Guerra a la comida chatarra, incluso en los días de ocio

En nuestro continente, la mala alimentación hace estragos. Es necesario agregar un modo sano de alimentar a nuestros hijos.

Guerra a la comida chatarra, incluso en los días de ocio
Guerra a la comida chatarra, incluso en los días de ocio

Cuando existe una rutina de lunes a viernes, en la que los chicos tienen sus horarios y los adultos los suyos, puede que la comida no sea un problema específico durante el día. Es que los almuerzos, desayunos, cenas y meriendas están más controlados y procesados por los propios padres.

El problema se suscita cuando los chicos entran en el fin de semana y comienzan los paseos. No solo se flexibilizan los horarios y tareas sino también las comidas. Los viajes o salidas que algunas familias hacen en los días libres suelen incluir el comer afuera, los pochoclos en el cine, las golosinas en la plaza y más.

En estos días de descanso, en que los chicos no van a la escuela y nos quedamos en casa, los padres suelen pensar cómo rellenar esas horas. "Generalmente lo hacemos con comida y pantallas para evitar el aburrimiento y no pasar frío, sin pensar en que, muchas veces, una tarde de sillón y computadora es peor que una salida y paseos al aire libre con el suficiente abrigo y cuidados", plantea la nutricionista Melany Carlovich.

Durante los fines de semana o días de descanso "aumenta la exposición a alimentos ricos en grasas y azúcares, además de las horas sentados en el sillón frente a las pantallas y en muchos casos disminuye la actividad física. El tiempo libre y las bajas temperaturas invitan a generar esta situación y muchas veces es difícil resistirse", explica la profesional. Y advierte que, además, se muchos relacionan "ese tiempo de ocio y el momento de descanso con los placeres culinarios, y ellos suelen venir de la mano del consumo de aquellos alimentos que deberían ser de consumo eventual".

En las épocas de invierno en general en las meriendas, por ejemplo, suelen abundar las galletitas, snacks, alfajores, chocolates y golosinas varias. Mientras que en almuerzos y cenas se privilegian los guisos, las pastas, las comidas con mucho contenido de carne y cereales y poco contenido de verduras, señala Carlovich.

Para empezar a modificar estos hábitos la especialista brinda una serie de consejos:

- ?Usar el tiempo necesario para descansar. El descanso y las horas de ocio hacen una vida saludable. No debemos confundir el ocio con el sedentarismo, y debemos intentar sumarle horas de movimiento a esos días de distensión.

- Aprovechar el tiempo en familia para hacer actividades que durante los días de semana no podemos hacer por falta de tiempo: paseos a lugares turísticos, recorridas en bicicletas. También se pueden organizar juegos en casa, en donde podamos compartir el tiempo entre todos: bailando, juegos de prendas que impliquen movimiento, entre otros.

- Elegir recetas para cocinar en familia. Llenar la heladera, alacena y la casa de alimentos saludables, caseros y hechos con los chicos. Preparar budines de frutas y verduras de estación, dips de diferentes alimentos para comer como snacks con verduras (hummus, palta, dip de zanahoria, de calabaza).

La planificación, las compras organizadas y en familia nos ayudan a tener una casa segura, con alimentos saludables a disposición para los momentos de ingestas.

- ?Si vamos al cine o al teatro y compramos algo para comer, no optar por las porciones extra grandes sino moderarlas. Llevar bolsitas y dividir el balde de posociedadchoclos entre todos o comprar la porción individual, es de gran ayuda. Preferentemente elegir bebidas sin azúcar y pequeñas.

- ?Limitar el uso de pantallas reducirá las horas de sedentarismo y la exposición a alimentos ricos en azúcares y grasas. Usar las horas sin pantalla y en las que los chicos no puedan estar al aire libre o en movimiento para los juegos de mesa, de ingenio, de pensar que aunque tienen a los chicos sentados, los mantiene activos, con el pensamiento y la cabeza en acción.

- ?Que la comida no sea el eje central de los días de ocio o de las salidas. Por ejemplo: que la salida no sea ir a merendar o tomar un helado, sino ir a la plaza o andar en bici y luego se puede merendar en casa o afuera.

- ?Aumentar el consumo de frutas y verduras, que nos aportan vitaminas y minerales que ayudan a mantener las defensas altas y disminuir la probabilidad de enfermarnos. Preparar comidas calientes que incluyan verduras para almuerzos y cena, como lasagnas de vegetales, guisos con verduras y legumbres, pastas con verduras, revueltos y salteados.

También se pueden usar las verduras en desayuno y merienda, preparando budines, galletas, tortas.

Usar las frutas frescas en todas las comidas, en una ensalada, como colación, para acompañar el desayuno. Tenerlas a disposición en los paseos para comer si los chicos tienen hambre.

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