La película comienza en la ciudad de Pi-Ramsés, en Egipto, aproximadamente en el año 1300 A.C., cuando el poderoso Faraón Seti I (Carloszé Machado), quien odia y desprecia al pueblo hebreo, decreta la muerte de todos los bebés israelitas del sexo masculino. Por desesperación del pueblo esclavizado, muchos bebés son arrojados al río Nilo. Pero uno de ellos es rescatado por su familia, que lo coloca en un cesto de juncos, confiando de que Dios lo llevará a un lugar seguro. El cesto desciende por el río Nilo y va a parar a las manos de la princesa Henutmira (Vera Zimmerman), quien siente compasión por el niño y lo salva del decreto de su padre, el Faraón Seti I. Moisés (Guilherme Winter) es criado como un príncipe egipcio al lado de su tío-hermano, Ramsés (Sérgio Marone), y de la bella Nefertari (Camila Rodrigues), quien despertará el amor de los dos, provocando muchos conflictos.
Sabiendo de sus orígenes, pero sintiéndose abandonado por su familia hebrea, Moisés finalmente descubre la verdad que le fue oculta durante tantos años y se involucra con el sufrimiento de su pueblo, cayendo en desgracia por culpa del faraón.
Moisés es obligado a huir de Egipto, se va a la tierra de Madián, donde se casa con la bella y rebelde Séfora (Giselle Itié). Al retornar a Egipto, Moisés reencuentra a sus hermanos, Aarón (Petrônio Gontijo) y Miriam (Larissa Maciel), su madre, Jocabed (Denise Del Vecchio), y su padre Amirán (Paulo Gorgulho).
Además de eso, enfrenta a quien un día fue para él como un hermano; sin embargo, se transformará en su peor enemigo: Ramsés. Habiendo heredado el trono de Egipto, él hará de todo para impedir que Moisés cumpla con su misión.
-¿Qué fue lo que los atrajo de un proyecto religioso como este?
Guilherme Winter: -Bueno, es una historia extraordinaria, muy atractiva y universal. El personaje es muy dramático, fuerte, desafiante para la carrera de cualquier actor. Cualquiera de mis colegas desearía hacerlo. Fui muy feliz de poder interpretar a Moisés.
Sidney Sampaio: -Yo había visto otras producciones bíblicas y me encantaron. La riqueza de los escenarios, el vestuario, los textos… Y me pareció que era un gran desafío como actor. Y me gustan los desafíos, entonces me sentí con deseos de participar de algo similar. Cuando me enteré que todavía estaban haciendo el casting para el programa me puse en contacto y pedí que me tomen una prueba y acá estoy.
Giselle Itié: -Cuando me invitaron y leí el perfil del personaje, me fui a buscar información a Google. Cuando comprendí que era algo más que sólo la mujer de Moisés y que tenía un papel fortísimo en la historia, sobre todo también en la de la mujer, ya que algunos historiadores la consideran la primera feminista y además es la única mujer que habló y peleó con Dios; no pude rechazarlo. Para mí es muy primordial en todos mis trabajos dar un mensaje que sea importante para el público, y éste siempre estuvo latente en mi vida. Las mujeres estamos pasando por un momento muy fuerte, y las redes sociales nos ayuda mucho a hablar sobre eso y que nuestras voces sean escuchadas.
-¿Ustedes eran religiosos o se acercaron más a la religión después de la novela?
GW: -No, yo para nada. Leí mucho sobre Moisés porque fueron dos años de trabajo muy intensos. En los tiempos en que vivimos en que estamos tan preocupado y corriendo todo el tiempo, la humanidad de este personaje me llegaba mucho.
SS: -Siempre fui una persona religiosa, pero especialmente estaba en una etapa de mi vida un poco confusa, turbulenta. Estaba distanciándome un poco de la religión, de la espiritualidad. Las cosas no estaban bien. Pero involucrarme con todos esos mensajes, con todo eso que se dice, vivir todo eso, hizo que me reencontrara con mi fe. Me hizo muy bien.
GI: -Mi familia es católica pero no practicante. Particularmente, no creo en la Iglesia Católica para nada, y no tengo tampoco prejuicios. Respeto que cada persona tenga sus creencias. Igualmente, en la película no estamos hablando sobre religión, sino sobre la liberación de un pueblo. Yo tengo mucha fe y creo que si está pasando esto conmigo ahora es porque tengo que aprender y crecer con esto.
-¿Para preparar a sus personajes leyeron algo más que el guión?
GW: -Leí el Éxodo y también un libro sobre Moisés que un amigo mío -Vítor Hugo, que personifica a Coré en la novela- me recomendó. Era muy interesante porque daba muchos puntos de vista científicos sobre su existencia, hacía el recorrido de sus caminos, por cuál desierto caminó cuando escapó de los egipcios. El argumento era fascinante. Me ayudó mucho. También estudié muchos discursos de Martin Luther King y el Che Guevara, para ver cómo hablaban, cómo se expresaban. Eran figuras muy fuertes con la palabra, como Moisés; y muy carismáticas.
