Gran Bretaña rompió con la UE y Cameron renunciará

Contra los pronósticos, sondeos y apuestas, la mayoría de los británicos (52%) votó por salir de la Unión Europea. Los líderes de la región temen por la integridad del bloque. Cayeron los mercados.

Gran Bretaña rompió con la UE y Cameron renunciará

La decisión de los británicos de salir de la Unión Europea (UE) provocó un terremoto que le costó el cargo al primer ministro David Cameron, hundió a los mercados y amenaza con desintegrar a Gran Bretaña.

Los socios europeos lamentaron la decisión de los británicos, e instaron a Londres a empezar cuanto antes las negociaciones de ruptura, para las que hay un plazo de dos años prorrogable.

El Brexit es un “golpe a Europa”, declaró la canciller alemana Angela Merkel, que invitó al presidente francés François Hollande, al primer ministro italiano Matteo Renzi y al presidente del Consejo Europeo Donald Tusk a reunirse en Berlín el lunes.

El presidente estadounidense Barack Obama, que durante la campaña advirtió que Gran Bretaña dejaría de ser una prioridad en las negociaciones comerciales con Washington si dejaba la UE, se mostró más conciliador: “La relación especial entre Estados Unidos y Gran Bretaña es duradera”, recordó.

Pero el sismo terminó con Cameron, que presentó su dimisión a poco de conocerse la victoria del Brexit en el referéndum del jueves por 52% frente a 48%. La renuncia del primer ministro se hará efectiva antes del congreso del Partido Conservador, en octubre. “No sería correcto que yo fuera el capitán que dirija al país”, dijo ante su residencia de Downing Street.

El presidente ruso Vladimir Putin vio en todo esto una muestra de la “actitud superficial” del gobierno de Cameron en asuntos “cruciales” para el país: “La organización de ese referéndum y sus resultados sólo son una actitud presumida y superficial”, dijo.

Lágrimas en Londres

Los ganadores estaban exultantes. Con apenas un diputado en el Parlamento, el líder antieuropeísta Nigel Farage se convirtió en el gran ganador al haber conseguido centrar la campaña en el tema de la inmigración, donde más le interesaba. Farage pidió que el 23 de junio sea declarado feriado y “Día de la Independencia”. “Ahora tenemos una oportunidad gloriosa para aprobar nuestras leyes y fijar nuestros impuestos”, dijo el conservador Boris Johnson, ex alcalde de Londres.

La euforia de los “brexiters” contrastaba con las lágrimas de Francesca Crimp, una empleada bancaria que iba camino al trabajo: “Estoy asustada, voté por el futuro de mi hijo y ahora me siento muy insegura”. “Esta ciudad multicultural en la que vivo cambiará drásticamente, y el mundo ya no es el mismo”, agregó.

En cuanto a los europeos de Londres, tenían dificultades para digerir la victoria del Brexit y, sobre todo, el mensaje que algunos creen que esconde: “No son bienvenidos”.

“Llevo viviendo aquí cinco años y nunca me había sentido rechazado, hasta hoy. Es como si la mitad de la población nos gritara en la cara que no nos valora”, dijo el portugués Carlos Velázquez.

“Hay momentos en que lo correcto es consultar a la gente”, aseguró Cameron, defendiendo su decisión de convocar el referéndum, aunque sus consecuencias podrían sentirse durante mucho tiempo.

Así, España pidió inmediatamente una “soberanía compartida” sobre Gibraltar, los independentistas escoceses anunciaron el inicio de los preparativos legales para un segundo referéndum de independencia; el Sinn Fein irlandés quiere también que el Úlster pueda votar unirse a Irlanda, y los ultraderechistas de Francia y Holanda reclamaron poder pronunciarse sobre la UE.

Para el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, que se encontraba en Escocia ayer, el Brexit es “fantástico”: “La gente quiere recuperar su país; quieren la independencia”.

Varios líderes independentistas catalanes estimaron que el Brexit y un segundo referéndum de autodeterminación en Escocia les pueden dar argumentos para reclamar un referéndum de secesión.

Un viernes negro

Las bolsas cayeron en picada, la libra esterlina marcaba sus peores registros de los últimos 30 años y los inversores compraban alocadamente deuda alemana, amenazando con una nueva crisis financiera a la maltrecha zona euro. El Banco de Inglaterra se mostró dispuesto a inyectar inmediatamente 250.000 millones de libras esterlinas en liquidez.

Además, la salida forzará un traslado de miles de ejecutivos de la City de Londres a Fráncfort, París o Dublín.

Nunca en la historia de la UE un país había votado para abandonar ese proyecto que nació en los años 1950, de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. En juego está el estatuto legal de millones de trabajadores europeos en Gran Bretaña, de centenares de miles de jubilados británicos en países como España, Francia o Portugal.

¿Qué sigue ahora?

Los británicos votaron por dejar la Unión Europa, dejándose llevar por sus preocupaciones sobre la inmigración y haciendo a un lado el atractivo de ser parte de un mercado independiente de más de 500 millones de personas y un proyecto europeo forjado de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial.

¿Qué sucederá en el gobierno?

El primer ministro David Cameron, dirigente del Partido Conservador, anunció que renunciará en octubre. El ex alcalde de Londres Boris Johnson  -también conservador y el partidario más importante de la campaña por la salida de Gran Bretaña de la UE- se convierte ahora en el principal contendiente para reemplazar a Cameron. Johnson dijo que estaba “triste” por la renuncia de Cameron, pero no dijo si planea reemplazarlo.

¿Qué sucederá con el economía?

La libra tuvo una de sus mayores devaluaciones en un solo día ayer, al caer más del 10% en 6 horas ante las preocupaciones de que al cortar el vínculo con la UE la economía británica sufrirá y debilitará la postura de Londres como el centro financiero mundial.

¿Qué sucederá con los vecinos?

Los líderes de la UE consideran el retiro de Gran Bretaña como un precedente peligroso y un posible golpe mortal al proyecto europeo.

Esto podría causar reformas en el funcionamiento de la UE. Las futuras negociaciones podrían verse eclipsadas por una sensación de traición y la idea de que debe hacerse un ejemplo de Gran Bretaña para desmotivar a otros a irse. La salida también podría golpear el frágil crecimiento de Europa.

¿Los legisladores podrían ignorar el proceso?

El referéndum de Gran Bretaña no saca al país automáticamente de la Unión Europea, lo que ha llevado a algunos expertos a indicar que los legisladores podrían simplemente ignorar o ralentizar el proceso. ¿Pueden hacerlo? “En cuanto a teoría legal, es posible. En la práctica, definitivamente no lo es”, dijo Alan Renwick, el vicedirector de la Unidad de Constitución en la University College en Londres.

El camino hacia el futuro podría no ser directo

El resultado impulsará una serie de negociaciones mientras Gran Bretaña y la UE buscan la forma de separar sus economías que se han entrelazado desde que el Reino Unido se unió al bloque el 1 de enero de 1973. Bajo el Artículo 50 del Tratado de la Unión Europea, las conversaciones probablemente duren dos años, con la posibilidad de una extensión, pero el reloj empieza a correr sólo cuando el Reino Unido notifique a la UE que quiere el divorcio  -y algunos a favor de “salir” han indicado que esto no sucederá hasta 2018.

“Las negociaciones de Gran Bretaña con la Unión Europea podrían ser complicadas, ya que los líderes de la UE no querrán fijar el precedente de un retiro fácil para que otros países, como Dinamarca, reconsideren su estatus”, dijo Howard Archer de IHS, una firma de investigación. Como sea, la UE se enfrentará a problemas. AP

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