Gonzalo Yuffrida: “Es re difícil enamorarte acá”

Es una de las caras más populares de la tevé local y el conductor que más horas al aire suma en la pantalla de Canal 9 Televida.

Gonzalo Yuffrida: “Es re difícil enamorarte acá”
Gonzalo Yuffrida: “Es re difícil enamorarte acá”

Camina por la Peatonal Sarmiento y se lleva todas las miradas. Se ha puesto un saco que combinó de forma ecléctica: remera “rocker”, jean y un pañuelo “cowboy” que lo protege del vientito fresco de la siesta. Los pocos transeúntes que andan por ahí saben quién es: Gonzalo Yuffrida, alguien que no disimula su pasar.

"¡Gonzalitoooo!", aúlla una mujer desde el otro lado de las mesas de un café, y le piropea: "Sos lo más. Sos el mejor.". "¡¡Gracias, bella!!", le responde él, mientras suelta un beso al aire, antes de que Los Andes le saque unas fotos bajo la pérgola e, instantes después, una moza de las tantas se tome una pausa para pedirle una selfie que va destinada a su mamá. "Te ama a vos y a Selim. Ella también tiene perros salchicha", le contará con total confianza, como si lo conociera de toda la vida. El fenómeno continuará: después, desde una mesa, un hombre le pedirá un autógrafo. "No ando con lapicera", se disculpará de forma apurada Gonzalito. Y así, la fama. 


    Gustavo Rogé / Los Andes
Gustavo Rogé / Los Andes

Para este neuquino nacido en Zapala hace 30 años, y hoy el conductor con más aire de Canal 9 Televida, la televisión (a la que los apocalípticos se empeñan en llamar “la caja tonta”), no ha sido más que su caja de Pandora. Le dio sorpresas que ni siquiera imaginaba.

Vayamos sumando: de lunes a viernes, forma parte del staff del magazine "Cada día" (una hora y media); los sábados, conduce "Replay coincidencias", el primer reality local de parejas (una hora y cuarto), que rompió totalmente paradigmas y prejuicios, al incluir participantes homosexuales, trans y hasta pansexuales; los domingos, el clásico "Replay", que ya va por la octava temporada (dos horas). Así, Gonzalito es una cara que los mendocinos ven de lunes a lunes. Uno más de la familia.

Pero ojo: no pasa todo el día en el estudio de calle Garibaldi, aunque parezca. Solo que vive cerca y va y viene todo el tiempo. Se siente en familia y hasta lleva a su trabajo a Selim, su perrito minisalchicha, quien adquirió tal venerable nombre de un personaje de la novela “El Sultán”. Ahora se sienta con Los Andes para hablar a corazón abierto:

-¿Cómo es hoy tu relación con tu familia en Neuquén?

-Allá está toda mi familia. Pero voy una vez al año. A Zapala, un pueblito al que recuerdo bien. Allá hice toda la primaria, secundaria, pero maduré acá, en todo sentido. Profesionalmente también.


    Gustavo Rogé / Los Andes
Gustavo Rogé / Los Andes

-Y habrás llegado acá muy decidido.

-Empecé a estudiar Comunicación Social en la UNCuyo y me quedé. Ya van a ser 12 años que estoy acá.

-¿Siempre supiste que la tele era lo tuyo? Imagino que la personalidad avasallante la habrás tenido siempre…

-Bueno, no, esa personalidad la construí. No es que siempre la tuve.

-¿Cómo era el Gonzalito anterior?

-Yo sufrí mucho el bullying en Zapala. Imaginate, una persona como yo, que no cumplía con los estereotipos de la masculinidad en ese momento sufría mucho. En la primaria me cambiaron dos veces de colegio y después me llevaron a una escuela rural, porque los directores no sabían cómo “hacerse cargo” de mí. Entonces le decían a mi mamá que me cambiara de escuela, porque pensaban que yo tenía el problema. En ese momento no se había conscientizado sobre el tema del bullying.

-Terrible para un niño...

-Sí, y de hecho en el campo terminé la primaria. Después tuve que insertarme en el secundario en una escuela técnica y ahí fue tremendo: me tiraron de la escalera y sufrí todo, todo. Era el “rarito”, el “diferente”. Siempre estuvo esa marca de agresividad en el secundario. Era una escuela técnica y, así como me ves, me recibí de técnico electricista.

-¿Y cuándo dio el vuelco tu personalidad, entonces?

-Una vez me presenté como presidente del Centro de Estudiantes y gané. Me costó horrores, pero lo hice. Y ahí empecé a construir la personalidad que tengo ahora. Fue un quiebre. Subí mi autoestima, que venía muy dañada desde niño, pero desde ese momento me dije: “Che, representás a todos los estudiantes, tomá las riendas”.

-¿Pero extrovertido siempre fuiste?

-Sí, eso sí. Desde chiquito agarraba el micrófono y sabía que quería ser periodista, hacer notas. Mi viejo tiene filmaciones mías entrevistando a mi hermana (N. del R.: Gonzalo tiene dos hermanas y tres mediohermanos). Siempre estuvo la vocación, pero después se dañó, porque los demás me hacían creer que mi voz era una mierda.

-Pero te plantaste firme...

