protagoniza hoy el
doodle
de
al cumplirse 151 años del nacimiento del compositor impresionista francés, en Saint Germain en Laye, al oeste de Paris.
Un "hermoso" y "animado", doodle, según el buscador más usado en el mundo, ambientado en París, y que tiene como banda sonora
Claro de Luna
, una de las piezas más populares del compositor y que es la tercera pieza de la
Suite Bergamasque
para piano, inspirada a su vez por la serie de poemas
Fêtes Galantes de Paul Verlaine
.
En la animación, que recrea el París de Debussy, se ve cómo un auto y un barco, uno por las calles otros por el Sena, van recorriendo de noche las calles, donde se ven el Moulin Rouge, lluvia y dos personas que abren un paraguas rojo poniendo fin a esta historieta impresionista.
El poema de Verlaine en el que se inspiró Claro de Luna nos habla de un "calmado claro de luna triste y bello" que hace "soñar a los pájaros en los árboles y llorar a las fuentes entre mármoles". Un ambiente que captó y trasladó perfectamente Debussy en su pieza homónima pianística.
En la página de Doodle Google Video recuerda algunos datos básicos sobre Achille Claude Debussy.
Primero, que fue junto a Ravel, figura clave del impresionismo.
Segundo, que no le gustaba ese término aplicado a su música.
Por último, que el autor de la Suite Bergamasque fue una " en figura crucial en la transición a la era moderna" en la música occidental y que sigue siendo, 94 años después de su muerte, uno de los compositores más "famosos e influyentes"
Entre las obras de Debussy deberíamos recordar sin duda su Preludio a la siesta de un fauno, la ópera Pelléas et Melisande y el tríptico sinfónica La mer. Sobre la importancia de Debussy, en la música occidental, el director de orquesta y director Pierre Boulez afirmó : "...sólo a Debussy podemos situarlo junto a Anton Webern en una misma tendencia a destruir la organización formal preexistente en la obra, en un mismo recurrir a la belleza del sonido por sí mismo, en una misma pulverización elíptica del lenguaje"
Para Boulez, el verdadero precursor de la música contemporánea es Claude Debussy, y no la tríada Ígor Stravinski, Arnold Schönberg y Béla Bártok: sin su obra no se entendería no sólo a Ravel, sino tampoco la de Edgar Varèse u Olivier Messiaen. Fue Debussy quien, al romper con la forma clásico-romántica de su tiempo, descubrió un lenguaje musical nuevo, libre, oscilante, abierto a otras posibilidades.
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