El bahiense Guido Pella, aún eufórico por haber avanzado por primera vez en su carrera a los cuartos de final del Argentina Open, admitió hoy que "se sacó una espina enorme de encima" y reconoció también que le cuesta mucho jugar en Buenos Aires.
"Me saqué una espina enorme de encima. No hay nada más lindo que ganar acá con mi familia y amigos en la tribuna, pero me cuesta mucho, siempre me costó", confesó Pella, de 27 años, en diálogo con la prensa, luego de imponerse sobre el español Fernando Verdasco por 6-2 y 6-4 en el partido que inauguró la jornada en la cancha central del Buenos Aires Lawn Tennis Club.
Pella había sido semifinalista en Doha el mes pasado y, en el Argentina Open eliminó en la ronda inicial a su compatriota Nicolás Kicker en un partido que pudo haber perdido, ya que estaba 6-2 y 4-2 abajo en el marcador, hasta que inició la remontada y se impuso por 2-6, 6-4 y 6-4.
"Contra Kicker no jugué para nada bien, fue difícil porque enfrente estaba un amigo. Hoy fue distinto, me solté y no le di chances a Verdasco, un tenista muy peligroso. Sólo me compliqué cuando ganaba 6-2 y 4-1, pensé que el partido estaba resuelto, pero por suerte enseguida retomé el nivel del principio", analizó Pella.
El "zurdo" bahiense, campeón de Copa Davis en 2016 y dispuesto a jugar la serie de abril próximo ante Chile por la Zona Americana de ascenso, se refirió también a su próximo compromiso, que será el viernes ante el ganador del cruce que animarán esta noche el austríaco Dominic Thiem, máximo favorito al título y campeón en Buenos Aires en 2016, y el marplatense Horacio Zeballos.
"A Thiem lo conozco bastante, jugué tres veces con él en los últimos dos años, es el 'top ten' que más veces enfrenté. Le deseo lo mejor a Zeballos, si me toca con él será jugar otra vez contra un amigo", reflexionó Pella, quien le ganó dos veces al austríaco, en Río de Janeiro 2016 y Chengdu 2017, y perdió el mes pasado en el abierto de Australia.
Aunque a Pella le cuesta dormir por estos días, disfruta particularmente estar tan cerca del torneo que tiene que jugar. Puede darse el lujo, incluso, de volver por cosas que olvidó en su casa.
"Hoy antes del partido me olvidé las medias, así que tuve que agarrar el auto, me fui a mi casa, que estoy acá (señala) en (las calles) Sucre y Ramsay (a unas cuadras del Buenos Aires Lawn Tennis Club), y llegué, me tiré en la cama 15 minutos (...) y me vine", ilustra el zurdo.
"Eso es lo más raro del planeta, porque una semana al año vivir tan cerca y poder hacer eso, me da mucha tranquilidad saber que puedo dormir lo más que pueda, que no tengo que apurarme", concluyó Pella.