Se trata de una construcción antigua que data del año 1924. El hospital Lencinas, ubicado en la calle Talcahuano de Godoy Cruz aparece imponente por su magnitud ya que está compuesto por 14 diferentes edificaciones que llaman salas.
Durante mucho tiempo fue el referente provincial en cuanto a enfermedades infecciosas y como si fuera poco, fue declarado patrimonio cultural de la provincia.
Sin embargo, con sólo caminar entre la hermosa arboleda que lo rodea puede verse que los años no le han pasado en vano: paredes desteñidas, revoques que se caen, puertas y ventanas dañadas y algunas salas directamente en desuso. Lo cierto es que no escapa a la realidad con la que deben lidiar la mayoría de los hospitales públicos, para los cuales el mantenimiento es "hacer lo que se pueda" con el presupuesto asignado.
Atender semejante infraestructura no es poca cosa y además requiere refuncionalizar algunos aspectos como la ventilación de diferentes lugares como baños y consultorios, donde las bocas son muy pequeñas, están deterioradas y sucias van a parar a un entretecho, es decir, ventilan poco y nada.
Ésta es una de las razones por las cuales el gremio Ampros, junto a ATE, denuncia que se trata de un desmantelamiento encubierto. Entre los indicios enumeran que en los últimos años se han cerrado servicios y los cargos que quedan vacantes al jubilarse profesionales no son cubiertos, por lo cual se observa una reducción del recurso humano.
¿Se cierra o no?
Los últimos días comenzó a circular un panfleto elaborado por el sector gremial en el cual se llama a evitar el cierre del nosocomio. Allí se hace referencia a malas condiciones de infraestructura, la necesidad de más personal, insumos y seguridad además de falta de medicamentos.
Es por eso que ATE convocó para hoy a las 10 a una asamblea frente a la puerta del hospital. Ampros apoya la medida y su secretaria general, Claudia Iturbe, señaló que se ha invitado a participar a la comunidad de la zona, mientras que no descartan el corte de alguna calle.
"Está históricamente abandonado, pero no se le pone la firma al cierre porque ningún gobierno queda bien si cierra un hospital", dijo.
El médico, Mario Bitar, delegado de este último gremio explicó que cuando un profesional se jubila debe presentar una nota o formulario al gobierno provincial para que éste dé el aval para habilitar el llamado y cubrir el cargo, sin embargo, el pedido se pierde en la burocracia y no se concreta. Éste es un procedimiento que se realiza en todos los otros efectores, pero en ellos sí ingresan nuevos médicos.
Desde su punto de vista lo que se pretende es la reducción paulatina del servicio para que quede funcionando a la mínima expresión, como policonsultorios.
Para ejemplificar detalló que se han cerrado la internación para rehabilitación, el quirófano para cirugía torácica junto con la Unidad de Cuidados Especiales y el área de internación para salud mental se trasladó al hospital Gahilac.
En tanto, el director, licenciado Luis Ten Huver negó rotundamente que se apunte al cierre del establecimiento y que durante su gestión -de un año y medio- "se han hecho muchas cosas pero se va priorizando lo más necesario".
Dijo que la mayor parte de la edificación está en buenas condiciones salvo por cuestiones como el revoque.
En este sentido y casi sin quererlo confirmó que el deterioro viene de larga data al mencionar que recientemente se ha puesto a punto el pabellón de enfermedades infecciosas "porque ahí ya no se podía trabajar más", por ejemplo porque tenía puertas y ventanas podridas y un solo baño para todos los médicos y pacientes del sector.
Además confirmó que "es el único hospital que no creció en recurso humano en diez años". Sin embargo, dijo que se ha presentado un proyecto para obtener un subsidio del gobierno nacional, pero que en caso de no obtenerse existen posibilidades de que el Ministerio de Infraestructura de la provincia tome cartas en el asunto.
