Griezmann, un francés con costumbres rioplatense

El francés, influenciado por el "Cholo" Simeone, Correa y Gidín, disfruta tomar mates, comer asados y escucha cumbias.

Griezmann, un francés con costumbres rioplatense
Griezmann, un francés con costumbres rioplatense

Antoine Griezmann no se va a sentir perdido al enfrentar a Argentina mañana en Kazán por los octavos de final del Mundial, porque el atacante francés, que pasa sus días tomando mate, se ha transformado en un verdadero rioplatense en la vida y en el terreno de juego, escuchando a diario a su entrenador argentino del Atlético Madrid Diego "Cholo" Simeone.

Cuando se enoja, "Grizou" puede pasar en un abrir y cerrar de ojos de la lengua de Molière a la de Borges, incluso cuando lanza su mejor grito de guerra, el 'gooool' con la boca bien abierta.

De hecho, los aficionados franceses recuerdan su estallido de bronca en la Eurocopa-2016 tras marcar un tanto contra Albania (2-0) en el minuto 90, luego de iniciar el cotejo en el banquillo: "la concha de tu madre", lanzó al marcar, una expresión típicamente sudamericana, más bien rioplatense. Nada raro para un atacante que construyó su carrera en España, una tierra en la que se cruza seguido con jugadores latinoamericanos.

Marginado por los centros de formación franceses por su talla considerada pequeña, Griezmann se expatrió al País Vasco español a los 14 años y se instaló en la Real Sociedad de San Sebastián guiado por su asesor Eric Olhats.

En el club vasco, dio sus primeros pasos como profesional bajo las órdenes del uruguayo Martín Lasarte, pero fue otro uruguayo, su compañero Carlos Bueno, quien llevaba el mate a los entrenamientos.

En el vestuario del Atlético Madrid, al que llegó en 2014 y club con el que acaba de prolongar su contrato hasta 2023 alejando los rumores de un traspaso al Barcelona, lo rodean el argentino Ángel Correa y los uruguayos Diego Godín y José María Giménez.

"Es (como un) uruguayo. Siempre estuvo rodeado de jugadores uruguayos. Debutó con Martín Lasarte. Ama lo que somos, comer asado, nuestra música, y toma más mate que yo", explicaba Godín hace algunas semanas.

En la selección de Francia, Griezmann no se mueve sin su equipo de mate y verlo beber esa infusión se ha convertido en una imagen típica en las previas de los partidos de los Bleus.

"Es como el café, como un té, para la mañana o la tarde, eso me despierta. Treinta análisis de sangre, veinte controles antidopaje, no creo que sea una sustancia dopante, si no ya hubiera pasado algo", explica con una sonrisa en la boca.


En el campo de juego, Griezmann es una especie de mezcla franco-hispano-rioplatense. De España, el atacante de 27 años posee el gusto por el buen juego y el arte de filtrarse entre las líneas defensivas con gran naturalidad.

Pero en el Atlético, también ha desarrollado una personalidad combativa impulsada por el temperamental 'Cholo' Simeone, conocido por su sed de triunfo y su célebre frase "la actitud no se negocia".

"Tenía esa garra y la cultivó al estar en contacto con Simeone", explicaba hace unos meses a la AFP Philippe Montanier, uno de sus exentrenadores en la Real Sociedad.

En cuatro años, el espíritu del "Cholo" ha influido en el desarrollo de la carrera de Griezmann, que lucha como un guerrero en el campo del 'Atleti', sin evaluar los esfuerzos que debe hacer para defender cuando el partido lo pide.

Después de un largo período, 'Grizou' pudo festejar un gran título con los colchoneros, al conquistar a mediados de mayo pasado la Europa League frente al Marsella, en Lyon (3-0). Tal vez eso le ha quitado frescura en Rusia-2018, donde los hinchas galos esperan verlo explotar de una vez por todas, contra la Argentina de Leo Messi, por un lugar en cuartos de final.

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