Las autoridades griegas y europeas ultimaban anoche los detalles de la operación para comenzar a expulsar hoy a miles de migrantes a Turquía, en virtud de un acuerdo con la Unión Europea muy controvertido y criticado por organizaciones que defienden los derechos humanos.
Los responsables griegos no explicaron los detalles de la operación, que comenzó temprano hoy desde la isla de Lesbos y que afecta cerca de 6.000 personas, llegadas después del 20 de marzo.
Por el momento, no se excluye que la operación se extienda a otras islas del Egeo con gran flujo migratorio, como Chios, a la que ayer llegaron agentes de la agencia europea de fronteras exteriores Frontex, indicó un periodista de esta agencia en el lugar.
La agencia de prensa estatal griega ANA afirmó, sin ser desmentida por el gobierno, que unos 750 migrantes serían devueltos a Turquía entre hoy y el miércoles, la primera ola de deportaciones desde que entró en vigor el acuerdo entre la UE y Turquía.
Según ANA, los migrantes serán enviados desde la isla de Lesbos al puerto turco de Dikili, para lo cual el Frontex habría fletado dos barcos turcos.
Fuentes policiales en Lesbos explicaron ayer que se había producido una ola de demandas de asilo de última hora de los migrantes y refugiados que quieren evitar la expulsión.
El acuerdo UE-Turquía prevé que todos los migrantes que lleguen a Grecia después del 20 de marzo pueden ser devueltos a Turquía, a pesar de que esta normativa contempla la obligación para las autoridades de examinar la situación caso por caso.
Además, muchos de los recién llegados a Grecia se han quejado de no tener tiempo y acceso suficientes para completar el procedimiento de demanda de asilo.
Según Boris Cheshirkov, portavoz de la Agencia de la ONU para los refugiados, dice que en la isla “más de 2.000 personas anunciaron su deseo de solicitar el refugio, por lo que los servicios griegos tienen que implementar un proceso que sea creíble”.
Al otro lado del Egeo, Turquía prepara dos centros de registro para los migrantes que llegarán al país a partir del lunes, mientras que la Media Luna Roja quiere abrir un campo de refugiados para 5.000 personas en Manisa, según los medios turcos.
“Le dijimos a las autoridades griegas que podíamos tomar a 500 personas (el lunes) y ellas no dieron 400 nombres. Mañana es posible que las cifras cambien”, indicó el ministro de Interior turco, Efkan Ala, a la agencia Anatolia.
Polémico acuerdo
El polémico acuerdo UE-Ankara prevé que Turquía acoja nuevamente a partir de hoy a migrantes expulsados de Grecia. También prevé que, por cada sirio expulsado hacia Turquía, la UE acepte a uno de los 2,7 millones de refugiados de esa nacionalidad que se encuentran en territorio turco, con un tope de 72.000 personas.
La aplicación de este acuerdo, muy criticado por las organizaciones humanitarias y la ONU, procura frenar el flujo migratorio en el mar Egeo, por donde llegaron más de 150.000 personas desde principios de año, y 850.000 en 2015, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Reclaman la apertura de la frontera con Macedonia
El plan para deportar a inmigrantes desde Grecia a Turquía desató manifestaciones de los habitantes de ambos países el sábado, dos días antes que se implemente un acuerdo promovido por la Unión Europea.
Al mismo tiempo, inmigrantes varados en un campamento improvisado en ese pequeño poblado en la frontera de Grecia con Macedonia efectuaron una protesta para exigir la apertura de la frontera y que se les permita proseguir su viaje hacia el centro y el norte de Europa.
Los habitantes de Idomeini argumentaron que algunos inmigrantes se habían metido a viviendas vacías en el poblado, y dijeron que ya no se sienten seguros. Agencia AP