Un grito acorralado. Encerrado y atrapado por cuestiones legales que escapan a la razón, pero libre a la hora de expresar tanta alegría contenida.
No fue un partido más para Gabriel Heinze. Por fin se dio el gusto de entrar al campo de juego y estar cerca de sus jugadores. Por fin pudo sentarse en el banco de suplentes. Y en el clásico cuyano. Con San Martín enfrente. Y con victoria. Nada más que pedir para el Gringo.
El entrenador sintió la adrenalina del bautismo de fuego, algo que esperó desde que se puso el buzo tombino allá por el mes de junio. Pisar el césped y cruzar el campo del Hilario Sánchez hasta acomodarse en su lugar marcó el sueño que acunó desde que abrazó la profesión.
Claro que la historia no se dio completa para el entrerriano, más allá del inolvidable triunfo que le regalaron sus dirigidos. La novela que escribe en el Expreso tuvo otro capítulo imperdible.
¿Qué pasó? El DT pudo entrar con el equipo, pero se le prohibió salir del banco para dar indicaciones. Increíble, pero real. Entonces fueron sus laderos más cercanos, Julio Vaccari y Mariano Toedtli, quienes tomaron las riendas pegados a la línea de cal. Él sufrió abajo como un león enjaulado.
Gesticuló. Le dio mensajes a sus ayudantes. Se molestó con alguna jugada que no le gustó. Protestó. No se inmutó con el empate de Fernández, pero sí apretó el puño y explotó con el penal convertido por el goleador.
El delirio Bodeguero fue total. Y Heinze tampoco se guardó nada. Su garganta tomó color como nunca antes frente a tanta descarga emocional.
Aún atrapado y sin salida. Un día el Gringo tuvo en el derby su día feliz como entrenador.
En calidad de ayudante
El dictamen que habilitó a Gabriel Heinze a estar en al campo de juego tuvo una perlita que llama mucho la atención. Y es que le permite estar en el banco en calidad de "ayudante".
Así quedó establecido una vez que se dio lugar a la cautelar que presentó el propio entrerriano. Por eso, apenas pisó el terreno sanjuanino el cuarto árbitro y un hombre de AFA le indicó que no podía pararse al costado de la línea de cal. De esta forma, el Gringo tendrá que vivir los partidos del Tomba hasta la finalización del campeonato.