Promediando la temporada de comercialización de la cosecha 2015, y con demoras en el inicio del período agrícola 2016, el sector productor-exportador de ajo de Mendoza reparte sus expectativas entre el optimismo por el cambio de escenario económico, y la ansiedad por lograr, cuanto antes, financiamiento adecuado para tecnificar la actividad.
Guillermo San Martín, responsable ejecutivo de la asociación que nuclea a productores, empacadores y exportadores -Asocam- traza un panorama de coyuntura y avanza, también, sobre algunas inquietudes vinculadas con la visión estratégica de la entidad.
-¿Terminó la siembra de ajo de este nuevo ciclo productivo?
-La plantación 2016 se atrasó mucho por las lluvias provocadas por el fenómeno del Niño. Prácticamente se atrasó un mes, sobre todo en el Valle de Uco. Esto repercutirá en los calibres de la próxima cosecha.
-¿Qué superficie cree que ocuparán este año los cultivos de ajo en toda la provincia?
-En 2015 tuvimos 8.300 hectáreas. Estimamos para 2016 una superficie levemente mayor, aunque hay que ver cómo afectaron las lluvias.
No creemos que haya grandes variaciones, no hasta que los factores que hacen a nuestra competitividad cambien. Seguirán haciendo ajos los productores más especializados y competitivos.
-¿Cuántas de las hectáreas sembradas este año serán de productores primarios y cuántas serán propias de los empaques?
-En los últimos años se ha tendido mucho hacia el autoabastecimiento, y productores con una fuerte integración con los empaques, para asegurar una cierto nivel de calidad.
-¿Habrá recursos suficientes este año para atender los cultivos?
-No hay todavía herramientas financieras disponibles para el sector; estamos trabajando en el gobierno para eso. Sin tecnificación y mecanización no tendremos competitividad en el mediano plazo. El productor se seguirá financiando con el galpón de empaque y con recursos propios.
-¿Cuánto variaron los costos de producción primaria respecto de la temporada anterior?
-Difícil todavía de estimar, pero tenemos un aumento en agroquímicos de más del 30%, y energía eléctrica para pozos y cámaras frigoríficas con aumentos de base del 200%, en algunos casos hasta el 300%.
-¿Cuánto va a terminar costando llevar una hectárea de ajo hasta el momento de la arrancada?
-El año pasado un productor básico, no especializado, hablaba de $ 100 mil por hectárea. Si hablamos de un cultivo con mucha mayor tecnología este número se incrementa marcadamente, pero se ve compensado con mejor calidad y rendimientos.
-¿En qué situación están los mercados, según el destino y el tipo comercial del producto?
-Se espera una situación similar en mercados de ultramar, como EEUU y México, y hay alta incertidumbre en Europa. Un gran signo de interrogación se plantea con Brasil. De China, hay información ambigua. Creo que en agosto-setiembre tendremos un panorama más acabado.
-¿Cómo marcha el negocio, considerando la situación de los mercados, el impacto de las primeras medidas económicas que tomó el Gobierno nacional en diciembre y la evolución de la economía argentina hasta hoy?
-En el muy corto plazo las medidas del Gobierno resultaron beneficiosas, pero rápidamente ese beneficio se fue diluyendo. Pudimos defender el precio del ajo argentino en Brasil, por las acciones en contra de la competencia desleal y contrabando de ajo desde la China, por las acciones conjuntas de nuestra cámara, con nuestros colegas brasileños, y los gobiernos provincial y nacional.
El productor puede dormir tranquilo. Estamos “al pie del cañón” para defender el precio de nuestra producción, y los resultados se han visto. Por eso es necesario que todos participen y colaboren, acercándose a la asociación.
-¿Han avanzado en contactos con las autoridades para plantear cuestiones tributarias y laborales?
-Sí. Estamos llevando propuestas de manera incansable. Los gobiernos están corrigiendo los desbarajustes que encontraron. De a poco podrán ir proyectando y entendiendo nuestra visión de largo plazo.
Tienen que entender que, en las economías regionales, capital y mano de obra intensivas son la clave del desarrollo del país en el mediano plazo.
La agricultura extensiva podrá generar grandes ingresos de divisas pero es de corto plazo, no agrega valor y comoditiza la economía.
Las economías regionales somos contenedores sociales generando trabajo genuino; tienen un efecto de derrame inmediato y mucho más que otro sector.
Perfil
Guillermo San Martín (37). Es Enólogo e Ingeniero Agrónomo. Tiene una maestría en Agronegocios Internacionales realizada en Alemania.
Cuenta que proviene del sector vitivinícola. Trabajó en el área técnica y comercial de una bodega grande de Mendoza y después se dedicó al desarrollo comercial de proyectos más pequeños en el mismo sector.
Hace un par de años asumió la Gerencia de la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza (Asocam) con la misión de llevar adelante un plan estratégico para el sector.