Últimos segundos del partido. Brasil achicó diferencias y se puso a dos de Argentina, que había controlado todo el partido. Nuevo ataque para los cariocas, pierden la pelota con el capitán Tomás Sanz, este le pasa el balón a Agustín Acosta que va hacia el arco. Frente a frente con el arquero y desata la locura de todo el polideportivo Hipólito Yrigoyen, de Luján de Cuyo, y también en cada rincón que lo observa por internet. Argentina es campeón del Sudamericano de Cadetes de balonmano.
Lágrimas de felicidad, festejos por doquier y la satisfacción de haber jugado un certamen ideal desde el primer al último cotejo. En cada oportunidad, la selección dirigida por Alfredo “Fredy” Zanona mostró una efectividad letal en ataque y una sólida seguridad en defensa. Detrás de esa última línea, el arco es el puesto más arriesgado. Incluso, el más ingrato para cualquier valiente que afronte esa responsabilidad. Pero Gonzalo Guerra encara ese desafío con mucha calidad y personalidad.
El joven de 16 años, nacido el 31 de enero del 2002, juega en Municipalidad de San Carlos. Junto a Tomás Alfonso, también mendocino y jugador de Maipú, fueron los guardianes de las redes albicelestes.
Fue elegido el mejor jugador argentino en el tercer encuentro, que Argentina venció 23-13 a Chile. Antes de ese premio, Gonzalo ya había asegurado el arco bajo llave; y después del galardón, con un candado de acero. Las atajadas ante Perú, Uruguay, el ya mencionado equipo trasandino, Paraguay y en el encuentro decisivo frente a Brasil, no sólo fueron necesarias, sino que también estuvieron dotadas de gran calidad. Luego del lograr el título, Guerra dialogó con Los Andes sobre sus inicios, el presente y lo que vendrá.
“Cada año hacen un torneo de selecciones, donde llaman a los mejores de cada provincia. Ahí te ven los encargados de la selección nacional y te llaman para que entrenes. Si te va bien, seguís hasta que quedas seleccionado para jugar este torneo tan lindo. Desde 2016 que estamos trabajando con esta camada”, recordó Guerra sobre sus primeros pasos con la celeste y blanca.
Este torneo se disputó entre el 5 y el 9 de noviembre. Cada día hubo un nuevo desafío para estos jugadores. Por eso, Gonzalo reflexionó: “La verdad que los chicos hicieron un gran esfuerzo para lograr esto tan esperado. Desde el lunes veníamos pensando en este partido contra Brasil, pero para llegar bien también teníamos que enfocarnos en los anteriores. El cuerpo técnico nos señaló que no teníamos que pensar en este antes de tiempo y nos dijeron que teníamos que ganar primero los otros".
Como todo jugador de balonmano, su deseo de llegar bien alto y estar en Los Gladiadores está latente: “Ojalá me llegue la oportunidad. Me gustaría jugar en Europa. En la selección voy a seguir entrenando para seguir logrando grandes cosas”. Por otro lado, destacó la labor que está realizando Fernando Capurro, técnico de la selección juvenil, lugar al que Gonzalo quiere llegar: “Para jugar ahí va a estar difícil porque hay buen nivel de arqueros”.
Con respecto al porvenir, el arquero admitió que, cuando egrese de la secundaria, irá a jugar River y planea estudiar kinesiología: “Ahí voy a probar cómo me va en el handball”. El combinado nacional ganó los cinco partidos, concretó 140 goles y apenas le anotaron 87. En cuatro de los cinco cotejos recibió menos de veinte tantos y concluyó con una diferencia de 53 a favor. Al respecto de qué les transmite el cuerpo técnico comandado por Zanona, Guerra concluyó con una frase que resume la idea central del equipo: “Fredy siempre nos dice que todo esfuerzo tiene su recompensa”.