GI: -Por mi parte, leí algunos libros que tenían el foco en Séfora y cómo su papel fue muy importante en la historia de Moisés.
-¿Era una sola temporada cuando accedieron a hacer la serie?
GW: -Sí, era una sola. Con el éxito que tuvo se decidió hacer la segunda parte.
SS: -Era injusto terminar en donde lo hacía sin darle una continuidad a la historia para saber qué pasó.
-¿Esperaban esta repercusión?
GW: -La verdad es que no. Era algo impensable. Por supuesto que era un gran proyecto y queríamos tener éxito en nuestro país, pero tampoco esperábamos lo que fue. Y después era inimaginable que fuera un éxito tremendo acá en Argentina, en Chile o por donde pasa. Es muy loco.
SS: -Recuerdo haber estado en Argentina de vacaciones y una persona me preguntó a qué me dedicaba. Le dije que era actor en Brasil y me dijo que tenía que ser famoso acá. Me reí y me pareció algo improbable. Hoy es una realidad y un gran sueño.
GI: -Trabajo desde los 19 años y me pareció súper raro estrenar el programa en el cine, y cuando lo vi en la pantalla me di cuenta que estaba ante un proyecto increíble. En ese momento supe que era especial.
-Hollywood hizo muchas películas bíblicas en las primeras décadas del siglo pasado y después se cortó. ¿Por qué creen que ahora la vuelta a este género religioso tiene tanto éxito con la gente?
GW: -Creo que es por el momento en que se encuentra el mundo. Las cosas que estamos viviendo ahora son muy oscuras, además las historias religiosas son cautivantes. Recuerdo que cuando era niño me encantaba ver las películas bíblicas. Las historias fascinan porque la Biblia es un libro muy antiguo y todos la conocen. Creo que es una receta de éxito siempre.
SS: -La gente estaba esperando algo así. Me parece que el mundo no está bien. Hay períodos muy turbulentos y las personas se están volviendo muy individualistas, egoístas, y ese tipo de mensajes creo que lleva a todo el mundo a reflexionar sobre los hábitos, cómo estamos dirigiendo nuestras vidas, mostrando cómo es más importante que estemos más cohesionados, más unidos, en búsqueda de mejores momentos. Hay mensajes muy fuertes con relación a la fe, a la perseverancia y eso viene calentando los corazones de las personas en todo el mundo.
GI: Me parece que las series que hoy en día son un éxito no son buenas para ver en familia. Yo no soy mamá, pero a mí no me gustaría que las vieran mis hijos porque hay mucha violencia y sexo. No sé acá, pero en Brasil no hay programas con historias buenas, bien hechas. Cada escena de Moisés tenía un porqué, un objetivo. Se hizo con muchos detalles y pensando en que la familia se pudiera reunir a ver el programa después de comer. Y logró eso. Durante un año y medio las familias hicieron este ritual y fue muy lindo.
-¿Cómo les cambió la vida la telenovela?
GW: -En Río de Janeiro todo es más tranquilo porque están más acostumbrados a ver a los artistas. En San Pablo se te quedan mirando, a veces con vergüenza, pero te piden alguna foto. Soy muy tranquilo y no cambio mi estilo de vida por nada. No me preocupa cómo tengo que estar vestido, qué me tengo que poner, o cualquiera de esas cosas. Lo único que me preocupa es el trabajo.
SS: -Antes las personas me veían, me saludaban, me abrazaban, se sacaban una foto, ahora vienen a mí emocionadas con lágrimas en los ojos. Me agradecen por haber tenido la oportunidad de estar con sus familias viendo algo que les hace bien a ellos, pero la diferencia es que antes me llamaban Sidney y ahora Josué (risas).
GI: -Antes que nada, me parece que a todo profesional le encanta hacer lo que ama y mostrárselo a un gran público. Sabemos que en mi país hay un gran público, pero pasar las fronteras de Brasil y poder enseñar en varios países lo que hicimos es extraordinario. Me siento genial de poder haber sido parte de este proyecto. Pero además, me encanta que haya tenido éxito en mi adorada Argentina.
Desde chiquita soy fanática de Mafalda, tengo muchas muñecas, hasta Guilherme me regaló muchas (NdR. En la actualidad son pareja).
El primer viaje que mi mamá me dejó hacer con amigos a pedido mío fue a Bariloche, fui a ver cuatro veces a Fito Páez… Estoy muy enamorada de este país. Si pudiera, cambiaría mi pasaporte de brasileña a argentina. ¡Que los brasileños no me maten! (risas).