Reunidos junto al director Alejandro Maci, los actores Guillermo Francella y Luisana Lopilato anunciaron formalmente la reiniciación del rodaje de "Los que aman, odian", película basada en el único trabajo que escribieron en forma conjunta Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo y cuyo estreno está previsto para setiembre.
La actriz se reencontró con la prensa luego de haber abandonado el muy avanzado rodaje del film a principios de noviembre pasado, cuando su hijo Noah, el mayor de los dos que tiene con el cantante canadiense Michael Bublé, fue diagnosticado de un cáncer de hígado del que finalmente se recuperó tras un intenso tratamiento que logró hacer retroceder el mal hasta curarlo.
“Estoy muy contenta con todo el equipo de la película, con los actores, el director y los técnicos, que me acompañaron todo este tiempo en meses muy difíciles y no sólo me demostraron que confiaban en mí para poder formar parte de la película sino también porque me esperaron, hicieron causa común. La demostración de amor es increíble. No sólo me pasa en la calle sino también con mis propios compañeros”, dijo la actriz frente a los medios reunidos en el Museo Nacional de Bellas Artes.
“El amor es a diario, y saber que estás acompañado es muy lindo... Las cadenas de oraciones que se hicieron por mi hijo. Creo que todo eso ayudó a que me pudieran mantener fuerte en este camino y por eso pude volver con ganas, ver crecer a mi hijo feliz, algo que me dio mucha fuerza para terminar esta película”, agregó Lopilato apenas comenzada la charla.
"Los que aman, odian", un relato en forma de "nouvelle" publicado a finales de la década del 40 y considerado precursor del policial argentino, fue escrito por Bioy Casares y Silvina Ocampo a cuatro manos en una temporada estival en Mar del Plata, y su acción transcurre en un hotel de playa al que llega un médico homeópata, donde se cruzará con una joven mujer seductora y perversa.
“Mi personaje es el de una mujer un poco apasionada, a la que le gusta gustar y volver locos a los que están en ese hotel de Ostende, lo que hace Mary”, dijo Lopilato.
Por su parte, Francella describió a su personaje como “un hombre dedicado a su profesión, con sus globulitos y tubos de ensayo, muy metódico, atendiendo a una clientela fantástica, al que le cae esta chica con un desparpajo tremendo, peligrosa, letal, que lo lleva a una locura y una pasión que no puede manejar, pero al que ella manejará como un títere”.
Según el actor “todos nos sentimos muy movilizados por el gran afecto que tenemos por ella (Lopilato). Desde hace muchísimos años que la conozco y la quiero, tanto a ella como a su hermano y a toda su familia. Lo único que tuvimos que hacer fue mantenernos en la continuidad del guión con la esperanza de que ella regresara”.
“Dijimos: ‘filmamos hasta donde podamos’ y había que ver qué pasos dar, con la enorme fe que todos teníamos en que todo esto iba a terminar bien, como ocurrió, y terminar la película”, aseguró Francella.
El actor, cuya carrera pegó un giro hacia lo dramático con “El secreto de sus ojos” (2009) y que luego volvió a dar notables muestras de su talento con “Corazón de León” (2013) y “El clan” (2015), trabajó junto a Lopilato componiendo a su padre en la exitosísima versión local de la comedia televisiva “Casados con hijos”, que sigue en la pantalla chica a doce años de haberse visto por primera vez sus 147 episodios.
El actor, que en estos días es figura central de un spot publicitario de cerveza, aseguró que “el regreso de Luisana fue muy fuerte para todos. Todo el equipo pudo retornar, Del primero hasta el último pudo. Fue una semana intensísima de rodaje en la Villa Ocampo en Mar del Plata, un escenario natural fabuloso; muchas horas pero con mucha energía y felicidad. En verdad faltan dos días de rodaje, que debieron haber sido el fin de semana último, postergados por la lluvia”.
Dice el cineasta
Para Maci, director de “Los que aman, odian”, “la experiencia fue muy particular para todos, cosa que no es muy habitual. El hecho de que la acción tiene lugar en 1948 y las características de la historia, las pasiones que viven todos los personajes, empezando por los protagonistas, nos obligaron a volver a tomar contacto no con lo que hicimos, porque no creo que uno pueda contar arqueológicamente, pero sí con el nivel de intensidad con el que habíamos trabajado antes”.
El director, que también contó en el elenco con Juan Minujín, Mario Alarcón, Marilú Marini, Carlos Portaluppi, Justina Bustos y Gonzalo Urtizberea, que aparecen en el teaser que se proyectó en la ocasión, tiene larga trayectoria en la televisión con series como "Sol negro", "Televisión por la identidad" y "En terapia".
Fue asistente de María Luis Bemberg en “De eso no se habla” (1993), y hace dos décadas debutó en cine con “El impostor”, según el cuento de Silvina Ocampo y con los protagónicos de Antonio Birabent y Belén Blanco.
“Como decía Jean-Louis Barrault: ‘a veces la desgracia junta a los hombres’, y a nosotros nos pasó algo muy serio, muy grave, que antes que a nadie angustió a Lu, pero también a todos nosotros. La verdad es que la contención que nos dieron Juan Vera y Juan Pablo Galli, productores de Patagonik, nos permitió generar el calor que necesitábamos para volver a filmar”, agregó el director.
“Fue muy útil todo el proceso de ensayos”, recordó Francella. “Se volvió a ensayar, hay como una cosa de oído, de volver a estar, y estuvimos muy metidos en el proyecto. Fue muy bueno el proceso con Maci, de estar juntos nuevamente. Ensayamos un fin de semana y el lunes volvimos con todo. Es como cuando se vuelve a la bicicleta; casi no hay que recordar sino simplemente hacerlo”.
Lopilato confesó por su parte que “me sirvió muchísimo ensayar y volver al set, tener el mismo tono. Cuando pasan cosas como ésta, cambian las perspectivas de la vida, los pensamientos que uno tiene y los miedos. Me pasó y ahora valoro mucho la vida, el momento, el hoy y la verdad es que dejé de lado un poquito esas cosas en el proyecto y en terminar lo que había empezado y tenía ganas de hacer, que era cumplir con todo y con todos, y conmigo misma”.
“Lo único que me sostuvo fue la fe que tuve y creer en que Dios tenía un milagro para mí y me até a eso, en que mi hijo iba a estar bien. Transmitía eso a toda mi familia y mis amigos, a todos los que me rodeaban y como familia siempre estuvimos muy unidos y la luchamos: cuando llegó la buena noticia no teníamos dudas de que iba a volver a terminar la película. Hay que ser positivo”.
“Por el momento prefiero no pensar si voy a hacer otras películas o trabajar en otro lado. Hoy está esto y es obvio que la vida sigue y hay que ir renovando las cosas, pero bueno, de a poquito”, concluyó la actriz.