Tenía 71 años, cinco hijas mujeres (“probó sin éxito buscar el varón”, dicen sus íntimos) y un amor incondicional hacia el cigarrillo que se lo terminó llevando.
Héctor Pedone, o simplemente el Chalo, fue un recordado arquero que representó a la provincia, vistiendo las camisetas de los principales clubes mendocinos en los viejos Torneos Nacionales.
De seguridad singular bajo los tres palos, el Chalo contaba que su pasión por el arco comenzó "desde muy chiquito". "Creo que uno nace con una vocación, y la mía fue el arco", relataba en su puesto de verduras, que atiende en la Feria de Guaymallén.
Recuerda Héctor que fue un tío suyo quien lo llevó a un baby fútbol de barrio y que luego, "a los 13 años, firmé como jugador federado para Godoy Cruz". Al contar sobre sus inicios, cada vez que nombraba a la institución bodeguera Pedone se emocionaba y enorgullecía. Y no es para menos, en el club de calle Balcarce atajó durante 18 años y disputó la única participación de la institución en el Nacional de 1974.
Nació el 14 de octubre de 1945 y su destino siempre estuvo marcado por los colores azul y blanco. "Yo nací en Godoy Cruz por mi padre (don Pompelio Pedone, un activo dirigente de la institución tombina) y mis tres hermanos, que trabajaban en el club", rememora el Chalo, quien en sus años de jugador se destacó entre arqueros de la talla de José Pepe Santoro (Independiente de Avellaneda), Daniel Carnevale (Rosario Central) y el Gato Miguel Marín (Vélez Sársfield).
Cuando empezó a jugar en las formativas bodegueras, inmediatamente lo bautizaron como "Elsito", en referencia a otro gran portero del club, que en ese momento era titular del plantel de primera: Jesús Nazareno Elso, cuatro veces campeón con el Tomba de la Liga Mendocina (1947, 1950, 1951 y 1954).
Pedone era un arquero muy distinto al resto, delgado y de baja estatura, se las ingeniaba para llegar a todas las pelotas. "Hay varios muchachos que todavía se me acercan y me dicen: 'Vos eras de esos arqueros que llegaban allí donde tejen las telas las arañas'", resaltaba el Chalo sobre sus cualidades y condiciones futbolísticas.
"En mis más de 20 años jugando al fútbol siempre tuve que lidiar con un gran problema: yo jugaba en un puesto de 'osos'. Cada partido que disputaba era un examen para mí. Pero siempre con inteligencia y un poco de picardía logré suplir este inconveniente. Lo que no tenía de altura, lo tenía de sapiencia". Y sí, Pedone era "bajito", pero de una destreza y seguridad envidiables y destacables.
Su debut en primera no fue muy auspicioso. Al frente del arco tombino, el "Chalo" recibió cuatro goles, en un encuentro muy accidentado (de las cuatro conquistas de su rival, dos fueron de penal y una en la propia valla). "El primer partido fue contra Argentinos (de San José); a los 30 segundos ya perdíamos con gol de penal del Polaco Torres", evocaba don Héctor de aquel match que terminó 4 a 2 a favor de los de la Academia.
En los entrenamientos previos a aquel encuentro, Pedone se le acercó a Gregorio Garín (que formaba parte de la dupla técnica tombina de ese entonces junto a Orlando Cipolla) y con sus guantes desgastados le pidió que le hicieran comprar un par nuevo.
"Si andás bien el domingo -se acuerda que le dijo el Negro Garín-, te regalo un par de guantes". Y emocionado relataba que "después de ese partido, en el que debuté en primera, me los regaló".
De los profesores que tuvo destacaba la "inteligencia del Turco (Jorge) Julio y Pastor Acosta Barreiro". Pero, sin dudar a la dupla Garín-Cipolla la ponía en lo más alto. "Orlando Cipolla y Gregorio Garín fueron mis padres futbolísticos. Con Gregorio alcancé a jugar algunos partidos juntos en reserva; el Negro era un fenómeno. En cambio, Orlando tenía un carácter más paternal hacía mí".
