Gracias a la inmortal provincia de Cuyo

Al cumplirse los 198 años de la partida del Ejército de los Andes, cabe recordar las palabras que San Martín dirigió al Pueblo de Cuyo en agradecimiento al aporte de esta Provincia a la causa de la independencia, haciéndose acreedora al título de Cuna de

Gracias a la inmortal provincia de Cuyo

Desde su llegada a Mendoza como Gobernador Intendente de Cuyo en setiembre de 1814, San Martín tenía en mente el plan de liberación continental, que quizás trajera en mente desde Europa y que sin duda terminó de definir a partir de sus charlas con Belgrano, Güemes y los caudillos norteños en su paso por el Ejército del Norte.

El plan expuesto por Tomás Guido en la conocida memoria enviada, a instancias de San Martín, al Superior Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata que preveía constituir una fuerza militar respetable y bien entrenada en Mendoza, con ella pasar a Chile, asegurar allí la posición de los patriotas y finalmente emprender la campaña marítima al Perú, último bastión realista a vencer, tiene coincidencia con comunicaciones anteriores de San Martín con patriotas de Buenos Aires donde desde su estancia en Córdoba, luego de su paso por el Norte, exponía su estrategia de liberación de América del dominio español; recordemos que fue desde allí donde finalmente pidió y le fue otorgada, a su “instancia y solicitud”, la Gobernación Intendencia de Cuyo.

Ya en su “Ínsula Cuyana”, el Gobernador procuró hacer de ella la fuente de recursos que de ahora en más sostendría la gran causa americana.

Es increíble cómo, de este pequeño caserío, se pusiera en pie de guerra el primer ejército profesional adiestrado y preparado para la lucha independentista que había visto el continente.

Así San Martín convirtió a Cuyo en un Estado presente, fuerte y omnipresente en todos los aspectos de la vida de sus habitantes, impulsando la salud, la educación, el reordenamiento territorial y, sobre todo, el desarrollo económico como principales herramientas de su gestión, pues necesitaba una región de Cuyo fuerte y pujante que le diera los recursos necesarios para llevar a cabo la suprema misión de la Libertad de América.

Desde octubre de 1814 y hasta enero de 1817, Cuyo dio todo lo que tenía y más para satisfacer las demandas del gran líder americano. El mismo San Martín se asombraba de lo que los cuyanos habían logrado y de allí su frase: “...estoy en la Inmortal Provincia de Cuyo y aquí todo se puede, todo se hace...”.

Finalmente, luego de casi tres años de sacrificios de un pueblo que entregó todo, “hasta la vida de sus hijos”, llegó el gran momento de la partida, desde el 9 de enero en adelante, comenzando el ejército su movilización de manera coordinada y escalonada, desde el histórico campo del Plumerillo, siguiendo el plan sanmartiniano, iniciándose así el movimiento de la gran máquina de liberación continental ideada por San Martín.

A partir de ese día y hasta el 25 de enero aproximadamente, tendrá lugar la movilización de las tropas, milicianos y personal de apoyo que sumarán más de 5.200 almas que, con destino a Chile, emprenderán la misión de liberación e independencia de la América del Sur.

El 24 de enero, acompañado por todo el pueblo hasta los suburbios, aquel pueblo que despedía a sus valientes, esposos, hijos, padres y hermanos que partían a la guerra, San Martín inició la marcha, no sin antes emitir uno de su más sublimes mensajes que lo muestran en toda la dimensión de líder y conductor;  dirigiéndose a sus compatriotas y también conciudadanos, proclamó: “Sería insensible al atractivo eficaz de la virtud si, al separarme del honrado y benemérito Pueblo de Mendoza, no probara mi espíritu toda la agudeza de un sentimiento tan vivo como justo.

Cerca de tres años he tenido el honor de presidirle y sus heroicos sacrificios por la Independencia y prosperidad común de la Nación pueden numerarse por los minutos de la duración de mi Gobierno.  A ellos y, a las particulares distinciones con que me han honrado, protesto mi gratitud eterna. Indeleble en mi memoria sus ilustres virtudes, será de los habitantes de esta Capital, en todas circunstancias y tiempos, el más fiel y verdadero amigo”.

El Libertador de América Don José Francisco de San Martín se despidió así de Mendoza, de Cuyo y de las Provincias Unidas del Río de la Plata; no sabe si volverá a pisar este suelo, quizás pudiera perder la vida en alguna de las batallas, como casi ocurrió en Chacabuco donde debió intervenir personalmente. Sin embargo, su palabra final y última puede sintetizarse en un Muchas Gracias Cuyo, pues ha sido esta tierra sin duda quien ha inmortalizado el nombre del General San Martín, ¿o quizás a sido al revés? No importa.

Lo cierto es que desde ese momento San Martín y Cuyo han quedado unidos para siempre en una historia que trasciende tiempos y fronteras, historia que los mendocinos revivimos por estos días en recuerdo de todo aquel pueblo cuyano que dio todo por la Libertad de América. A ellos y su líder, nuestro recuerdo y sincero homenaje.

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