Guido pensó el plan, San Martín lo ejecutó

La Campaña Libertadora fue ideada, desde 1813, por varios patriotas, muchos de ellos miembros de la Logia. El Libertador fue quien la ejecutó.

Guido pensó el plan, San Martín lo ejecutó

Por más de un siglo se pensó que el General José de San Martín había sido el creador del plan continental, el cual consistía en destruir el poder militar español en el Perú y consolidar definitivamente la independencia de América del Sur. Pero, a través de nuevas investigaciones, se sabe que no fue así. Ahora se conoce que el Libertador, no fue el creador de este proyecto, ya que desde 1813 hasta 1816, varios patriotas desarrollaron diferentes estrategias.

La idea era enviar una expedición desde Buenos Aires, que pasara por Chile  y, desde allí, llegara por mar hasta las costas del Perú para luego tomar la ciudad de Lima, baluarte del ejército realista. Entre estos patriotas había miembros de la Logia de Buenos Aires que  jugaron un papel preponderante.

Hacia el norte por la plata

Tiempo después de que estallaran los sucesos de mayo de 1810, el ejército patriota marchó hacia el Alto Perú con la idea de atacar por ese flanco y llegar hacia Lima para vencer a los españoles.

Fueron varias las campañas que se ejecutaron para seguir por ese rumbo, pero sin obtener el éxito deseado. Uno de los objetivos principales de ambos beligerantes era la ciudad de Potosí (hoy Bolivia)  -principal centro de explotación y fundición de plata y monedas- centro apetecible que beneficiaría muchísimo al incipiente gobierno del Río de la Plata.

Los realistas, por su parte, también valoraban aquella ciudad y fue por eso que la recuperaron y defendieron a cualquier precio.

Plan a la Marsellesa

En noviembre de 1813, desde Moxos, un militar de origen marsellés llamado Enrique Paillardelle elevó al gobierno de Buenos Aires, un plan para llevar la guerra al Bajo Perú con la cooperación de Chile. Según este proyecto, las fuerzas chileno-rioplatenses partirían por mar desde Valparaíso para desembarcar en Arica. Desde allí, llevarían una ofensiva sobre Lima, con el apoyo de Belgrano y su ejército desde el Alto Perú.

En los fundamentos de este plan, el militar galo destacaba que la experiencia había demostrado la imposibilidad de llevar campañas victoriosa por la “Ruta del Desaguadero” como se llamaba al camino desde Buenos Aires al Alto Perú. A su vez, hacía notar que los pueblos costeros peruanos tomarían con gran entusiasmo la causa independentista, circunstancia que conocía a fondo por la actuación en esos parajes.

Calculaba que la expedición podría engrosarse enormemente si se daba la libertad a los esclavos, que se plegarían a las filas patriotas. Medidas que paralelamente restaría mayores efectivos a los limeños realistas.

En una primera apreciación estimaba que la campaña podría iniciarse con unos 1.000 hombres, de los cuales Chile aportaría la mitad o, en caso contrario, tomaría a su cargo los aprestos y auxilios.

La idea entusiasmó a varios militares Rioplatense incluyendo al coronel San Martín.

Este brillante militar estuvo en la toma de Montevideo junto a Carlos María de Alvear, quien cuando fue Director de las Provincias Unidas del Río de la Plata, lo ascendió a coronel. Luego del levantamiento de Fuentezuella por parte de Alvarez Thomas y la renuncia de Alvear, el coronel Enrique Paillardelle fue fusilado en mayo de 1815.

Ideas de un mendocino

Durante esos años, varios patriotas desarrollaron  planes estratégico, entre ellos el mendocino  Manuel Ignacio Molina, que proponía llegar a Lima con una flota e invadir el Perú. Primero, formar un ejército de unos 1.500 hombres, cruzar los Andes, llegar a Chile y desde allí aumentarlos a 3.000 o 4.000 hombres que partirían de Valparaíso hacia el Perú.

También, el brigadier chileno Bernardo O'Higgins, cuando estaba en Mendoza, formuló un plan con características similares, pero de mayor riesgo, ya que el territorio chileno estaba en manos realistas.

El general Guido, lo hizo

El plan estratégico que desarrolló el francés Paillardelle, quien fue miembro de la Logia de Buenos Aires,  fue reformulado  por el general Tomás Guido a mediados de 1816, cuando se declaró la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata del poder español.

Por esta iniciativa, el gobierno de Pueyrredón creó el 1 de agosto de 1816, dos ejércitos; uno en el norte -al mando de Belgrano- y otro al oeste, denominado de los Andes, a las órdenes de San Martín.

La primera fase del plan consistía en la concentración de tropas en Mendoza, aproximadamente 3.000 a 4.000 efectivos. Luego, realizar el cruce por varios boquetes de la cordillera y dividir los efectivos realistas concentrados en Santiago y en las ciudades importantes. Liberado el territorio chileno, se procedería a erigir un gobierno muy similar al de Buenos Aires, presidido por un patriota chileno.

La segunda etapa fue reclutar chilenos para formar un ejército combinado. Posteriormente embarcarse desde el puerto de Valparaíso hacia Lima y demás puertos intermedios. La tercera etapa, era la toma de la capital peruana, con el mínimo de enfrentamientos con las tropas realistas y, por último, formar un gobierno independiente.

Todo esto fue elaborado desde la Logia a la cual pertenecían Guido, Juan Martín de Pueyrredón y el mismo General San Martín. Este último aportó valiosos datos tácticos para poder diagramar la primera etapa y fue designado para ejecutarlo.

A fines de 1816, fueron enviadas desde Buenos Aires las “órdenes reservadas”, que contenían instrucciones estratégicas sobre cómo operar este plan continental; primero en Chile y luego en el Perú.

San Martín, fue su fiel ejecutor.

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