Guantes de oro: la gran noche en que Hugo Pastor Corro le ganó a Rodrigo Valdez

Para emocionarse. Mendoza es una de las grandes cunas del boxeo argentino. En 1978, otro mendocino tocó el cielo con las manos. Inolvidable.

Guantes de oro: la gran noche en que Hugo Pastor Corro le ganó a Rodrigo Valdez
Guantes de oro: la gran noche en que Hugo Pastor Corro le ganó a Rodrigo Valdez

El recuerdo se posa 42 años atrás, cuando el silencioso y hasta aburrido Barrio Infanta Mercedes de San Martín se vio conmovido por un hecho poco común.

Ese barrio construido por el sistema de ayuda mutua y que tantas horas de salud le costó a los adjudicatarios, la noche del sábado 22 de abril de 1978 fue testigo presencial del acontecimiento que nos ubicó en el mapa mundial.

Un mendocino nacido en San Carlos pero criado en Tunuyán, se transformaba en campeón mundial de boxeo en la categoría Mediano, esa que había defendido y dejado en forma invicta un año atrás el legendario Carlos Monzón.

Pasadas las 20 comenzó a sonar en aquel barrio de calles de tierra, los gritos de "dale campeón, dale campeón…" o el de "… Ar-gen-ti-na…".


Muchos vecinos tal vez ignoraban que en la manzana 21 casa Nº 1 vivía Hugo Pastor "Itaka" (1953-2007) Corro, quien hacía unos minutos había derrotado por puntos al colombiano Rodrigo Valdez (1946-2017) consagrándose campeón mundial en la categoría Mediano.

Los tres jurados lo vieron ganar y así Hugo Pastor Corro se convirtió en el nuevo campeón mundial de la AMB y el CMB. Recuerda la crónica de entonces que el mendocino consolidó su trabajo en el ring entre los rounds 12 al 15. En el 13 lo castigó mucho al negro, en el penúltimo lo dominó y en el último golpeaba y salía, haciendo gala de un gran entrenamiento. Tenía 25 años.

En cuestión de minutos la barriada capitalina se llenó de curiosos que se adueñaron de aquel memorable triunfo y disfrutaron del logro obtenido por el mendocino en San Remo (Italia), que lo transformaba en el tercero en obtener el título mundial (los anteriores Pascual Pérez y Nicolino Locche).

“Itaka” cumplió una promesa y apenas pudo, tras haber retornado a Mendoza, fue en su auto Chevy Súper Sport recién adquirido y fue hasta Tunuyán a cumplir la promesa en el santuario de La Cruz Negra.

Ese 1978 sería un año lleno de logros mundiales para los argentinos, Boca Juniors repetiría en la Copa Libertadores y le ganaría la Intercontinental al Borussia, Argentina sería campeón mundial de fútbol y la selección de hockey sobre patines haría lo suyo en el mundial disputado en San Juan, hecho que la desaparecida revista “El Gráfico” inmortalizaría en una tapa histórica con los capitanes consagrados y nuestro mendocino idolatrado.

Como solía cantar nuestra querida "negra" Sosa, "… el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos…", pasaron 42 años de cuando el barrio Infanta Mercedes de San Martín tan solo por un ratito, salió de su letargo pueblerino para ser parte del mundo.

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