Grecia deportó ayer a Turquía a un segundo grupo de refugiados, mientras que Alemania anunció una fuerte reducción de las solicitudes de asilo, cuando Europa trata de resolver su peor crisis migratoria desde el fin de la II Guerra Mundial.
Los 45 migrantes, todos ciudadanos paquistaníes, partieron de la isla de Lesbos a bordo de un ferry turco, pese a los esfuerzos de activistas para detener esta segunda operación de deportación desde el criticado acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Turquía.
Tres activistas fueron detenidos tras engancharse al ancla del ferry, para tratar de impedir que zarpara del puerto de Mitilene. Otras 30 personas se reunieron en el puerto, coreando lemas como “Alto a las deportaciones”, “¡Qué vergüenza para la UE!” y “Libertad para los refugiados”.
El grupo desembarcó en el puerto de Dikili (oeste de Turquía), donde sus integrantes serán sometidos "a controles de identidad y de salud”, indicó a la AFP un responsable local que requirió el anonimato.
Una vez registrados, los migrantes subirán a autobuses “para ir probablemente a Kirklareli”, en el noroeste de Turquía, donde hay un campo de refugiados.
Un segundo grupo de 79 migrantes -en su mayoría paquistaníes- también devueltos desde Lesbos, en el Egeo oriental, debe llegar en las próximas horas a la costa turca.
Según el gobierno griego, la operación concierne a aquellos que no han pedido asilo en Grecia: “Cualquiera que pida asilo sale de la lista”, dijo una fuente.
Según los términos del acuerdo entre la UE y Ankara cerrado el pasado mes en Bruselas, todos los inmigrantes llegados irregularmente a las islas griegas desde Turquía a partir del 20 de marzo se exponen a ser devueltos. También, según ese acuerdo, por cada refugiado sirio devuelto, la UE acogerá a otro sirio instalado en Turquía, hasta un máximo de 72.000.
A cambio, Turquía recibirá una ayuda de 6.000 millones de euros, y en junio se levantará la exigencia de visado a los ciudadanos turcos que viajen a la Unión Europea.
El lunes ya fue expulsado a Turquía un primer grupo de 202 migrantes desde las islas de Lesbos y Quíos.
Este acuerdo ha sido muy criticado. Un partido español, Izquierda Unida, presentó el jueves una querella por un “delito de lesa humanidad” contra el jefe del gobierno en funciones, Mariano Rajoy, por firmar el acuerdo.