Grecia alcanzó ayer un acuerdo técnico “de principio” con sus acreedores para recibir un tercer plan de asistencia financiera por 85.000 millones de euros (94.000 millones de dólares), aunque todavía deben tramitarse algunos “detalles”.
Sin embargo, la duda imperaba hacia el final de la jornada sobre el calendario de adopción definitiva de este acuerdo. La Comisión europea también señaló que efectivamente había un acuerdo, pero “a nivel técnico en este momento”, y que aún falta “una evaluación política”, sin aclarar bien cómo debe hacerse ésta.
Una fuente europea dejó abierta ayer la posibilidad de que el acuerdo no sea refrendado formalmente de aquí al 20 de agosto, fecha en la cual Grecia debe reembolsar un tramo de 3.400 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE), recordando que el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ya había declarado la semana pasada que podría recurrirse a “un préstamo puente por algunos días” para concluir el mismo sin que Grecia falte a sus obligaciones.
Tras el anuncio de acuerdo, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, escribió a la presidente del parlamento, Zoé Konstantopoulou, para pedirle que convocara una sesión plenaria mañana para ratificarlo, informó una fuente gubernamental.
“La gravedad de la situación exige una reunión inmediata de la asamblea plenaria del Parlamento para poner en marcha el procedimiento necesario para la ratificación del acuerdo y el pago del primer tramo previsto”, escribe Tsipras, según la carta transmitida a la prensa.
Contactada, la oficina de prensa del parlamento indicó "no estar todavía informada de la decisión de la presidencia" sobre esta petición.
Konstantopoulou hace parte de la treintena de diputados de la izquierda radical Syriza -de un total de 149- que se oponen al tercer plan de ayuda al país.
El acuerdo concluido este martes fue de antemano rechazado por el sindicato comunista PAME, que convocó a una manifestación mañana.
La Bolsa de Atenas, que se recupera lentamente de las fuertes pérdidas de la semana pasada, reaccionó de forma positiva pero discreta.
Desde hace más de dos semanas, el gobierno griego negociaba las condiciones de este plan de rescate con sus acreedores (Unión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Mecanismo Europeo de Estabilidad).
Aunque ambas partes han advertido que quedan detalles por solventar, estos “no afectan al espíritu general del acuerdo”, indicó otra fuente del ministerio de Finanzas heleno.
Según la agencia griega ANA, Tsipras había llamado el lunes por la noche a la canciller alemana Angela Merkel, al presidente francés, François Hollande, a Juncker, y al presidente del Parlamento Europeo, Martin Schultz, para reafirmar la “voluntad general” de alcanzar un compromiso.
Objetivos fiscales comedidos
Según el diario Kathimerini, para cerrar el acuerdo Grecia tuvo que aceptar la adopción inmediata de 35 reformas. Estas van desde un aumento de las tasas aplicadas a las compañías de transporte marítimo hasta la reducción del precio de los medicamentos genéricos, pasando por un reforzamiento de la lucha contra la delincuencia financiera o la desregulación del sector energético.
Durante la noche se anunció un pacto sobre los objetivos fiscales de Grecia de aquí a 2018, uno de los puntos principales de la negociación. En virtud de lo acordado, Grecia tendrá en 2015 un objetivo de déficit primario (excluyendo los intereses de la deuda) del 0,25% del PIB, según la agencia ANA.
Las claves del pacto
- ¿Por qué un tercer plan de ayuda?
Atenas, que ya ha recibido dos planes de ayuda por un monto total de 240.000 millones de euros y de una quita de 100.000 millones del sector privado, lleva seis años en recesión y sigue sin poder financiarse en los mercados.
En cuanto a los bancos, exangües por la degradación económica y por la fuga de capitales, necesitan refinanciación urgente. El nuevo plan de ayuda, de entre “82.000 y 86.000 millones de euros” en tres años permitirá al país reembolsar sus pagos atrasados y recapitalizar los bancos.
- ¿Qué incidencia tendrá sobre la deuda griega?
La deuda del país se eleva actualmente a unos 320.000 millones de euros, el 170% de su PIB, un nivel considerado inviable de forma unánime. El nuevo plan de ayuda, en forma de préstamo, la aumentará hasta el 200%. El FMI insiste en la necesidad de reducir la deuda como condición para participar en la financiación del país. Pero varios países se oponen radicalmente a una quita pura y simple, empezando por Alemania.
- ¿Qué esperan los acreedores?
Los acreedores de Grecia (Comisión Europea, BCE, Fondo Monetario Internacional y Mecanismo Europeo de Estabilidad) esperan reformas, detalladas en el acuerdo que acompañará al tercer plan. Cada tramo de ayuda contará con “acciones previas” que deberá llevar a cabo Atenas.
Por lo pronto, para desbloquear un primer tramo de ayuda, Grecia debe poner en marcha 35 reformas, que incluyen un aumento de las tasas aplicadas a las compañías de transporte marítimo hasta la reducción del precio de los medicamentos genéricos, un reforzamiento de la lucha contra la delincuencia financiera o la desregulación del sector energético.
- ¿Cuáles son las próximas etapas?
El gobierno griego espera llevar mañana al parlamento el texto del acuerdo para su aprobación, con el objetivo de presentarlo el viernes a los ministros de finanzas del Eurogrupo.
A continuación, los parlamentos de varios países de la zona euro deben aprobarlo, entre ellos el Bundestag alemán.
Berlín ha insistido en los últimos días en la necesidad de lograr un acuerdo "sólido", alargando las negociaciones si es necesario. En ese caso, para superar el obstáculo del 20 de agosto, quizá sea necesario una "financiación puente", según reconoció el martes una fuente europea.
China decidió devaluar el yuan
China devaluó su fuertemente controlada moneda ayer tras una pronunciada caída de su comercio lo que llevó al yuan a tener su mayor declinación en un día en 10 años.
El Banco Central dijo que la caída del yuan obedece a las reformas enfocadas a que la divisa china tenga un comportamiento orientado por el mercado, pero si ésta muestra una debilidad sostenida crecería el riesgo de tensiones con Estados Unidos y otros socios comerciales que critican el control de Pekín sobre su moneda.
China se convierte en la tercera potencia comercial que toma medidas para devaluar su moneda. Agencia AP