La advertencia y la preocupación quedaron reflejadas durante un congreso nacional que la actividad desarrolló meses atrás en Mendoza. Fueron reforzadas por recientes declaraciones de directivos locales del sector y se ratifican ahora con un informe nacional que hace alusión a la cantidad de personas que han quedado sin trabajo.
Lo cierto y concreto es que la actividad de la construcción, la que mayor cantidad de fuentes de trabajo genera entre empleos directos e indirectos, ha sufrido las consecuencias de medidas económicas nacionales y todos coinciden que en el año en curso será muy difícil revertir la situación.
Las empresas dedicadas al mercado inmobiliario realizaron meses atrás un congreso en la provincia, oportunidad en que los asistentes coincidieron en advertir sobre los graves problemas por los que atravesaba la actividad en el país.
Plantearon su inquietud a las autoridades e hicieron hincapié en que el cepo al dólar y la brecha cada vez más amplia entre el oficial y el paralelo constituían los principales inconvenientes para la retracción en las ventas de propiedades.
Días pasados, los directivos locales de la entidad que los agrupa coincidieron en señalar que el actual no es un buen momento para las ventas y que los propietarios saben que, si venden, no tienen en claro si podrán luego comprar otro inmueble o hacer otro tipo de inversiones.
Destacan entonces que si se sigue profundizando la brecha entre el dólar oficial y el paralelo se terminará por planchar la venta de propiedades en la provincia, asegurando que la caída de la actividad en ésta alcanza al 50%.
Pero el problema no se centra sólo en la venta de propiedades, sino que hay muy pocas inversiones para la construcción. Sucede que, con los actuales niveles de inflación son muy pocos los que, aún teniendo un lote, pueden comenzar a construir en razón de que no saben si en el corto o mediano plazo podrán continuar, por los valores que puedan llegar a alcanzar los insumos.
En ese marco, el titular de la Cámara Inmobiliaria de Mendoza indicó que el mercado podría volver a sus ritmos normales de venta en tanto y en cuanto la inflación sea de un dígito, se respete la seguridad jurídica y se retire el cepo cambiario, poniendo en dudas que ello pueda ocurrir en los próximos meses.
La situación planteada y la caída de la actividad han sido reconocidas por el propio Indec, quien muestra con sus cifras que se trata de la mayor caída en los últimos diez años, mientras fuentes privadas señalan que la consecuencia negativa y directa se ha dado en el empleo formal: en noviembre la cantidad de trabajadores ocupados fue un 8,6 % menor que en noviembre de 2011, lo que significó la pérdida de 37.734 puestos de trabajo formales o en blanco, con la advertencia de que esas cifras solo engloban los empleos registrados, que representan un 40% del total del sector.
Si bien a futuro consideran que las perspectivas no son positivas, destacan que se habría producido una estabilización o un amesetamiento en el empleo, porque en los últimos meses no hubo mayores variaciones. De acuerdo con los datos, si bien Mendoza no se encuentra entre las principales provincias afectadas, tampoco figura entre los tres distritos (Catamarca, San Luis y Tierra del Fuego) que lograron un crecimiento en la actividad.
En síntesis, sería oportuno que el Gobierno modifique sus políticas, deje de lado el cepo cambiario, otorgue el valor real al dólar, se imponga como iniciativa la lucha contra la inflación y genere la seguridad jurídica que están reclamando los sectores. Allí podrá comprobar que tanto la actividad de la construcción, como gran parte de la economía nacional volverán naturalmente a su ritmo normal de crecimiento.