Si bien se consagró campeón de la Liga Mendocina en 1968, cuando compartió arco con Aníbal Tazare y plantel con grandes jugadores como Osvaldo Camargo y Orlando Garro, su mayor trascendencia la logró al disputar los Torneos Nacionales de los años '70.
Durante esa época vistió cuatro veces la camiseta de Gimnasia y Esgrima, en los Nacionales de 1970, 1971, 1972 y 1978; con Godoy Cruz lo disputó en 1974 y con San Martín en 1976. También atajó en 9 partidos en el desaparecido Los Andes de San Juan (el ahora Club Atlético Trinidad), en el Torneo Nacional de 1977.
El Chalo añoraba que por aquel entonces, cuando jugaba los Nacionales en el "Lobo" junto a su amigo Víctor Legrotaglie, "era un equipo de juego vistoso, que tocaba y tocaba, y tenía un ritmo pausado".
A los 37 años de edad, Héctor Osvaldo Pedone colgó los guantes. Su último partido fue en Chacras de Coria, el 4 de julio de 1982, en la segunda semifinal de la Primera B de la Liga Mendocina (LMF), contra el Deportivo Maipú. En casa del "Cruzado", el equipo del Chalo cayó 2 a 0 y posibilitó que el club maipucino jugase la final contra Gutiérrez Sport Club.
"Armamos con un par de viejos un equipo. Estaban Spitalieri, Bazán y el hermano del Víctor (Raúl Legrotaglie). Yo jugaba y dirigía al mismo tiempo. Perdimos la final con Maipú 2 a 0, cuando Maipú subió a la Primera A”, recordaba el Chalo de su partido despedida.
“Tengo la suerte y la riqueza de que la gente todavía se acuerda de mí. Ese es mi gran patrimonio, ese es mi gran orgullo", decía. Hoy, a 25 años de su adiós de las canchas, el Chalo nos dijo hasta luego, porque su figura quedará por siempre en el recuerdo del fútbol mendocino.
No habrá ninguno igual, como dice el tango.
Anécdotas
Verdugo de la Selección Argentina. El 28 de febrero de 1970 la Selección Argentina de fútbol enfrentó a Godoy Cruz en un repleto estadio Feliciano Gambarte. En aquel encuentro histórico que el Tomba ganó por 3 a 2, el Chalo Pedone se erigió en héroe al taparle un penal, en el último minuto, a Oscar Pinino Más y así dejó al conjunto nacional con las manos vacías. "El árbitro cobró un penal inexistente sobre la hora. La Argentina no podía perder, menos contra Godoy Cruz. Yo lo venía mirando de hace rato cómo pateaba Oscar Más, entonces me tiré hacia mi derecha, le atajé el penal y terminó el partido".
Luego de la derrota del combinado nacional, Los Andes tituló: “Mendoza sabe ahora por qué no vamos a México: Argentina 2-Godoy Cruz 3”, refiriéndose de esta manera al Mundial '70, en el que Argentina se quedó afuera.
Mimado en San Juan. "El sanjuanino es muy reservado de lo suyo", sentenciaba Pedone. "Yo tuve la suerte de ser arquero de la Selección de San Juan y de jugar en Desamparados, Peñarol y Los Andes". Con la "Blanca" -color de la camiseta del seleccionado sanjuanino- disputó la Copa Béccar Varela en 1973, pero nunca llegó a enfrentarse con la "Celeste" (la selección mendocina). En 1977 jugó para Los Andes el Torneo Nacional.
Lo quería River Plate. "Fue vox pópuli que River me vino a buscar para remplazar a Amadeo Carrizo", relataba con orgullo don Héctor. Época en la que "El Tarzán" dejaba el club de Núñez para incorporarse a Millonarios de Colombia.
Pero finalmente el pase del Chalo al club de la banda no se concretó, porque la institución porteña buscaba un arquero de gran porte. Esta vez el Chalo no le pudo ganar a su baja estatura. Recordaba Pedone que un tal Alfredo Dietz (quien manejaba las inferiores de River) le dijo: “A usted no lo podía ver, lo tapaban los centrales. Su estatura es muy baja”.