Tupungato: millonarias inversiones conviven con la pobreza

En este distrito conviven modernas bodegas, hoteles y canchas de golf con viviendas precarias y falencias en salud y transporte.

Tupungato: millonarias inversiones conviven con la pobreza
Tupungato: millonarias inversiones conviven con la pobreza

Lujosos emprendimientos con fortalezas en la entrada a metros de viviendas precarias que no pueden conectarse a la red de gas por no tener condiciones aptas de habitabilidad. Canchas de golf, club de polo, restaurantes de categoría y exclusivos lodges vecinos a una comunidad que batalla por un centro de salud, un transporte digno y una secundaria que le dé futuro a sus jóvenes. Son de allí las uvas y terrenos más cotizados del Valle de Uco. También los índices desfavorables en servicios básicos, permanencia educativa y seguridad.

Parecen postales captadas en distintos lugares, pero estas realidades conviven diariamente en un mismo lugar: el distrito Gualtallary de Tupungato. Este departamento expone el mayor crecimiento económico del Valle de Uco, sin embargo denota también las peores estadísticas sociales. La expresión más fiel, la radiografía de este desarrollo inicuo, salta a la vista al dar un paseo por el paraje de mayor auge en la región.

Según datos aportados por la comuna, en los últimos 12 años desembarcaron en el distrito más de 30 emprendimientos nuevos y se instalaron cerca de diez bodegas. Su geografía de casi 200 kilómetros cuadrados encabeza la tendencia creciente en el Valle hacia los latifundios.

Aún quedan familias tradicionales (los Masi Espíndola, Navea, Luconi); pero también se encuentran en el lugar firmas extranjeras (Burco y su Tupungato Wineland, Chandon, Bousquet, Freixenet, entre otras), apellidos conocidos en el país (José Luis Manzano) y marcas de trayectoria vitivinícola en Mendoza (Orfila, Catena Zapata, etc.).

A este puñado de ejemplos hay que sumar a los ‘dueños inconstatables’. Se habla de funcionarios del gobierno nacional que están comprando en la zona o que la compañía alemana Bayer se quedó con la estancia Gualtallary. También están los que tienen proyectos a realizar, como la firma Badaloni, que levantará un barrio privado de categoría sobre la calle La Vencedora.

“Hoy vende que la etiqueta de la botella diga que es uva de Gualtallary. Es el área top del Valle de Uco”, señaló el enólogo de una de las bodegas  ubicadas sobre la ruta 89, límite este del distrito. Explicó que el secreto del posicionamiento de este ‘terroir’ radica en la composición del suelo, su clima y las labores agrícolas. “Incluso se está hilando más fino y definiendo categorías de cuarteles dentro del mismo distrito”, apuntó, y agregó que las variedades más buscadas son malbec, cabernet franc y cabernet sauvignon.

Zona de contrastes

Su inigualable paisaje de montaña ha convertido a Gualtallary también en un destino turístico. Recorridos guiados en las bodegas, hacer trekking en el Cordón del Plata, conocer el dique Las Tunas, visitar el monasterio del Cristo Orante, jugar al golf o al polo son posibilidades que se apoyan en alojamientos de categoría.

La vid es la reina que hizo brillar al paraje. Los valores inmobiliarios allí han trepado a pasos inpensables. Hoy, una hectárea de vid en la zona no cuesta menos de 50 mil dólares. Paralelamente, hay una fuerte precariedad dominial en estos terrenos. Una gran porción oeste del paraje se maneja sólo con títulos supletorios, pues son tierras que pertenecen a sucesiones de familias originarias, como los Arenas o Cardoso.

Por otro lado, en la zona poblada se extienden las casas levantadas sobre las márgenes del arroyo Las Jarillas, con el riesgo que implica. No existen programas habitacionales que permitan revertir la realidad de esta comunidad: loteos familiares divididos en muchas parcelas para albergar a todos y hacinamiento en las casas existentes.

La otra cara

“Necesitamos con urgencia un centro de salud o posta sanitaria. La frecuencia de los micros no es alta y tenemos que bajar indefectiblemente hasta el centro para ponernos una inyección”, se quejó Anahí Osorio, una joven “nacida y criada en Gualtallary”. Un estudio realizado por la organización Favim en 2006 destacaba esta necesidad, por tratarse de una población con gran cantidad de niños y distante a más de 10 kilómetros del hospital local.

“La bipolaridad social se ve más fuerte en Tupungato que en otros departamentos. En los estudios aparece un alto nivel de necesidades básicas insatisfechas y una fuerte inversión que no redunda en progreso para la zona”, señaló Daniel Pizzolato, jefe de Extensión del INTA La Consulta y referente del proyecto de Ordenamiento Territorial.

El profesional señaló que en los talleres realizados con la comunidad para el diagnóstico -hace dos años- surgieron también como problemáticas “el trabajo informal y esporádico y las deficiencias del servicio de transporte”. “En estos parajes, los recorridos son escasos y carísimos”, señaló Pizzolato, quien manifestó la necesidad de pensar en otro módulo, “tal vez mixto y con otras unidades”.

La directora de la escuela Hermenegildo Hidalgo, Viviana Juri, señaló que la institución ha ofrecido su establecimiento para abrir una secundaria o un centro de capacitación. “Hay chicos que no pueden seguir sus estudios en el centro. Están pidiendo a gritos ser contenidos y orientados”, expuso la docente, quien dijo que existe un terreno ocioso para el centro de salud.

“No hay actividades deportivas ni artísticas para los chicos que salen de séptimo”, señaló otra docente, Rosana Battistoni. Los referentes del lugar sostienen que salvo algunas firmas -como Chandon, que tiene programas de vinculación con la comunidad- el resto parecen islas totalmente ajenas a la población local.

Radiografía

Gualtallary es uno de los trece distritos de Tupungato, y el que mayor desarrollo económico ha expuesto en los últimos años. 
Superficie: tiene 199,4 kilómetros cuadrados.

Población: según el censo 2001, cuenta con 516 habitantes, pero todos los testimonios señalan que este número se ha duplicado o más en la última década.

Ubicación: se encuentra al suroeste del departamento, a unos 12 kilómetros de la villa cabecera. La ruta 89, que conduce al Manzano, la calle La Vencedora y la calle La Costa, todavía de tierra, son las principales vías que conectan al distrito.

Servicios: hace cinco años que los pobladores tienen red de agua potable y en el último tiempo instalaron la red de gas, aunque hay muchas familias que todavía no se pueden conectar. No hay cloacas.

Desarrollo: en los últimos 12 años desembarcaron en la zona 30 emprendimientos nuevos de los rubros turístico, inmobiliario y productivo, sobre todo vitivinícolas.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA