Guaymallén cerraba con un “empate” de Lobos y Abraham

Hasta el cierre de esta edición competían cabeza a cabeza en la interna del justicialismo. En el Frente Cambia Mendoza lideraba Marcelino Iglesias. FIT pasó a la general en tercer lugar.

Guaymallén cerraba con un “empate” de Lobos y Abraham
Guaymallén cerraba con un “empate” de Lobos y Abraham

El duelo electoral en Guaymallén tuvo un “cabeza a cabeza” por demás reñido. Por un lado, Alejandro Abraham y Luis Lobos, ambos del FpV, tuvieron un conteo voto a voto que los empató permanentemente, a veces, con diferencia de un voto. Por otro lado, en el frente Cambia Mendoza, Marcelino Iglesias mostró una ventaja marcada sobre Pablo Narváez.

Estos datos esbozaron la tendencia de una elección con un escrutinio muy lento (al cierre de esta edición sólo se habían cargado 219 de 628 mesas), en donde nadie se animaba a festejar. Hasta anoche, los candidatos que habían logrado pasar al cuarto oscuro del 21 de junio (las generales) eran Iglesias, Federico Telera (el FIT quedó en tercer lugar) y restaba definir el ganador de la pulseada del FpV.

Hacia el interior del justicialismo, Lobos y Abraham tenían en total un 17 por ciento de votos cada uno, aunque en las centésimas el primero marcó ventaja. Guillermo Elizalde logró el 7%de los votos y muy por detrás Mario Díaz se quedó en casi el 1%.

Pero el empate no sólo se dio entre los dos justicialistas de peso, sino que a nivel fuerzas el FpV peleó de igual a igual  con Cambia Mendoza. El frente opositor refugió a seis precandidatos de los cuales Iglesias, con el 13% de votos (porcentaje más bajo que el de los justicialistas), lideró por casi 4 puntos sobre Narváez. Fabián Manzur alcanzó el 8%.

Y hasta allí los resultados de un “cabeza a cabeza” entre precandidatos y fuerzas. El recuento de las mesas no permitió arrojar ganadores y el hecho no fue casual. El departamento más poblado de Mendoza (200 mil electores) tenía 13 precandidatos a intendente que se multiplicaban en 50 listas, gracias al sistema de colectoras al que adhirieron Lobos (con 24 boletas), Elizalde (6), Abraham (3) y Manzur (2).

La gran proliferación de precandidatos no sólo se vio en el cuarto oscuro, sino que se tradujo en la cantidad de carteles y propaganda política que inundó el departamento.

En el juego político, lo que está en disputa es comandar la comuna ya que ha coincidido en algunas oportunidades el color político con el gobierno provincial. De allí que muchos sostengan que quien gana Guaymallén, tiene chances de ganar la provincia. Con los números provisorios, ayer los radicales festejaron en un principio, aunque avanzada la hora el FpV los alcanzó en la cantidad de votos.

La suma estricta del porcentaje que sacó cada uno de los precandidatos del frente opositor coloca al radicalismo en la posibilidad de ganar Guaymallén y así romper con 8 años de gestiones justicialistas.

“Con una campaña austera en donde gasté cuatro veces menos que el resto de los candidatos, lidero el espacio y el radicalismo en Guaymallén va a acompañar”, festejó Iglesias con moderación.

En cambio, en el FpV  nadie se animó anoche a asumir resultados, hecho que se tradujo en los búnker que quedaron intactos. El más comprometido es el actual concejal a cargo de la intendencia, Lobos, quien arriesga en esta instancia de las PASO su legitimidad a cargo de la comuna.

En frente tiene a un viejo “amigo”, quien lo incluyó en “la banda de los pelados”, devenido ahora en el principal contrincante: Abraham, el ex intendente que dejó a la mitad su segundo mandato para asumir como diputado nacional.

“Acá hubo un cambio de gestión en vez de continuidad. Hubo una campaña publicitaria de proporciones que nunca se habían visto. Yo prioricé la institución y no mi nombre”, se diferenció Abraham de su ex aliado.

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