Llega despacito, caminando lento y ya se disculpa “es que tengo una rodilla jodida, pero no me quieren operar, por la edad vio?”, como si hiciera falta justificarse cuando con estos 90 años tan bien llevados que asombra, se decidió y se vino a la redacción de Más Deportes, para saludar a sus amigos.
Y explica, “ocurre que se enojaron porque les dije que no estaba en condiciones anímicas para festejar mi cumpleaños. Estoy un poco bajoneado, porque mi señora tuvo un ACV; ellos creen que no tengo interés, porque esas reuniones son para reírse para joder y yo estoy en otro lado. Igual tengo a tanta gente que agradecer por estos años aquí, en esta hermosa Mendoza, que qué mejor que hacerlo acá”.
Y arranca una charla imperdible, de esas que uno no quiere terminar nunca. Este tipo que enfrentó a Pelé (jugando con Fluminense ante el famoso Santos en el ‘55), que sacó campeón a Talleres en la B local y subcampeón a Huracán Las Heras, todo el mismo año: 1964.
“Los domingos dirigía a Huracán en la A y los sábados a Talleres en la B” rememora, el mismo que llevó a la Lepra al sub campeonato Nacional. Un grande, con todas las letras y que encima no para de agradecer, como si no fuéramos nosotros los que le debemos rendir homenaje hoy por tantos logros.
“Quiero saludar a todos los clubes que dirigí, soy un agradecido de Mendoza porque yo no nací acá” reitera como si hiciera falta recordar que llego en el ‘59 para formar una delantera inolvidable en el Lobo con el Turco Curi, Legrotaglie, Montes de Oca y Ledesma.
El mismo “Cholo” que confiesa “Banfield fue mi primer amor”, titular en aquel gran equipo que entre el ‘50 y el ‘53 mantuvo un invicto de 49 partidos en condición de local, compañero de ataque de Juan José Pizzuti, otro de sus grandes amigos de la redonda.
“Jugué los 32 partidos antes de esa final del ‘51. Le hicimos 5 a 1 a River en su cancha 5 a 0 a Independiente. El país quería que Banfield saliera campeón porque era la primera vez que un equipo chico podía lograrlo. Si hasta Evita tenía simpatía por nosotros” recordando con dolor aquellas finales frente a Racing (0-0 y 0-1) donde “la única diferencia fue el gol que marcó ‘El atómico’ Boye en el segundo encuentro”.
Como será el grado de idolatría en el “Taladro”, que integra la Selección histórica de Banfield junto a monstruos como “Juanchi” Taverna y el “Pupi” Javier Zanetti.
Y tanto trajín en este mundo del fútbol, lo trajo a Mendoza, no sin antes ya haber probado el gustito de dirigir.
En el ‘58, cuando había firmado para Temperley los dirigentes le preguntaron si se animaba. “¡Y como no me iba a animar si tenía obsesión por la táctica, el orden defensivo, el juego colectivo, los relevos, la proyección de los laterales. Y aunque después me vine a Mendoza y seguí jugando 4 años más, aquella fue una experiencia muy valiosa”.
Después vendría esa delantera del “Lobo” antes mencionada, donde “existía un culto a la pelota, el toque, el juego fino y elegante” concluye.
Y recorre anécdotas de aquellos Nacionales con la Lepra, donde salió campeón en el ‘72 y ‘73) “y fui sub campeón con Independiente Rivadavia en el ‘77. De 14 partidos sólo perdí 3”.
Y de esa campaña cuando recuerda que el equipo titular del Azul tenía entre sus dirigidos a dos futbolistas que con el tiempo se convirtieron en excelentes entrenadores: Héctor Cúper y Ramón Cabrera. “Con los dos tuve una muy buena relación. Eran muy aplicados, entendían muy bien el juego y les gustaba preguntar y conversar sobre tácticas y sistemas porque querían aprender”.
De esa también memorable campaña de la Lepra en el Nacional apunta: “Por el mundial habían cerrado el aeropuerto de aeroparque. Y en el primer partido teníamos que ir a Tucumán para enfrentar a Atlético. ¡Viajamos en micro y llegamos el mismo día del partido, los jugadores deshidratados!.
Aun así, empatamos 1 a 1. Teníamos un equipazo pero nos pasaron tantas cosas. Debimos ser campeones pero perdimos porque estaba mal organizado ese torneo. Salió campeón Newell's que fue uno de los únicos tres partidos que perdimos. Nosotros fuimos segundos con San Lorenzo".
Y no se olvida de su pasado empresarial, cuando se largó con la fábrica de galletitas acá en la provincia. Además, el fútbol era rentable "Yo estaba bien acá porque estaba en el ruido. Salí campeón con Godoy cruz '68 con Independiente '70 y '72, con Talleres dos veces campeón en la B y le quitamos el invicto al Milan de Italia" recordando ese 3 a 2 del '79 en el Malvinas para Talleres contra el 'Rossonero' de Albertossi, Baressi, Gianni Rivera y Fabio Capello.
Y tantas anécdotas que atesora este gran tipo que hoy cumple los 90, pero no quiere dejar de agradecer a tantos amigos que hizo aquí, en su provincia por adopción, y en todo el mundo del fútbol argentino. El “Cholo” un grande.
