiero trabajar para el público mendocino. A esta altura, justo lo hablaba con Arístides. Le digo: “Tengo que ir a tomar un curso”. Y me dice: “¿Para qué un curso? Ya tenés técnica y trabajo. Aprendé haciendo otras cosas”... Y es verdad, a esta altura uno está armado. El tema del entrenamiento del actor, es encontrar la técnica. Porque así como hay distintas obras, hay distintas técnicas. Como uno tiene que tener ductilidad para hacer todo.
-Transitas un momento de plenitud en el oficio...
Estoy llegando a una maduración, y mirar para atrás y ver que no estamos tan equivocados. Cumplir lo de Mujer celosa, con Graciela y Claudio DiLello, porque teníamos hace muchos años en carpeta esa obra. Me siento muy feliz, porque el teatro en Mendoza está creciendo, y el público lo apoya cada vez más. Ojalá que podamos mostrar esta obra del Cervantes.
-¿Lo más complicado del teatro en Mendoza es la producción?
-Y sí. Porque necesitas moverte desde la inversión. Vos podes tener buena producción, pero si el producto no es bueno, y lo que le das al público es nada, te va a ir mal. El público no es sonso. Si vos no tenés un buen texto, buenos actores, no funciona.