El próximo jueves se estrena en todo el país "El Robo del Siglo" de Ariel Winograd ("Vino para robar"). La película, basada en el asalto a la sucursal del Banco Río en Acasusso, reúne un elenco estelar encabezado por Guillermo Francella, Diego Peretti, Rafael Ferro, Luis Luque, Mariano Argento y la debutante Johanna Francella, su hija, entre otros.
¿Cuánto tiempo le llevó a Francella materializar al personaje de Vitette (el líder de la banda de delicuentes que en la actualidad, desde Montevideo y extraditado de la Argentina, sigue haciendo declaraciones)? ¿Cómo fue para Johanna trabajar con su papá? Dudas que rondan y que Francella, siempre dispuesto a una buena charla, responderá.
Además, en exclusiva para Estilo Verano, Guillermo nos confiesa cómo se siente respecto del retorno de "Casados con hijos" y por qué, como actor, también necesita tocar varias cuerdas, no solo la de la comedia.
El artista y el ladrón
El asalto a la Sucursal del Banco Río en el 2006 asombró y sigue asombrando: se lo considera uno de los robos más inteligentes de la historia, que se llevó a cabo sin armas reales y donde no hubo ningún herido. La viveza criolla exhibió toda su creatividad en un acto que también puede verse en el marco de una "justicia por mano propia", después de la crisis del 2001 y el corralito.
Pues aunque el motín era en su mayoría de particulares, estos tuvieron que ser indemnizados... ¡por el propio Banco! Los líderes de la banda eran dos: Fernando Araujo, un artista plástico que en una de las vueltas de la mente humana perpetró un plan casi perfecto, y Luis Mario Vitette, un "ladrón de profesión".
La frase "la realidad supera a la ficción" bien podría aplicarse a este hecho delictivo. El caso era para una película de Hollywood con un muy buen guionista, pero por suerte el talento argento se pudo reunir y contarlo él mismo.
A Ariel Winograd le alcanzaron el proyecto y se sentó con Guillermo Francella para hablar de cómo sería darle forma. No sin admiración, se dio cuenta de que Guillermo conocía el caso de arriba a abajo y que estuvo a punto de interpretar a Vitette en distintas oportunidades.
-Comentaste que a lo largo de los años te propusieron interpretar a Vitette, pero que los proyectos se caían. ¿Qué es lo que te atrajo de este personaje?
-Siempre me atrajo la historia y me pareció muy cinematográfico todo lo vivido por ellos. Me pareció que ameritaba una película. Así que transitar un personaje tan jugoso como el de Mario, creo que estuvo bueno, que valió la pena.
-¿Cuántos años estuviste buscando que se cuente la historia y qué es lo que te atrajo de la personalidad del personaje en sí?
-No fue la personalidad de Vitette lo que me atrajo, y tampoco estaba detrás del proyecto, sino que me interesó como historia delictiva emblemática en Buenos Aires.
Pero paralelamente, cuando empezaron a surgir las posibilidades de filmar la película y me convocaban para hacer de Vitette, ahí empezó todo un trabajo que duró años, con idas y vueltas y con distintos productores y guiones. Yo no estaba en la búsqueda de ese personaje, me parecía interesante y cuando me lo iban ofreciendo me entusiasmaba y bueno... después venía el desencanto de que no se llevara a cabo.
-Dijiste que te costó como actor que te sacaran del rol de comediante. ¿Dirías que el viraje en tu carrera comenzó con "El Secreto de sus ojos"?
-Diría en realidad que empezó un poco antes, con “Rudo y Cursi”, la película para la que me llamaron los Cuarón, donde tuve que hacer una audición. A partir de ahí se generó algo muy interesante. Yo quería tocar otros contenidos, tocar otra cuerda como actor.
-Pero te relacionaban más a la comedia...
-No es que yo me preparé a lo largo de mi vida para ser actor de comedia, eso se dio como una circunstancia, como una anécdota. Me llamaron, hice una comedia, al productor le resulté efectivo, me llamaron para otra, y para otra, y cada vez me daban papeles más importantes, todos relacionados con la comedia: en cine, teatro y televisión. Pero yo tenía ganas también de que como actor me pasaran otras cosas.
-¿Cómo fue ese paso?
-Ya tenía más años, tenía ganas de tocar otros contenidos, tenía ganas de tener otros desafíos y de a poquito esto se fue concretando. Hoy me estoy dando este hermoso gusto como actor de hacer comedia, cuando toca el momento para hacerla, pero también de poder trabajar y disfrutar de directores que siempre admiré: Campanella, Katz, Trapero, Bó, Carnevale, Burman, Massi, Duprat y por supuesto Winograd. Participé en varias películas y todas me han dejado algo. Tener una paleta diferente me pareció interesante como actor.
-Dicho esto, ¿estás contento con el retorno de "Casados con Hijos" este año al teatro?
-Sí, por supuesto que estoy contento. En junio vamos con todo con eso, va a ser un evento muy grande. Es un proyecto que hace 15 años está en el aire ininterrumpidamente, la gente lo espera con mucho amor y nosotros pensamos qué va a pasar con esa familia tan políticamente incorrecta 15 años después.
En la realidad y en la ficción
Johanna Francella escucha y también tiene cosas para decir sobre este gran debut al lado de su padre: "Me gustó mucho trabajar con él -dice-. Soy muy pegada a él así que no me fue difícil. Fue muy interesante crear el vínculo padre-hija en la película, que es muy distinto al que tengo con mi papá en la vida real. Al ser tan pegada lo que me costó fue llegar a esa mezcla de enojo y amor que tiene Lucía por Mario. Fue lindo transitar mi primer papel en cine de la mano de mi papá y al mismo tiempo me daba nervios porque es él".
Incluso cuenta que, para filmar la escena de la cárcel, le pidió a Guillermo que no le hablara por cuatro días, para tener el impacto de encontrarlo recién ahí, cara a cara, en el penal. Porque el profesionalismo, como deduce el lector, se lleva en la sangre.