Mendoza sorprende a los visitantes desde el aire y desde adentro por sus espacios verdes, cuya incorporación como regulador de la vida cotidiana mitiga la naturaleza desértica de esta región. En ese sentido no se puede menos que aprobar la intención del municipio de Guaymallén de crear un ecoparque en terrenos ferroviarios de la otrora estación Mendoza del Ferrocarril General Belgrano.
La idea es recuperar al uso de la comunidad un terreno de 5 hectáreas donde se reproducirán ejemplares de la flora autóctona, y se harán juegos de plaza reciclados y senderos para caminatas, más el complemento de talleres destinados a actividades lúdicas y un museo del transporte de pasajeros. La idea, como decimos, es interesante porque el Gran Mendoza tiene muy poco espacio verde de carácter público.
Para los vecinos del área se trata de un emprendimiento positivo que, de concretarse, complementará el cambio operado en la zona a partir de la construcción del Le Parc y la erradicación de un asentamiento de más de 100 familias, sobre la calle Gomensoro.
El fin entonces es muy interesante. Hay en todo el Gran Mendoza y en otras partes del territorio terrenos ferroviarios ociosos, mal utilizados en la actualidad y generalmente usurpados, con muchos problemas de inseguridad. La Capital ya procedió a rescatar inmuebles ferroviarios dándoles destino público, haciendo edificios para el arte y la cultura. El otro ejemplo de rescate de predios abandonados es lo realizado en torno a la ex estación Benegas por la Municipalidad de Godoy Cruz, que convirtió todo ese sector perdido en un parque de múltiples usos comunitarios.
En el caso de Guaymallén, el espacio físico cedido, aseguran los funcionarios, no generará interferencias de carácter operativo comercial con los rieles actualmente en utilización, y por donde pasa periódicamente un tren carguero procedente del ingenio Ledesma, de Salta. Ésta ha sido una condición necesaria para disponer el traspaso de un predio de propiedad del Estado nacional afectado la red ferroviaria.
La iniciativa tenderá a generar un pulmón y dos grandes espacios de esparcimiento público (al integrarlo al Le Parc), en el corazón del conglomerado urbano del departamento, y previsiblemente otorgará mayores condiciones de seguridad y sanidad a la zona, ya que se deberán mejorar sustancialmente las condiciones de higiene, limpieza y desmalezado, y deberá instalarse adecuada iluminación, de acuerdo al proyecto.
Un problema a solucionar es la residencia, dentro de los límites del proyectado ecoparque, de 5 ó 6 familias, algunas con un permiso de ocupación, para las cuales habrá que disponer un operativo de reubicación cuando operarios y máquinas empiecen a intervenir el lugar.
La primera inversión será el reacondicionamiento del sitio, lo que implica un tratamiento paisajístico del terreno y la construcción de un cierre perimetral tipo alambrado olímpico. Sobre el galpón existente se hará únicamente mantenimiento y obras menores de provisión de energía e instalaciones sanitarias.
La comunidad está expectante; ojalá se materialice este pulmón verde tan necesario para un entorno de gran densidad poblacional. Además, debería descartarse que la autorización de utilizar el lugar se extenderá porque resulta escasa la vigencia de tres años y más cuando la inversión inicial es de 5 millones de pesos, monto que el municipio no puede darse el lujo de malgastar si posteriormente pierde el dominio sobre el inmueble.
