Cada vez que vuelva a la memoria del hincha albirrojo el partido de ayer, este seguro que terminará derramando lágrimas. Y el responsable de esto es Gonzalo Gómez, arquero del “Tricolor”, quién ayer tapó todo lo que le tiraron.
Por él, y por Daniel Giménez (tremendo animal de área) Guaymallén sumó ayer tres unidades que lo dejaron con chances para lo que vendrá.
Fue 1-0 y San Martín terminó lamentando cada ocasión errada frente al 1 italiano. Mas que nunca, Gómez fue un muro... el de los lamentos.
La primera mitad tuvo altibajos y ninguno logró imponer su juego. Fueron momentos olvidables y recién pasada la primera mitad aparecieron algunas ocasiones.
La vuelta del descanso no trajo modificaciones pero si a Súper Gómez, quien tapó clarísimas ocasiones de gol. A esa altura, Guaymallén estaba perdido y resistía como podía los embates albirrojos. Sin embargo, la jerarquía es un plus que no todos tienen.
El Tricolor supo cuando apretar el acelerador y terminó celebrando un triunfo gracias a la excelente definición del “Tanque” Giménez.
San Martín acusó el golpe y ya no volvió a encontrar los caminos. Chocó más de lo que pensó y terminó mareado, sin entender porque perdía un partido que merecía estar ganando.
Del otro lado, con un muro (de los lamentos) en el arco, Guaymallén entendió que le quedaban monedas por contar y ya no las malgastó.
Uno, San Martín, quedó de rodillas y fuera de toda lucha. El otro, Guaymallén, sigue en carrera aunque sabe, íntimamente, que con tan poco no le alcanza.
Hubieron agresiones y momentos de tensión
Desde el mismo comienzo del partido, quedó claro que algo no estaba bien en la popular. Escaramuzas, algunos golpes de puños y muchos nervios fueron una postal común durante todo el encuentro.
Sin embargo, cuando Guaymallén anotó el gol del triunfo, se pudo apreciar lo peor. Alguien lanzó un gas lacrimógeno y todo fue un caos. Varios la emprendieron contra el portón que está bajo la popular y movieron a niños y mujeres notablemente afectados.
En el playón de la platea hubo algunos cruces con directivos de la entidad que buscaban poner orden. Sobre el final, algunos inadaptados se metieron al campo de juego en busca de camisetas y hubo incidentes.