El juicio de destitución de la mandataria brasileña Dilma Rousseff retomó su curso ayer, cuando el Senado decidió ignorar una sorpresiva decisión del presidente interino de la Cámara de Diputados, Waldir Maranhao para anular el proceso.
El jefe del Senado, Renan Calheiros, decidió que el procedimiento de destitución de la mandataria por maquillaje de las cuentas públicas seguirá su curso previsto en el pleno de la Cámara alta mañana.
Calheiros dijo que la anulación de la votación que aprobó el impeachment en abril en la Cámara baja, adoptada ayer más temprano por el jefe interino de Diputados, es “una broma sobre la democracia” y aceptarla atrasaría el proceso.
Todo indica que el pleno de 81 senadores votará mañana iniciar un juicio político a Rousseff y apartarla del poder por hasta 180 días, mientras se tramita el proceso y se llega a una sentencia definitiva.
Si es suspendida, como anticipan sondeos y expertos, el vicepresidente Michel Temer, ex aliado del gobierno y hoy su mayor enemigo, asumiría el poder de forma interina. Y si Rousseff es finalmente destituida por dos tercios del Senado, gobernaría hasta el fin de su mandato en 2018.
Con los jefes de Diputados y del Senado enfrentados, analistas señalan que una vez más la Corte Suprema tendrá que intervenir en esta nueva trama de la novela política que sacude a Brasil.
¿Puede el Senado desconocer la anulación de la votación decretada por el jefe de Diputados? Un recurso sobre su nulidad ya fue rechazado el viernes por un magistrado de la máxima corte.
El abogado general del Estado, José Eduardo Cardozo, insistió en que “el Senado no puede procesar y juzgar sin autorización de la Cámara” de Diputados. “Si el acto es nulo y se proclamó su nulidad, no hay como dar seguimiento al proceso. La decisión ahora cabe a la Corte Suprema”, explicó el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Católica de San Pablo, Luiz Tarcísio Teixeira Ferreira.
Estas parecen ser las horas finales del mandato de la primera presidenta de Brasil, una exguerrillera de 68 años reelegida hasta 2018 que denuncia un “golpe parlamentario” en su contra. “Precisamos defender la democracia, luchar contra el golpe, luchar contra todo ese proceso extremadamente irregular”, insistió Rousseff poco después de conocer la decisión de Maranhao.
“Tengan cautela, vivimos una coyuntura de mañas y artimañas”, afirmó.
El mercado reaccionó sin drama ante la medida del jefe interino de los Diputados: el real retrocedió 0,54% y la bolsa 1,41%.
Maranhao -que votó contra el impeachment de Rousseff en abril- asumió interinamente la jefatura de la cámara baja la semana pasada, cuando reemplazó a Eduardo Cunha, enemigo político de la mandataria y cerebro detrás del juicio político de Rousseff.
En una medida inusitada, Cunha fue suspendido de su mandato por la Corte Suprema por intentar obstruir las investigaciones en el escándalo de corrupción de Petrobras, en el que está involucrado.
Al asumir el cargo, Maranhao acogió un pedido del abogado general del Estado y aseguró que en la sesión de la Cámara de Diputados que aprobó el impeachment con arrolladora mayoría se prejuzgó a Rousseff al anticipar votos, restando a la mandataria el derecho a una legítima defensa.
El ABC del juicio político
¿De qué está acusada Rousseff?
El procedimiento de impeachment contra la primera presidenta de Brasil, de 68 años, se basa en acusaciones de que pidió préstamos a bancos estatales para ocultar déficit presupuestarios en 2014 y 2015.
¿Qué sucede en el Senado?
Una comisión especial del Senado también recomendó el viernes pasado que Rousseff sea sometida a un juicio político.Los 81 miembros del Senado comenzarán a votar mañana sobre esa recomendación, un proceso que puede alargarse hasta el jueves o más.
Solo es necesaria una mayoría simple para aprobar el inicio del juicio político y suspender a Rousseff del cargo, y una mayoría de analistas coinciden en que el campo pro-impeachment será mayoritario.
¿Resolverá todo la salida de Rousseff?
La respuesta corta es “no”. Una impopular presidenta ya no estará en el poder. Pero muy pocos brasileños ven a Temer como un salvador. Un sondeo de la encuestadora Datafolha de abril mostró que solo 2% de la población votaría por él en una elección presidencial.
Temer, un abogado constitucionalista de 75 años, de bajo perfil y fama de astuto negociador político en las sombras, puede enfrentar una feroz oposición de la izquierda. Y aún no se ha echado la cortina final sobre el megaescándalo de corrupción en Petrobras.
Detienen a ex ministro de Hacienda
El exministro de Hacienda de Brasil entre 2006 y 2014, Guido Mantega, fue detenido durante unas horas ayer para declarar ante la policía en el marco de la investigación sobre un esquema corrupto que recibía sobornos de grandes empresas para evadir impuestos.
“Guido Mantega fue uno de los objetivos de las órdenes expedidas para acudir a declarar. Hasta el momento no hay denuncia en su contra, es una investigación policial en fase preliminar”, informó la asesoría de prensa de la Fiscalía.