Desde el pasado 20 de marzo a las 0 muchas cosas cambiaron en la Argentina, en sintonía con lo que ocurre también en el mundo, en el contexto de pandemia de coronavirus. No sólo se modificaron las rutinas personales sino también la actividad comercial, laboral y cotidiana. Quienes más afectados se vieron desde ese momento -y se mantienen actualmente- son las familias y sectores más vulnerables. Y es que a aquellas personas que hace ya tiempo atraviesan situaciones críticas, se sumaron otras tantas que subsistían en base a changas o trabajos irregulares, y que han tenido que suspenderlos forzosamente desde hace más de 60 días.
En sintonía con la crítica situación social que atraviesan millones de argentinos en medio de la pandemia de coronavirus, el movimiento Barrios de Pie lleva adelante desde hace dos semanas -al menos- una serie de ollas populares en barrios vulnerables argentinos.
Dos meses sin ayuda
"Hace 60 días llegó a la provincia la primera y única entrega de mercadería enviada por la Nación. Pero desde que estalló el escándalo por los sobreprecios que se abonaron desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para adquirir mercadería, se frenó la compra y no se envió nada más", denunció Adrián Bonada, coordinador de Barrios de Pie en Mendoza, movimiento social ligado a la agrupación política Libres del Sur.
Y se explayó:"Contamos con asistencia de la Provincia y de los municipios, más donaciones que hace la gente. Pero no alcanza, y la demanda de ayuda se ha triplicado en las últimas semanas".
En todo el país, Barrios de Pie ha organizado unas 2.000 ollas populares en distintas zonas de vulnerabilidad para denunciar este retiro de las ayudas de parte del gobierno de Alberto Fernández.
Según Bonada, a principios de marzo recibieron la última entrega. "Si no fuera por la Provincia, los municipios y la ayuda de la sociedad, no podríamos asistir a la gente. Con lo que llegaba de la Nación podíamos asistir a 200 merenderos de 200 barrios. Hoy sin esa ayuda, estamos asistiendo a 130 merenderos", explicó Bonada, y resaltó que ya han hecho ollas populares durante los últimos dos fines de semana para visibilizar la problemática.
"Desde que arrancó la cuarentena, transformamos comedores y merenderos en centros alimentarios que funcionan de forma intinerante. Allí algunos compañeros preparan viandas y se reparten entre 150 y 200 por punto. Por suerte tenemos colaboración de productores que donan verdura y carne. En paralelo, entregamos leche y tortitas a las familias", explicó el referente.
Una situación similar a la de Barrios de Pie vive la Fundación Vínculos Estratéticos. "Hasta marzo, y como parte del Plan Nacional de Protección Social, estábamos trabajando con 600 familias vulnerables que estaban recibiendo ayuda en la zona. Pero con la pandemia nos encontramos con que aumentaron los comedores y merenderos que se instalaban en lugares donde antes no había, muchos de ellos sin las condiciones para hacerlo. Y esto tiene que ver con que se cerraron las escuelas y otros espacios donde los chicos asistían, y también donde se cocinaban y daban raciones", indicó la presidenta de la fundación, Graciela Baccarelli.
Asistencia cuadruplicada
Desde el Gobierno provincial, aunque evitando cargar las tintas, reconocieron este problema de la falta de ayuda nacional al reconocer que han asumido esa asistencia.
"Estamos brindando asistencia a un grupo nuevo de personas que antes no la precisaban", recordó Alejandro Verón, secretario de Desarrollo Social.
Según el funcionario, desde la provincia (con ayuda de los municipios) se ha "cuadruplicado la asistencia en el contexto de pandemia. La media mensual que entregábamos a comedores, merenderos y en bolsones de mercadería era de entre 8.000 y 10.000 módulos alimentarios, mientras que hoy estamos en 40.000". Verón resaltó que en total, son más de 2.000 chicos que reciben raciones alimentarias todos los días y que se envían a los Centros de Desarrollo Infantil.
En un contexto de normalidad -entiéndase, sin coronavirus-, estos espacios funcionan como jardines de infantes, y muchos de ellos tienen la función además de merenderos o comedores. Al no estar operando como tales desde hace dos meses, desde el Gobierno se ha fortalecido la entrega de bolsones de mercadería, así como la articulación para que los responsables de los comedores puedan llevar las raciones a domicilio (las dos formas de asistencia alimentaria que coordina la secretaría de Desarrollo Social).
Proliferan los merenderos en lugares carenciados
Desde principios de abril, la fundación Vínculos Estratégicos lleva adelante un proyecto para asistir a 700 familias de las zonas de Algarrobal y El Borbollón (Las Heras).
Además de distribuir alimentos, mercadería y elementos de higiene y seguridad cooperan con referentes barriales.
En ese contexto, desde la fundación aseguran que al no estar funcionando normalmente las escuelas hay una proliferación de merenderos. Graciela Baccarelli, de la fundación, destacó que el problema se centra en el hecho de que en los establecimientos educativos los chicos comían de lunes a viernes y recibían raciones distintas a los bolsones con víveres que se entregan hoy. "Si se vuelven a abrir los restaurantes con modalidad de delivery, ¿por qué no pueden abrir las escuelas para que se cocine en el lugar y los padres vayan a buscar la comida? El cierre de estos lugares ha llevado a que proliferen las ollas populares en espacios no preparados para ello", insistió Baccarelli; quien además es presidenta de la Federación de Entidades no Gubernamentales de Niñez y Adolescencia de Mendoza.
En El Borbollón y Algarrobal hay dos situaciones que agravan más el panorama: el cierre de los hornos de ladrillo y el de la planta de residuos. Y es que son muchas las familias que viven de estos trabajos, y están sin medios de subsistencia en épocas de pandemia.
Ante esta situación, en abril la fundación inició el proyecto de acompañamiento y asistencia a estas familias en el contexto de Covid-19. "Estamos fortaleciendo a los referentes barriales con charlas sobre cómo trabajar en la pandemia. Es todo un trabajo de gestión asociada entre particulares que donan alimentos y el Banco de Alimentos de Mendoza. Ahora se ha sumado la Municipalidad de Las Heras aportando la movilidad", explicó la referente.
En total, como parte de este proyecto, ya se ha asistido a 3.500 personas y se han entregado más de 300 cuadernillos educativos.