Gonzalo Ortiz Maldonado es ingeniero agrónomo y, junto con sus hermanos, posee una explotación de más de 20 hectáreas de membrillo, un producto que cayó en franco descenso, desde los años 90.
Datos del último censo frutícola del Instituto de Desarrollo Rural indican que en la provincia existen unas 1.390 hectáreas con esta producción.
Ortiz Maldonado, aun cuando sabe que la agricultura en general es un negocio de alto riesgo, asegura que con un buen manejo y cosecha completa, el cultivo puede ser rentable.
- ¿Cuánto tiempo hace que tiene la explotación de membrillo?
- Es un proyecto muy antiguo, iniciado en los años 50 por mi padre, que era ingeniero agrónomo. De hecho, todavía queda algún cuartel del año 55, que es del orden las dos hectáreas.
De ahí en más se han ido renovando las plantaciones. Como se trata de una explotación familiar compuesta por varios hermanos, esto ha implicado que tomemos diferentes rumbos, siempre dentro de esta producción.
-¿Cómo ha sido trabajar este tipo de producción?
-En total con mis hermanos tenemos 23 hectáreas. Están plantadas en cuarteles a 4,50 por 4,50 metros. Allí tenemos dos variedades: Champion, que logra rendimientos entre los 25 mil kilos a 30 mil kilos por hectárea y Smyrna que está en el orden de los 40 mil a 50 mil kilos por hectárea.
En algún momento me convertí en productor orgánico de membrillo y mis hermanos, no. La experiencia fue desastrosa, porque todo producto que sufre un proceso de industrialización es complicado de trabajar con productos que estén permitidos y mantengan la condición de orgánico.
Tal vez, a nivel artesanal, pueda ser un planteo válido. Pero las grandes fábricas no pagaban el diferencial por el producto orgánico, por lo tanto, volví a producción clásica.
- ¿Cómo es el negocio en Mendoza?
- Mayormente en Mendoza hay variedades criollas, tanto en el norte como en el sur. El membrillo en la provincia es una producción de unos 10 millones de kilos repartida: unos 4 millones en la zona Norte y unos 6 millones en la zona Sur en San Rafael y fundamentalmente General Alvear.
- El precio pagado al productor por lo general ha sido bajo….
- El precio tiene que ver con la calidad. Es común ver este tipo de producción en cortina o trinchera. Generalmente, están sobre las hijuelas que transportan agua para otras producciones. Entonces, ahí arranca la diferencia en cuanto a la sanidad y la productividad.
El membrillo, como se cosecha entre marzo y abril, requiere mayores curaciones y es más caro en términos fitosanitarios que otra producción. Las enfermedades más típicas de este cultivo son grafolita y mosca del Mediterráneo.
Además hay que tener en cuenta que en las producciones que están en cortina, la poda no se hace en forma correcta y se va a una menor productividad. Los que tenemos montes frutales compactos realizamos las podas y las curaciones correspondientes y los rendimientos son altos. Eso hace que cuando no tenemos eventos climáticos que comprometen la producción, los rendimientos sean altos.
La gran diferencia que tenés en esto, está en los costos operativos. En el membrillo no se realiza raleo sino que se espera la mayor cantidad de kilos, porque esto va a molienda. Manejando los costos de explotación en forma racional, lo que no incluye fertilizaciones, sino poda, riego y cuatro curaciones al año, funciona.
¿Cómo realiza la comercialización?
En mi caso comercializo el membrillo en otras provincias, por lo general, en Córdoba. Los que estamos en la zona Norte y Este, antes vendíamos nuestra producción en la provincia, pero tras el tema de sanidad por Mosca del Mediterráneo decidimos empezar a vender en Córdoba.
-¿Qué perspectivas de negocios tienen?
- En 2004 en la provincia existían 12 empresas que se dedicaban a la molienda de fruta, mientras que en 2017 existen 4. Creo que sería interesante poder promover la instalación de empresas pulperas en la zona Este, para poder generar valor agregado en la región (los que estamos en la zona Norte y Este de Mendoza). Hoy cosecho y lo llevo a Córdoba porque pagan un poco más por la fruta.
Perfil
Gonzalo Ortiz Maldonado (66): es ingeniero agrónomo. Es productor de membrillo. Fue docente de la Facultad de Ciencias Agrarias, en la cátedra de Hidrología.