Antonio Miranda, Rubén Di Marco y Luis Mejía son delegados del ATE y trabajan en distintos sectores del hospital. Ante Los Andes, describieron la situación que -según ellos- padecen y han denunciado "en varias oportunidades y desde el año 2008".
En términos generales, manifestaron que el sector de lavandería tiene una máquina fuera de uso y la otra funciona a medias -se debe lavar entre 800 y 900 kilos de ropa por día-, y que las máquinas de planchado también están rotas.
"Siempre cae agua al piso y hay cables pelados tirados por todos lados, con los riesgos que eso supone", contaron. "Hay humedad. El aire acondicionado tampoco funciona y en verano trabajar en cualquier sector del hospital es verdaderamente insoportable", agregaron.
"El reclamo se lo hacemos al directorio y a Gobierno. Siempre por cualquier cosa que se rompe y deja de funcionar alegan que no hay dinero, pero llaman a licitaciones costosas que además demoran mucho tiempo en hacer las mejoras que se necesitan. Ahora, por ejemplo, van a traer a tres electricistas y al hospital le sale 80 mil pesos", aseguraron.
Por último, los delegados resaltaron que "las madres que están allí afuera creen que estamos en su contra, pero no es así. Nuestros reclamos destapan la olla".
Los profesionales de la Salud reclaman, además, la equiparación de las asignaciones familiares con las que abona la Nación, una compensación por los descuentos del impuesto a las Ganancias, el nombramiento de los contratados y el pase a planta de los trabajadores conforme a un cronograma establecido en paritarias anteriores, que aún no se cumple.