-Es que yo nunca entendí la discriminación. De chico no entendés la discriminación, y menos en un pueblo, al menos en ese momento. A mí me jugó a favor no ser consciente de todo eso. Cuando le decís a un niño de 9 años “puto”, no entendés el concepto. Lo entendés mucho más adelante. Todo es una construcción. El Gonzalo de hoy no es el que se vino a estudiar acá, tampoco.


    Gustavo Rogé / Los Andes
Gustavo Rogé / Los Andes

-¿Los prejuicios de allá te los encontraste acá?

-Sí, pero menos. Cuando entré al canal, para el público fue un “uaaaau, qué onda, quién es”. Ya me había acostumbrado a producir ese efecto porque no tengo una personalidad tranquila. Cuando la gente se la quiere agarrar con vos, se la agarra con tu sexualidad en lugar de juzgar si sos buen o mal conductor. Los pocos comentarios que me llegan de “eso” no me importan. Me duele más que me digan que soy mal conductor. Creo que el público se fue sorprendiendo porque se dio cuenta de que yo no vine a caretearla.

-¿Cómo es eso?

-La gente que me conoce sabe que soy así. En la tele y en la vida. Yo no vendo una imagen que no soy. Cuando vine a estudiar me cagué de hambre, me costó remarla y no llegaba a fin de mes. La gente se sintió identificada. Creo que ahí hubo empatía.

-¿Creés que a eso se debe tu buena fortuna en la tevé?

-Nunca me mostré careta, nunca hice creer que mi vida fuera fácil. No soy un divo. En “Cada día” puedo contar anécdotas como de cuando salía a vender tortitas a la calle porque con mi hermana no me alcanzaba la plata. Y pasar por eso te hace más empático.

La tele y las redes 

En diciembre se cumplirán seis años desde que entró a co-conducir "Replay", junto a Majo Pérez Comalini. Luego siguió "Cada día": "Creo que este programa me permitió transformarme: empecé como notero, después hice juegos, humor, y ahora hablamos también de actualidad. Llego a las siete a leer los diarios y ver qué está pasando. El magazine hoy es un formato que requiere que sepas de actualidad y así te va llevando", explica.

-Pero siempre dentro de límites en los que te has sentido cómodo. ¿Hay algo que no te veas haciendo?

-(piensa) No, la verdad que no. Podría conducir un noticiero, pero no serio, sino canchero. Uno no sabe cómo va a ser la tele de acá a 15 años. Los conductores tienen que estar más flexibles, en Buenos Aires y acá. Yo sí creo en las transformaciones, y si me preguntás qué me interesa hoy, me interesan los magazines, pero los que tienen todos los condimentos.


Selim, el perro que acompaña a Gonzalo | Gustavo Rogé / Los Andes
Selim, el perro que acompaña a Gonzalo | Gustavo Rogé / Los Andes

-¿Un conductor referente…?

-Verónica Lozano (“Cortá por Lozano”). La gente me dice que “tiro más a Marley”, pero yo no lo creo. Ella es una mujer que empezó haciendo humor y se ha ido preparando hasta ser hoy una de las conductoras más importantes.

-En tu Instagram te siguen 25 mil personas, la mayor parte mendocinos. ¿Como se lidia con la fama en una provincia chica?

-Re bien. Soy re instagramero. Lo uso para llegar a la gente. Ahora empezamos la “Mediatarde con Gonza”, un segmento para redes de “Replay” donde invitamos a los televidentes a pasar una mediatarde con el equipo.

-¿Esta popularidad es algo que vos buscaste o se dio?

-Creo que siempre estuvo en mi interior querer ser famoso. Mi mamá me enseñó que llegar a eso requería mucha preparación, oficio y experiencia. Pero pensándolo para atrás, me doy cuenta de que primero quise ser famoso y después periodista.

-¿Qué es lo más lindo que te ha dicho alguien del público?

-Cuando alguien me dice que mi energía levanta el ánimo. Entonces me sorprende, porque me doy cuenta de que le puedo cambiar el día a una persona. Muchos están tristes por lo que pasa en el país, y yo pienso que para alguien verme en la tele puede ser su único entretenimiento en el día, su oportunidad para reír. De hecho, quisiera que así se me recuerde, por mi buena energía.

-Y sentimentalmente, ¿qué tenés para contarle a la gente?

-¡Nada, nada! (ríe). Es re difícil enamorarte acá.

-¿Por qué?

-Primero, debería ser alguien que no me conozca nada, porque si ya te ve una vez en la tele te idealiza y piensa que sos de una manera las 24 horas del día.

-¿Se te insinúan en las redes?

-Sí, mucho (dice seriamente). Todo: hombres, mujeres... En general, algunos quieren una aventura, pero de ahí a concretar... A mí me dan mucho miedo las redes. Son una parte de tu vida, no “es” tu vida. En las redes no muestro todo, muestro lo que la gente quiere ver más, que es un poco de superficialidad también.

-¿Se te pasó por la cabeza, entonces, irte a Buenos Aires?

- No, me proyecto acá. Sería difícil irse, porque Canal 9 para mí es lo más, ojalá pudiera terminar mi vida profesional ahí. Crecí junto a él y también, en el momento en que recibí muchas críticas, fue donde más me apoyó y me dio más programas y más participación.

Es mi casa y mi familia: literalmente, ¡mi perro casi vive ahí!

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